RECONFIGURACIÓN DE LA IZQUIERDA

Yolanda Díaz trabaja en incorporar a nuevos equipos para la construcción de su candidatura

La vicepresidenta comienza los trabajos para armar su candidatura, con la incorporación de nuevos perfiles

Yolanda Díaz

Yolanda Díaz / EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Yolanda Díaz prepara la entrada del nuevo año con la vista puesta en el proyecto que aspira a construir para las elecciones de 2023. Una vez cerrado el acuerdo sobre la reforma laboral, y con el reto de negociar su convalidación y la subida del Salario Mínimo Interprofesional en las próximas semanas, la vicepresidenta del Gobierno ya trabaja en los siguientes pasos para asentar los cimientos de su candidatura, con la incorporación de nuevos equipos que aborden distintos aspectos del nuevo sujeto político. 

En las próximas semanas dará comienzo el llamado “proceso de escucha”, en el que Díaz prevé una gira por España y centenares de reuniones con actores de la sociedad civil, política y representantes de distintos sectores sociales, económicos o culturales. El objetivo es tener una aproximación lo más precisa posible de los problemas y necesidades existentes, de cara a la construcción de un proyecto de país para la próxima década.

Aunque en un inicio se tenía previsto comenzar con el nuevo año este proceso de escucha, finalmente se retrasará como mínimo hasta febrero debido a las complejas negociaciones que aún quedan. De esta manera, el pistoletazo de salida 'oficial' será previsiblemente tras las elecciones de Castilla y León.

Podemos ya intentó precipitar los tiempos de la también ministra de Trabajo para que estos comicios fueran la "primera parada" de su plataforma, pero Díaz rechazó estas presiones manteniendo su propio calendario. Así las cosas, aunque este enero comenzarán trabajos para organizar la candidatura, no será hasta después de esta cita con las urnas cuando se inicie la ronda de reuniones y viajes. El comienzo de esta fase será en todo caso anunciado oficialmente para revestirlo de formalidad.

FALTA DE MEDIOS

El ambicioso propósito de establecer un diálogo con la sociedad, sin embargo, choca de bruces con la falta de medios económicos y de personal que tiene la vicepresidenta del Gobierno en estos momentos. Sin un partido propio que le respalde en las cuestiones materiales y organizativas, la dirigente se ha valido hasta ahora del apoyo de organizaciones como el partido de Ada Colau, que se ha convertido en su principal madrina política, o de ICV, el partido de Mónica Oltra, además de contar con la excelente sintonía de CCOO, que le da ventanas de visibilidad con organización de actos participados por la gallega, que logra así acercarse a una amplia base de la clase trabajadora. 

La falta de una logística propia ha sido salvada por distintos actores, pero en los próximos meses necesitará de más manos y cabezas para abordar la complejidad de su empresa. Hasta ahora, la vicepresidenta contaba con un reducido equipo adscrito al Ministerio de Trabajo, algunos de ellos llevan junto a ella desde los inicios de su trayectoria política en la arena nacional, y otros desembarcaron del partido de los 'comuns' poco después de que Díaz fuera señalada por Pablo Iglesias como próxima líder del espacio. Este es el caso de su jefe de Gabinete, el ex diputado Josep Vendrell, o Rodrigo Amírola, uno de sus asesores de cabecera; ambos procedían del grupo parlamentario de los 'comuns' en el Parlament catalán, donde trabajaban con Jèssica Albiach. 

La llegada de estos nuevos cuadros completaron el perfil político de la dirigente, que hasta entonces ocupaba únicamente la cartera del Ministerio de Trabajo y estaba más centrada en los aspectos técnicos. Desde su ‘ascenso’ a la Vicepresidencia, Díaz ha cuidado más su discurso, y ha logrado generar fuertes expectativas sociales sobre el proyecto que aspira a construir relegando a un segundo plano a los partidos y marcando distancias con Podemos, cuyo desgaste podría suponer un lastre a nivel electoral. Un objetivo que dan por cumplido, después de meses en los que han logrado esquivar grandes choques con los dirigentes morados y han lanzado la imagen de la dirigente laboralista, que desde hace meses es la líder mejor valorada, según el CIS. . 

Aunque han sido suficientes para esta fase inicial, los medios con los que cuenta la gallega se presentan como limitados de cara a la nueva etapa que abre en su proyecto. A principios de curso, ya se formó en torno a Díaz un equipo reducido más centrado en aspectos de discurso político, en el que participan perfiles de confianza del ministerio, como el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, asesores como Amírola o Xaime Subiela o la directora de Comunicación, Virginia Uzal. Este grupo ha perfilado políticamente el proyecto, y ha diseñado el lanzamiento de algunos mensajes clave, que logrado ser apuntalados sin abrir grandes heridas en Podemos.

AMPLIAR EQUIPOS

En los últimos meses, Yolanda Díaz ha ido dando pasos para ampliar los equipos humanos de cara al despegue de su proyecto. La vicepresidenta ha mantenido múltiples reuniones con perfiles de distintas procedencias para incorporar a su proyecto. Desde que Díaz anunció oficialmente en septiembre su intención de lanzar su propia candidatura, se han producido multitud de ofrecimientos a la dirigente para colaborar en el proyecto; muchos de ellos habían formado parte del primer Podemos y habían abandonado después la vida política, otros seguían dentro del partido, y otros eran perfiles de relieve que se habían mantenido hasta ahora fuera de la arena política. La vicepresidenta ha ido, casi involuntariamente, tejiendo una red de contactos que en algunos casos ya se han concretado en reuniones y que, en último lugar, darán lugar a nuevas formas de trabajo en el espacio.

En las próximas semanas se prevé empezar los trabajos en torno a la candidatura, con la idea de configurar distintos equipos de trabajo formados por cuadros que, cada uno desde su ámbito, remen por avanzar en la configuración de los distintos aspectos de la plataforma, desde las cuestiones más puramente organizativas, a grupos especializados por áreas que le otorguen una base discursiva. El objetivo es ampliar su perfil más allá de las cuestiones laborales y darle un carácter integral de candidata, al tiempo en que se avanzan algunas de las líneas principales de lo que será la candidatura. 

Igual que en los inicios de Podemos, las personas que formarán estos nuevos equipos trabajarán voluntariamente por esta causa, en muchos casos compaginándolo con sus actuales trabajos, ante la imposibilidad de ser contratados al no existir todavía organización alguna o CIF propio, circunstancia que limita los movimientos de la futura candidata. Sin embargo, esta suma de manos y cabezas al proyecto permitirá a Díaz aportar nuevas ideas en la construcción de su candidatura, además de ampliar su red y extender sus lazos a distintos territorios. 

LANZAMIENTO SIN HERIDAS

El proceso de construcción aún no ha empezado, pero Díaz ya ha puesto en los últimos meses algunas de las principales bases de su proyecto. Uno de los principales retos era lanzar un mensaje alejado de Podemos y del discurso tradicional de la izquierda y abogar por la independencia frente a los partidos sin abrir demasiadas heridas en este espacio.

Aunque en los últimos meses ha existido cierto malestar en la organización liderada por Ione Belarra, el carácter conciliador de la vicepresidenta y su equipo ha logrado ‘despegar’ la idea sin desencuentros evidentes. Algunas apariciones de Pablo Iglesias en los medios de comunicación pidiendo un lugar relevante para Podemos en el futuro proyecto sí han generado cierto ruido mediático sobre el futuro papel del partido, llegando a obligar a la dirigente gallega a reaccionar.

Díaz, por el momento, ha logrado neutralizar estas presiones con una estrategia basada en evitar el diálogo a través de los medios de comunicación y en mantener su propio calendario, ajena a las distintas peticiones de los morados por adelantar los tiempos. Un plan con el que su equipo quiere evitar el desgaste y salvar de la polémica a la futura candidata.