GOBIERNO DE COALICIÓN

El Gobierno mantiene abierta una brecha por la polémica de Garzón

El líder de los comuns, Jaume Asens, mantiene el pulso con el Gobierno e insiste en que el ministro de Consumo "habló como Gobierno y no a título personal", como se aseguró desde el ala socialista

EPE

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La coalición mantiene una brecha abierta por la polémica en torno a Alberto Garzón y las macrogranjas. Por la parte de Unidas Podemos, Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario, acusó este viernes al presidente de Aragón, Javier Lambán, de una "deslealtad gravísima" hacia el Gobierno de coalición. Por la parte socialista, presidentes autonómicos y demás dirigentes del partido continuaron cuestionando al ministro.

Asens entró al trapo para contestar a la petición realizada por Lambán, que exigió una "rectificación inmediata" de Garzón o, de lo contrario, no debería seguir "ni un minuto más" en el Consejo de Ministros. El diputado de los comuns rechazó la desautorización que sufrió el titular de Consumo por parte del ala socialista del Ejecutivo, después de que Pilar Alegría, titular de Educación, asegurase que Garzón había hablado "a título personal", y no como miembro ejecutivo. En este sentido, aprovechó para marcar posiciones y defendió, como el propio Garzón ya había hecho un día antes, que "habló como Gobierno, no a título personal".

El líder de los comunes pidió valorar las palabras del ministro "a partir de lo que ha dicho" y no "a partir de lo que algunos se han inventado de lo que ha dicho". La polémica surgió a partir de una entrevista concedida por Garzón en The Guardian que se publicó el pasado 26 de diciembre, y en el que el líder de IU criticaba la ganadería intensiva por la explotación animal y la alta contaminación, al tiempo en que abogaba por la ganadería extensiva, que aprovecha los recursos naturales y que "sí es sostenible", según defendió en el periódico británico.

Las críticas a estas palabras también recalaron y recalan días después entre el PSOE. A su llegada a la sede del PSOE para asistir al Comité Federal del partido, numerosos dirigentes rehusaron entrar en la polémica de si el ministro debería o no ser cesado y algunos deslizaron sus críticas. Fue el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que afirmó irónicamente que “los errores en la vida y en la política van en la misma proporción a la carga de trabajo” y que, como dice un dicho de su tierra, “cuando el diablo no tienen nada que hacer, mata moscas con el rabo”.

García-Page señaló abiertamente que “cuando alguien mete la pata, como lo ha hecho (Garzón), y no es la primera vez, lo mejor es rectificar”, ya que “se pueden decir tonterías en todos los idiomas y en todas las latitudes políticas”. No obstante, sobre el posible cese, señaló que la decisión depende de Sánchez y que, “basta que le pida la oposición una cosa, para que tenga que hacer lo contrario”. El socialista aseguró que PSOE debe “dejar muy caro que piensa de manera muy distinta” y que su verdadera preocupación es la recuperación económica y la batalla contra el coronavirus.

El candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, tras señalar que el sector ganadero es un “sector de primor en el que se crea economía y empleo y del que nos sentimos orgullosos”, opinó que las declaraciones del ministro “probablemente no hayan sido las correctas" y afirmó que "el país no está para polémicas que se ceban desde la derecha”.

Polémica

La polémica fue creciendo después de que el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, le acusara de atacar la ganadería de la región, en un mensaje que los morados atribuyen directamente a la precampaña electoral, después del adelanto de los comicios que convocó para el próximo 13 de febrero.

El PP en bloque se sumó a la campaña contra Garzón, desde Ciudadanos han pedido su reprobación en el Congreso, y a las críticas también se unieron importantes dirigentes socialistas como Lambán o Emiliano García Page, presidente de Castilla La Mancha, que también pidió la rectificación del ministro.

Pese a esta lluvia de críticas, desde Podemos brindaron un tibio apoyo al dirigente de Izquierda Unida, y fue la vicepresidenta Yolanda Díaz la que terminó alineándose con sus tesis, convirtiéndose en el único miembro del socio morado de Gobierno que salió a respaldarle. En este sentido, también salieron a darle su apoyo algunos representantes de las distintas confluencias, como Galicia en Común o los comunes, también alineados con la futura candidatura de la vicepresidenta del Gobierno.