CONGRESO REGIONAL

El PP esconde sus grietas internas y exhibe unidad para aupar a Mañueco

El congreso autonómico del PP de Castilla y León opera este fin de semana como gran acto precampaña

Los barones se vuelcan con Mañueco, que intentará rozar la mayoría absoluta el 13-F

Génova y Sol aparcan su conflicto para salvar los resultados

Teodoro García Egea y Alfonso Fernández Mañueco.

Teodoro García Egea y Alfonso Fernández Mañueco. / SECUNDINO PÉREZ.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Empieza el baile en Castilla y León. El PP se vuelca desde este fin de semana en las elecciones del 13 de febrero con el objetivo de empezar el año electoral con buen pie y situar a su candidato, Alfonso Fernández Mañueco, al borde de la mayoría absoluta. El ejemplo es Madrid: sumar más que las formaciones de la izquierda y que una abstención de Vox bastase para que los populares puedan gobernar en solitario. Además, las primeras elecciones de 2022 serán también un laboratorio para estudiar la irrupción de nuevas plataformas, las de la España Vaciada, que también aspiran a obtener procuradores en las Cortes.

Desde este sábado, el congreso regional del PP opera como el primer gran acto de la precampaña. Los barones y principales cargos del partido acuden a arropar a Mañueco en un momento dulce para el partido gracias a la tregua (controla y con fecha de caducidad) entre la dirección nacional y la presidenta de la Comunidad de Madrid. El partido busca exhibir unidad total y cohesión en torno a las siglas, demostrando que cuando se trata de ganar elecciones las filas se mantienen prietas.

El secretario general, Teodoro García Egea, inauguró el cónclave interno reconociendo que el PP “se juega mucho” en las próximas elecciones: “Consolidar el cambio de ciclo que empezó hace meses” y “el futuro de varias generaciones”. Así lo ven en Génova y, por eso, la orden es volcar a la formación por completo. El número dos de Casado insistió en que el PP es un partido de "pequeños municipios", renegando del protagonismo de la dirección nacional y asegurando que sólo los populares pueden decir eso. "Ningún otro partido tiene lo que tenemos nosotros", repitió en distintos momentos de su intervención.

Hubo una arremetida específica contra Sánchez, “desde Moncloa se organizó un ataque coordinado contra gobiernos del PP” (citó Castilla y León, donde la moción de censura fracasó, y Murcia, donde se consiguió frenar a tiempo) y otra, muy concreta, contra Ciudadanos: “Y la hubo apoyada en una muleta naranja”. Como era previsible, García Egea siguió con la ofensiva para que Alberto Garzón dimita tras la fuerte polémica de la carne, y criticó al ministro de Consumo por “no haber pisado una granja en su vida”, asegurando que “no hay una España vaciada, sino muchos ministerios vacíos”. Más allá de la ganadería, el secretario general también remarcó la postura del partido en el reparto de fondos europeos, insistiendo en que los ayuntamientos y las CCAA se defenderán en la justicia si, como todo indica según el PP, existe arbitrariedad.

Las elecciones fuerzan la unidad

El congreso regional es una prueba de fuego para unas costuras internas que llevan demasiado tiempo tensionadas, mientras el partido casi al completo pedía un acuerdo que evitara un mayor desgaste en las encuestas. Precisamente, el temor a que Vox pudiera crecer y que los resultados no fueran los esperados es lo que consiguió la esperada foto de la paz, aunque tenga mucha impostura. García Egea arrancó el año político paseando al lado de Isabel Díaz Ayuso. Una imagen no vista en meses.

Ambas partes reconocen que no se trata de un acuerdo y que la tregua terminará cuando pasen las elecciones. El conflicto (quién y cómo presidirá el PP de Madrid) no está resuelto. Pero ambas partes necesitan que Mañueco salga fuerte de la prueba. A todas las organizaciones dentro del PP les conviene un gran resultado electoral. Pero en Génova la necesidad es todavía mayor, después de haber orquestado un adelanto electoral sin poder justificar con claridad los motivos. Un éxito de Mañueco será un éxito para Pablo Casado.

Este sábado por la tarde serán los presidentes autonómicos de Galicia, Andalucía, Madrid y Murcia los que participen en un debate que terminará el propio Mañueco. El líder nacional clausura el cónclave el domingo junto al candidato. Y también habrá un espacio de protagonismo para el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con los portavoces de las Cortes Generales y el Parlamento Europeo. Exhibición de cargos públicos y de músculo de cuadros de distintos niveles (diputados nacionales, procuradores de las Cortes, alcaldes y concejales) con el objetivo de reivindicar la hegemonía del PP en Castilla y León. En 2019 perdió por primera vez las elecciones, obteniendo el peor resultado de su historia y cediendo la primera plaza al PSOE.

En Génova tienen marcada la hoja de ruta. A partir de ahora, repiten como un mantra en el cuartel general de los populares, no puede haber una sola elección que no gane el PP. “Lo de Madrid fue sólo el principio”, dicen, insistiendo en que la única manera de que el cambio en el ciclo electoral sea evidente es seguir acumulando victorias. El primer objetivo es Castilla y León, y después vendrá Andalucía. En la dirección cuentan con que los comicios de Juanma Moreno llegarán en el mes de junio.

El debate sobre la carne abierto en canal después de las polémicas declaraciones del ministro de Consumo le dio una baza inesperada al PP. Las encuestas ya situaban al partido en cabeza, pero sus principales dirigentes consideran que esto “les ha puesto la campaña en bandeja”. Al menos, en el arco de la derecha. Los resultados que obtenga Vox, con un candidato joven, sin experiencia política y que ya ha despertado muchas críticas a cuenta de unos tuits homófobos de hace años, serán mirados con lupa por el PP.

Ayuso consiguió frenar al partido ultra en Madrid, a pesar de que incrementaron su representación en un escaño. Pero la aplastante victoria de la dirigente popular fue vista como un balón de oxígeno tras el sorpaso en Cataluña unos meses antes. Para Génova es esencial que en Castilla y León se siga visualizando ese freno. Vox cree poder arañar votos por el malestar en el campo. Pero en el PP están convencidos de que aguantarán la mayor parte del apoyo en las zonas rurales. Preocupa más el voto de ciudades como Valladolid o Burgos, las más pobladas de la comunidad.

Precisamente, con la intención de replicar el éxito madrileño, Mañueco se ha lanzado a calcar el perfil duro de Ayuso contra el Gobierno de Pedro Sánchez, elevando el debate de su comunidad al ámbito nacional, y trasladando a la ciudadanía que las elecciones van de “frenar el sanchismo” en Castilla y León. Incluso los mensajes son similares a los empleados por la presidenta madrileña, a la que el candidato pretende reivindicar como activo electoral a lo largo de la campaña. Todo ello después de haber seguido estrategias sanitarias opuestas para combatir la pandemia.