CICLO ELECTORAL

El PP confía en que las andaluzas eviten que Vox gobierne en Castilla y León

Consideran que si la prioridad de Vox es Andalucía podrían evitar atarse a una coalición ya, tras el 13-F

El PP luchará por un gobierno en solitario aunque teme imposiciones programáticas

Alfonso Fernández Mañueco y Juanma Moreno Bonilla.

Alfonso Fernández Mañueco y Juanma Moreno Bonilla. / PP.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Las elecciones de Castilla y León dibujarán un nuevo escenario político y obligarán a PP y Vox a avanzar en la definición de su relación como socios. Todas las encuestas apuntan a una victoria de Alfonso Fernández Mañueco y su intención, siempre que sume más que la izquierda como consiguió Isabel Díaz Ayuso en Madrid, pasa por constituir un gobierno en solitario que la formación ultra apoye de manera externa. En todo caso, el PP descuenta que el apoyo de Vox será necesario y dependerá del número de procuradores cómo materializan sus exigencias

Algunos dirigentes populares apuntan a que la cercanía de unas elecciones en Andalucía “podrían salvarles” y que el partido de Santiago Abascal descarte pedir consejerías en el gobierno autonómico.

Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, los populares asumen que inflaron las expectativas en la campaña y que rozar la mayoría absoluta se antoja ya muy difícil. De ahí que ahora eviten hablar de un número concreto de escaños, y que los máximos dirigentes sitúen su victoria en una horquilla amplia a partir de los 30 procuradores. No mencionan más lo de los 38 o 39 asientos en las Cortes. Vox no ha dejado claro si pretende entrar en el gobierno castellanoleonés, aunque su presidente sí manifestó hace pocos días que la prioridad no son tanto las consejerías, sino las políticas.

No es un asunto menor y en el PP preocupan las imposiciones ideológicas y programáticas que Vox pueda buscar en una comunidad, avanzan dirigentes veteranos, “que no es Madrid en muchos aspectos”. Pero, con todo, la verdadera preocupación en Génova sigue mirando a cuándo se producirá la primera entrada de Vox en un gobierno. Ese es el hecho diferencial y, en este momento, distintos cargos nacionales y regionales no creen que para el partido de Abascal Castilla y León tenga que ser una prioridad.

La siguiente cita electoral es la clave. Andalucía sí es un territorio estratégico para Vox (el partido irrumpió en las instituciones en 2018 por primera vez) y todos los sondeos reconocen que tienen un arraigo importante. En la formación aseguran incluso que podrían ser primera fuerza en algunas provincias como Almería. 

En todo caso, Vox cree que en esos comicios sí tiene muchas posibilidades de crecer. Y, a pesar de que no confirman de manera definitiva a Macarena Olona como candidata, la abogada del Estado y diputada tiene serias papeletas para debutar en la gestión si los números dan.

Un perfil distinto es el candidato castellanoleonés, Juan García-Gallardo, un joven abogado de 30 años que apenas lleva afiliado unos meses al partido y que no tiene experiencia política. “No tiene mucho sentido que acudan a la campaña andaluza con las manos atadas y dentro de un gobierno del PP si tienen tantas expectativas en Andalucía”, afirman. Otros cargos desconfían de las intenciones de Vox y hay algún dirigente con experiencia de gobierno que reconoce que “dependerá mucho” del resultado que realmente consigan el 13 de febrero.

El propio Abascal reconoció en la televisión de Castilla y León que decidirán sobre la entrada en el gobierno en función de “la fuerza” que les otorguen los ciudadanos y el poder de negociación que puedan ejercer. Recalcó una vez más que la meta de estas elecciones no es tanto incluir a consejeros de Vox en un gobierno, sino influir en la política. Y no escondió el verdadero objetivo de su partido, que también preocupa dentro del PP: “No queremos ser una muleta del Partido Popular. Queremos ganar y presidir”. Hablaba en clave autonómica, pero también con la vista puesta en las generales.

La preocupación del PP en Andalucía se hizo patente hace unas semanas en León durante la puesta de largo de Mañueco en el congreso regional de su reelección. “Por dios, sacad un buen resultado que después voy yo”, dijo el propio presidente de la Junta andaluza. La semana pasada repetía un mensaje similar en Salamanca durante un mitin de campaña. “Esto es como el que se va a examinar y le tiemblan las piernas. Yo estoy así, pero ya que vas primero, que vaya bien”, le espetó a Mañueco. El chiste, que empieza a ser recurrente, desvela cómo en el partido mirarán con lupa lo que ocurra en Castilla y León el 13 de febrero.

Moreno aún tiene que decidir sobre su adelanto electoral, aunque en este momento parece claro que lo hará antes del verano. En la dirección nacional no esconden que el presidente de la Junta mirará con detenimiento lo que consiga Mañueco y, sobre todo, lo que hagan el resto de actores políticos. En Génova siguen defendiendo que el líder andaluz se ha consolidado por completo en esta legislatura, a pesar de que a nadie se le escapa que la muerte política de Ciudadanos implica la llegada de un nuevo socio, cuya fuerza está por ver.