EXPORTACIÓN DE CARNE

El Gobierno se desmarca de las declaraciones de Garzón sobre la carne: "Son a título personal"

La oposición y Lambán han pedido su dimisión, mientras que Pilar Alegría, ministra de Educación, rechaza las palabras del ministro de Consumo y asegura que no marcan la postura del Ejecutivo: "No es la primera vez que lo hace"

Alberto Garzón

Alberto Garzón / EFE

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Una vez más, unas declaraciones de Alberto Garzón han levantado una fuerte polvareda alrededor de la actuación del ministro de Consumo. Y, de nuevo, con la industria cárnica de por medio. Tras asegurar en una entrevista con The Guardian que "las megagranjas de explotación intensiva contaminan en exceso y exportan una carne de mala calidad", el sector, que estudia emprender medidas legales, y la oposición, con Pablo Casado a la cabeza, han criticado duramente al miembro de Unidas Podemos, pidiendo su cese inmediato.

Pero los reproches no se han quedado ahí, ya que desde el propio Gobierno del que forma parte Garzón también se han afeado las palabras del ministro de Consumo. Ha sido la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, la encargada de salir al paso este miércoles asegurando que la postura del Ejecutivo no coincide con la del ministro ya que sus declaraciones, según la ministra, son "a título personal", al tiempo que ha expresado el apoyo del Gobierno al sector ganadero.

Un día antes, Garzón explicaba que los propietarios de las macrogranjas "encuentran un pueblo en un área despoblada de España y ponen 4.000, 5.000 o 10.000 cabezas de ganado". Además añadía que "ontaminan el suelo, contaminan el agua y exportan una carne de mala calidad de estos animales maltratados".

"La posición del Gobierno sobre este tema la hemos dejado muy clara en otras ocasiones, empezando por el propio presidente del Gobierno que ha pronunciado de forma taxativa su posición a favor del sector ganadero", ha respondido la ministra en una entrevista en Onda Cero. Alegría ha añadido que esta postura del Ejecutivo se demostró con la aprobación de la Política Agraria Común (PAC), "uno de los elementos más importantes cuenta con el apoyo del sector ganadero".

Lambán y Page, en contra

Si bien no ha entrado a valorar las críticas del presidente aragonés y miembro del PSOE, Javier Lambán, en las que ha pedido que Garzón "no puede ser ministro ni un día más al ser una agresión directa a una parte importante de la economía aragonesa, que se esfuerza por ser competitiva y sostenible", la ministra ha recalcado que las palabras del ministro no se corresponden con la postura del Ministerio de Consumo. "En la propia entrevista no marca ninguna posición del Gobierno, son a título personal, no es la primera vez que lo hace", ha enfatizado.

Con todo, la ministra ha asegurado que "lo que todo el mundo conoce" es que España "es un país gran productor de alimentos de calidad" y en el que conviven tanto modelos intensivos como extensivos. Además, ha afirmado que "ambos generan empleo y economía" para los pueblos, buscando restar importancia asunto.

También se ha pronunciado Emiliano García Page, Presidente de Castilla-La Mancha y, como Lambán, miembro del PSOE, exigiendo una rectificación: "No se puede hacer propaganda negativa de un sector tan importante en el exterior. Nuestra carne cumple todos los estándares de control y es de primera calidad", ha ensalzado.

Del chuletón al aceite

No es, sin embargo, la primera polémica que ha protagonizado Garzón desde que es titular de Consumo. Una de las primeras, y la más sonada, tuvo que ver también con la industria cárnica, en este caso poniendo en la diana a la carne roja. Hace poco menos de un año, Garzón pidió a los ciudadanos que consumieran menos carne, no solo por motivos de salud, sino también por motivos medioambientales.

Según aseguró el ministro, la producción en masa de carne y su consumo son una de las fuentes generadoras del calentamiento global. Palabras que provocaron fuertes discrepancias y que forzaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a salir al paso para zanjar el asunto y desautorizar a Garzón asegurando que “a mí, donde me pongan un chuletón al punto... eso es imbatible”.

El sector del aceite fue otro de los que se sintieron agraviados por otra de sus intervenciones. En este caso Garzón presentó un sistema de colores llamado Nutriscore, que catalogaba los efectos para la salud de los alimentos. En la idea inicial, el aceite de oliva estaba en la diana por su elevados niveles de grasa. Un ataque a uno de los productos básicos de la dieta mediterránea que llevó, en este caso al ministro en primera persona, a recular rápidamente.

Los juguetes han sido otro de los objetivos de Garzón. En este caso, Consumo llamó a realizar una huelga de juguetes para protestar contra el sexismo, convocado a las familias para que denuncien los estereotipos de género y el sexismo en dicho sector.

Para ello, en vísperas de Navidad, Consumo publicó un vídeo que, bajo el lema "jugar no tiene género", presentaba a unos juguetes que reivindicaban que había "llegado el momento de decir basta, y de ejercer el derecho a jugar con el 100% de los niños". Una estrategia que también generó revuelo entre la oposición por el coste económico de la campaña.