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Los socios del Gobierno se conjuran para recuperar la unidad en la ley mordaza y en vivienda

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, Nadia Calviño, de Economía y Gabriel Rufián, ERC.

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, Nadia Calviño, de Economía y Gabriel Rufián, ERC. / JOSÉ LUIS ROCA

Ángel Alonso Giménez

Pablo Iglesias, que ya no está en política a pesar de que está en todas partes, escribió en su perfil de Twitter, después de la votación más polémica de la historia reciente de España: "La reforma laboral aprobada hoy trae mejoras para los trabajadores, pero la votación demuestra que la 'geografía (sic) variable' es una trampa. De no ser por el error, hoy la derecha podría haber asestado un golpe durísimo a Yolanda -Díaz- y a UP. Toca rehacer y cuidar el bloque plurinacional".

Fuentes de cinco de los partidos concernidos por Iglesias en ese bloque plurinacional están de acuerdo y así se lo demostrarán al PSOE y a Unidas Podemos en cuanto acaben las elecciones de Castilla y León, pues durante la semana que viene no será posible. No está prevista actividad parlamentaria precisamente por los comicios y tampoco el Partido Socialista quiere lograr resultados concretos en leyes fundamentales para la coalición antes de que se coloquen las urnas.

El bloque plurinacional al que apela Iglesias es el que integran, básicamente, ERC y EH Bildu, dos formaciones soberanistas y de izquierdas. También están el BNG, Más País, Compromìs, Nueva Canarias, PRC, Teruel Existe. Partidos que comparten con más o menos claridad un espectro ideológico, aunque en muchas de las organizaciones mencionadas las prioridades atienden antes a lo local que a las ideas. El PNV es el grupo parlamentario que falta.

El bloque plurinacional, en definitiva, es el que ayudó al Gobierno a aprobar los presupuestos de 2021 y de 2022. Se puede cuantificar en votos: 188.

La reforma laboral sigue estando en vigor porque el Congreso ha convalidado el decreto gracias a 175 síes y 174 noes. El nivel de respaldo es sensiblemente inferior, y además, muy distinto al que ha impulsado las cuentas. No figuran en él ni ERC ni EH Bildu, y sí Cs y PDeCAT. La coalición de Gobierno contaba también con UPN, pero los dos diputados se han rebelado contra su dirección y han votado en contra a pesar de que la directriz era la opuesta. Ese dislate se ha dado de bruces con el error de un diputado del PP llamado Alberto Casero, al que la reforma laboral de Yolanda Díaz debe su "éxito".

Las leyes marcadas en el calendario

En política lo que se dice en público no siempre coincide con lo que se dice en privado. Casi nunca, la verdad. Este jueves, en el Congreso, ha sucedido la excepción. En la tribuna de oradores algunos de los díscolos se han comprometido a coser las heridas en cuanto acabara el día. Los que han dado apoyo al decreto, a pesar del disgusto por la implicación de formaciones que les desagradan, Ciudadanos en especial, también han invocado un espíritu de entendimiento.

EH Bildu, según fuentes de esta formación, tiene claro que debe ser así porque la legislatura está entrando, si no lo ha hecho ya, en una fase decisiva. La prueba, este jueves, el día de la reforma laboral. La agenda legislativa que viene dibuja un par de normas dentro de sendos círculos rojos: la derogación de la ley mordaza y la tramitación del proyecto de ley de vivienda. "Nosotros vamos a mantener la actitud de negociar cada ley que refuerce la agenda progresista", indican las fuentes. El episodio con el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz lo dan ya por finiquitado.

ERC es el partido clave. La aritmética parlamentaria le ha entregado la llave de la legislatura. Su ausencia en el sector de partidos que apoyen al Gobierno obliga a componendas como las vistas con el decreto de la reforma laboral. Sus trece diputados están llamados a impulsar las políticas de Pedro Sánchez o a torpedearlas, si no tumbarlas. Fuentes del partido catalán están dispuestos a hacer tabula rasa y a empezar de cero. "Somos serios y la alternativa no puede sentirse fuerte", aseguran. La alternativa es la suma de PP y Vox. La manera de aplacar el auge de los partidos de Pablo Casado y Santiago Abascal la dan leyes progresistas.

Esquerra, por esta misma razón, ha tenido conversaciones con el Ministerio de Interior y con el PSOE para pactar determinadas enmiendas al texto que reemplace la ley mordaza. No precisan cuáles dichas fuentes porque la ponencia encargada de la sustitución normativa únicamente ha revisado los primeros artículos del texto, una proposición que registró el PNV hace más de un año, y estos no suscitan colisiones.

El periodo de sesiones que acaba de comenzar en el Congreso, que acabará en junio, va a ser caudaloso. Un alud de normas esperan tramitación. En muchas se comprobará el entendimiento de las fuerzas de izquierdas y en otras no tanto. Pero en las emblemáticas al menos habrá conversaciones y negociaciones, y esas son la nueva ley de seguridad y la de vivienda.

Ésta no pondrá una alfombra roja porque lo que se conoce del proyecto, más allá de los reparos del Consejo General del Poder Judicial sobre las delimitaciones de los marcos competenciales, resulta tímido para varios aliados, sobre todo lo que hace referencia a la contención y bajada de los precios de los alquileres en zonas urbanas tensionadas. "Pero hablar con el Ministerio de Belarra es otra cosa", zanja una de las fuentes de un partido del llamado bloque plurinacional.

Con todo, en algunos partidos el énfasis por pulir y abrillantar el carácter progresista se va a hacer notar. "Tenemos que querernos más y ser más exigentes", apunta un diputado. Con ese ánimo afrontará las negociaciones que quedan. En unos días se reunirá con la dirección del grupo socialista y expondrá su agenda.

La reforma laboral ha empujado al PSOE al centro, pero las fuentes socialistas no quieren encerrarse en terrenos tan acotados. No niegan que quieran practicar la geometría variable, pero recalcan que la coherencia será la que se imponga. "Estamos más cercas de- nuestros aliados que de Cs", argumentan.

Y esto es algo que en Ciudadanos tienen clarísimo también, afirma a este medio uno de sus diputados. Dudan de que el puente sea sólido, si es que lo hay.