REFORMA LABORAL

Los tres motivos del 'no' de ERC a la reforma laboral

Los contenidos del acuerdo, las formas y las garantías separan a los republicanos de los dos socios del Gobierno

Gabriel Rufián y Félix Bolaños, en los pasillos del Congreso.

Gabriel Rufián y Félix Bolaños, en los pasillos del Congreso. / EFE

Xabi Barrena

El principal socio del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos en el Congreso, ERC, se opone a una de las medias estrellas de esta legislatura, la reforma laboral. Salvados los Presupuestos Generales del Estado (PGE), unos y otros exhiben escasa sintonía en una cuestión en la que todos coincidían en campaña electoral, la obligada necesidad de "derogar" la norma aprobada por el PP. Estos son los motivos por los que los republicanos se mantienen en un 'no' sin fisuras internas.

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La oposición al texto pactado por Yolanda Díaz con sindicatos y patronales es frontal. Según detallan fuentes republicanas, en la iniciativa "no hay referencia a salarios de tramitación ni a subcontrataciones". Además, ERC hizo llegar al Gobierno un redactado concreto "que afecta a la negociación colectiva en Cataluña y, en cuanto a los ERE", Esquerra planteó "la recuperación de la autorización administrativa y no solo un informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS).

Formas

Es, quizá, el meollo de la cuestión, por cuanto, en principio, una negociación laboral entre partidos de izquierda debería tener un horizonte de acuerdo. Pero ERC se queja del veto del Gobierno a "tocar una sola coma" del pacto alcanzado con la CEOE, tras la amenaza de la patronal de alejarse del acuerdo si el texto sufría alguna modificación. Esquerra ve inaceptable que "un pacto alcanzado en un despacho no pueda ser retocado en la sede de la soberanía popular". Por ello defienden la tramitación de la nueva regulación laboral como proyecto de ley, y no como decreto.

Garantías

España cuenta hoy con un Gobierno de coalición, algo inexplorado desde 1978. Ello obliga a ERC a tratar con las dos almas del Ejecutivo, a sabiendas de que, en el fondo, quien corta el bacalao es uno, el PSOE y, en concreto, Pedro Sánchez. Ello hace que los ofrecimientos que directamente les llegan de la vicepresidenta Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, sean acogidas por ERC con todas las prevenciones, porque no cuentan con el aval socialista.

Es decir, son papel mojado. Por ello, los republicanos exigen que, en esa tramitación como proyecto de ley, las enmiendas sean "redactadas y firmadas" por los tres partidos (PSOE, Unidas Podemos y ERC) y que se hagan públicas las votaciones. La publicidad en la comunicación viene a cuento de los ofrecimientos bajo mesa que les han llegado, promesas de modificación que se solicitan que se mantengan en el ámbito privado. Algo a lo que ERC se opone, alegando la necesidad de luz y taquígrafos.