ELECCIONES EN CASTILLA Y LEÓN

El auge de Vox espolea al PSOE y a sus aliados para consolidar la agenda legislativa

Las elecciones de Castilla y León abren una nueva etapa en el sector progresista del Congreso

PSOE, Unidas Podemos y sus aliados coinciden, con matices, en que el mejor dique de contención a Vox está en la agenda legislativa, que por tanto impulsarán

El miedo a la ultraderecha como motor de acuerdos seguirá latente

Isabel Rodríguez e Irene Montero.

Isabel Rodríguez e Irene Montero. / EP

Ángel Alonso Giménez

Estaban todos lo grupos hablando en el Congreso sobre la posibilidad de que Vox participe en la gestión de un gobierno por primera vez desde su creación cuando Íñigo Errejón dijo esto: "Nada le gustaría más a Vox que un cordón sanitario (...) Vaticino que si se le hace un cordón sanitario y se le regala a la ultraderecha presentarse como fuerza rompedora y antiestablishment, en las próximas elecciones serán primera fuerza. Es una mala idea".

Lo aclaró enseguida, por si alguien pensaba que el líder de Más País, exnúmero dos de Podemos y reconocido militante de izquierdas, estaba a favor de que Vox entrara a administrar lo público. "Que las fuerzas progresistas abandonen la iniciativa para erigirse en cancerberos que eviten la llegada de otros al poder es bajar la bandera. Cuando todo el mundo maldice la política, convertir a un partido en maldito es regalarle una imagen perfecta".

Al recalcar el papel de la izquierda ante la hipótesis de que Vox empiece a gestionar lo público, Errejón estaba poniendo el acento en el "mientras tanto", en lo que a su juicio deben hacer las fuerzas progresistas mientras el PP dirime el futuro de Castilla y León.

Hay quien aboga por presionar a los populares todo lo que se pueda y airear la idea del cordón sanitario, como por ejemplo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tal y como ayer demostró en el Senado.

Hay quienes prefieren, sin embargo, colocar la pelota en el campo de la izquierda. Errejón camina por aquí. También la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien reivindicó este martes "políticas valientes". Lo hizo tras anunciar el envío de una serie de transferencias a las comunidades autónomas para que dinamicen la lucha contra la violencia machista.

Que el PSOE, Unidas Podemos, ERC, EH Bildu o Más País apuesten por "políticas valientes" en un contexto como el actual no es cosa menor. Son los grupos que tienen en sus manos la viabilidad de la agenda legislativa progresista. Las fuentes de los partidos mencionados, cuando se les recuerda ese aspecto crucial, coinciden: hay que impulsarla como antídoto más eficaz contra Vox.

El PP, por tanto, ha propiciado sin quererlo un viraje en el bloque de la investidura de Sánchez. El efecto del 13-F se dejará notar en el Congreso.

La frontera "casi impenetrable"

Una de esas fuentes de los partidos del ala de la izquierda subraya que los resultados de los comicios castellanoleoneses ponen de manifiesto "el refuerzo del mapa de bloques". "Se ha creado una frontera casi impenetrable" entre la izquierda y la derecha, apostilla.

Otra fuente de un grupo aliado no oculta su preocupación. A su juicio, lo que hace falta es que los partidos recuperen su identidad y que se muestren a la ciudadanía con autenticidad. Ve este enmascaramiento en el PSOE, en Unidas Podemos, pero también en el PP. La disputa por los espacios ideológicos les está sumergiendo en la impostura, y la gente, en consecuencia, toma distancia, desconfía.

Entre los partidos que sustentan al Gobierno lo que ha ocurrido en Castilla y León es "para tomar nota". "Urge una reflexión", puntualiza una de las fuentes de este ámbito. Pide girar también la mirada hacia el sector de la derecha, en donde cree que se librará "una batalla campal" justamente por la hegemonía de la narrativa y del relato. Apunta que con un Vox crecido y un PP confuso el clima político, y en concreto el parlamentario, se va a enrarecer. "Por desgracia no podemos contar con el Partido Popular para frenar a la ultraderecha", sentencia.

La remontada está en las leyes

Hay un aliciente en el 13-F para los partidos de izquierdas que conviven en el Congreso, y es precisamente el auge de Vox. "Nos ayudará a buscar síntesis" entre diferentes posturas, ya que tampoco en este sector parlamentario reina la homogeneidad. Esta fuente del socio del PSOE en el Gobierno recuerda que confluyen dos sensibilidades, una más moderada, que encarnan PSOE y PNV, y otra más "incisiva", en la que habitan Unidas Podemos, EH Bildu o ERC.

Profundiza en ello un compañero de bancada. "En la medida en que ha salido reforzada la lógica de bloques, sí creo que se va a fortalecer el conjunto de partidos" de la investidura de Pedro Sánchez como presidente o que propiciaron los presupuestos del año pasado y del ejercicio en curso. Ve una contrapartida, sin embargo: "que, en consecuencia, el otro sector se va a fortalecer también".

Agenda legislativa

Una pugna de bloques izquierda-derecha en el Congreso dará vigor a la agenda legislativa. Será ineludible, indican dos de las fuentes consultadas sobre los efectos del 13-F entre el PSOE y sus aliados. Dos normas relucen en el trayecto más inmediato: la derogación de la ley mordaza, que la mayoría parlamentaria está ya ultimando; y la ley de igualdad de trato, la conocida como "ley Zerolo", que avanza por su fase final.

Serán dos normas simbólicas porque significarán el punto final de una época que colectivos progresistas piden dejar atrás definitivamente, la etapa de gobiernos de Mariano Rajoy, y dibujarán un contorno de defensa de los derechos LGTBi, amenazados por Vox a tenor de lo que piden y declaran sus dirigentes.

Para más adelante, la ley de vivienda, cuyo proyecta ya está en el Congreso porque la Mesa lo calificó este martes. No habrá aquí una negociación sencilla, pero las fuentes coinciden en que las elecciones de Castilla y León servirán de revulsivo. Otra norma puesta en la brújula es la de la de garantía integral de la libertad sexual, más popularmente conocida como "ley del sólo sí es sí".

Pedro Sánchez, Nadia Calviño, María Jesús Montero y Yolanda Díaz celebran la aprobación de la reforma laboral.

Pedro Sánchez, Nadia Calviño, María Jesús Montero y Yolanda Díaz celebran la aprobación de la reforma laboral. / José Luis Roca

Recalcan los partidos progresistas que el camino que tienen delante será arduo porque "seguirán chocando las tensiones entre el ala moderada y el ala incisiva", remarca una de las fuentes de Unidas Podemos. Sin embargo, como quiera que enfrente aguardan PP y la ultraderecha, dice, el empeño por esa "síntesis" prevalecerá.

"Todo lo que sea mejorar las condiciones de vida de la gente será bueno, y ahí estaremos", añade una fuente de un grupo alineado con el Gobierno en la llamada agenda social. La predisposición para dialogar es total; para elevar el nivel de exigencia, también.

El miedo a la derecha

Como argamasa de estos partidos, cuando las negociaciones de las leyes citadas afronten el momento decisivo, relucirá de nuevo un "mantra" del Gobierno, sobre todo de su ala socialista. Ese "no podéis votar en contra" como revulsivo contra Vox saldrá a colación. A algunos grupos les condiciona, lo reconocen; a otro ya no. "Lo de que viene el lobo ya no cuela", asegura una fuente de uno de los grupos aliados. "Supongo que lo usará el Partido Socialista, lo lleva haciendo toda la legislatura", profundiza otro diputado antes de reclamar, como motivo principal de cohesión, la valentía.

Errejón, este martes, fue muy gráfico al respecto: "Presentar como principal argumento el miedo a la ultraderecha no moviliza (...) Hay que plantear la pelea en términos de lo cotidiano".