ENTREVISTA

Abel Caballero: "Los municipios necesitan un trato como el de las autonomías"

El alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) alza la voz por los ayuntamientos, afectados por el impacto de la pandemia de Covid-19

Abel Caballero: "El Estado no puede funcionar con la macrocefalia que representan las autonomías"

/ EPC

Jose Rico

Vigo es noticia cada Navidad por sus luces, con las que el alcalde de la ciudad, el socialista Abel Caballero (Ponteareas, 1946), se ha propuesto competir en kilovatios y atracción turística con las grandes urbes del planeta. Regidor desde 2007 de la localidad más poblada de Galicia, Caballero preside desde 2015 la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y pone voz a las reivindicación de unos ayuntamientos golpeados en primera línea por la pandemia.

El Gobierno ha puesto en marcha la reforma del sistema de financiación autonómica. ¿Pueden jugar algún papel los ayuntamientos en este debate?

Debemos jugar un papel central. Los ayuntamientos reclamamos la reforma del sistema de financiación local, que es de 2002 y se tendría que haber renovado a los cinco años. Este Gobierno ha adquirido el compromiso de negociar ambos modelos en paralelo. Ahora las autonomías tienen prioridad a la hora de repartirse los recursos y lo que queda nos lo tenemos que repartir los municipios. Ese sistema no nos vale. En España hay tres administraciones (central, autonómica y local) y queremos un trato exactamente igual que a las autonomías.

La FEMP le remitirá al Gobierno en enero su propuesta de nueva financiación local. ¿Cuáles serán sus principales peticiones?

El sistema vigente nos deja a los ayuntamientos aquello que queda después de financiar a las autonomías. Es decir, si se aumentan los recursos de las autonomías, se reducen los nuestros. La consecuencia es que, desde 2002, los ayuntamientos tenemos una disminución de ingresos de entre 7.500 y 9.000 millones anuales. Hay que poner el contador a cero y que el incremento de los ingresos del Estado repercuta por igual en las tres administraciones. Hay otro elemento clave: mientras el Ayuntamiento de Vigo recauda el 66% de sus ingresos, la Xunta de Galicia recauda el 20%. Nosotros somos fiscalmente corresponsables; las autonomías no. Aun así, bajan los pocos impuestos que tienen y le piden al Estado que les compense. Ese sistema no funciona. El esfuerzo fiscal se tiene que primar, no castigar.

Las arcas de los ayuntamientos han recibido un fuerte varapalo del Tribunal Constitucional con la anulación del impuesto de la plusvalía municipal. ¿Les convence el nuevo modelo de cálculo que plantea el Gobierno?

La propuesta de nuevo impuesto nos gusta porque respeta a los ciudadanos. El anterior tributo era confiscatorio porque a veces recaudaba el 100% de la plusvalía. Ahora tendremos más seguridad jurídica. El problema es que, al ser respetuoso con los ciudadanos, nuestros ingresos van a disminuir porque pasaremos de recaudar el 100% a recaudar el 30%. Por eso le pedimos al Estado que nos compense esa pérdida.

Por lo tanto, ¿diría que el Gobierno central está cumpliendo con los ayuntamientos o echa de menos más implicación?

Con el nuevo impuesto sí ha cumplido. Vamos a ver ahora con el nuevo sistema de financiación local. Las autonomías están siendo privilegiadamente tratadas, tienen asignaciones presupuestarias muy importantes y solo las oigo quejarse. La demanda de muchas necesidades de los ciudadanos está en las ciudades y se tiene que producir la segunda descentralización, de las autonomías a los ayuntamientos. Las autonomías nos asignan funciones de ellas, como la política social, pero no nos otorgan recursos para llevarlas a cabo, sino que drenan recursos nuestros. El Estado no puede funcionar con esta macrocefalia que representan las autonomías.

"Tiene que haber una segunda descentralización, de las autonomías a los ayuntamientos"

Desde que convivimos con la pandemia se ha hablado mucho de cogobernanza. ¿Ese concepto llega también a los municipios?

Empieza a llegar a través de las conferencias de presidentes y conferencias territoriales. Pero estamos sin voto porque el sistema no lo permite. La FEMP tiene que ser entidad de derecho público para poder tener voto en las conferencias. La cogobernanza tiene que incluir a los ayuntamientos. Empieza a hacerlo Pedro Sánchez, pero quedan pasos muy importantes por dar.

¿Cómo se percibe desde los municipios el clima de crispación que demasiadas veces preside la política española?

En política, la oposición tiene que entender el concepto de oposición. La oposición destructiva lleva a la aniquilación de la propia oposición. La oposición se tiene que comportar de otra forma porque en democracia no vale todo. Y normalmente, los que lo hacen mal en la oposición continúan en la oposición.

"La oposición destructiva lleva a la aniquilación de la propia oposición"

De todas las sensibilidades que hay en el PSOE sobre el concepto y la idea de España, ¿en cuál se encuentra usted cómodo?

España tiene 500 años de historia y es uno de los estados más antiguos de historia. Somos una nación diversa que aglutina autonomías y nacionalidades con sensibilidades y autoidentificaciones distintas, pero somos un Estado.

¿La idea de avanzar hacia una España federal le convence o le chirría?

Ya estamos en eso. Es pura semántica terminológica. Con las comunidades autónomas ya tenemos una configuración federal propia. ¿Qué es la Conferencia de Presidentes si no una cámara federal? Hay que profundizar en todo esto, pero el secesionismo es espurio en este país.

"Se puede profundizar en el federalismo, pero el secesionismo es espurio en este país"

Hay una mesa de diálogo en marcha entre el Gobierno y la Generalitat. ¿Cuál sería su propuesta de modelo de país frente al independentismo?

Eso lo tiene que decidir la propia mesa. Es bueno que haya relaciones bilaterales a todos los niveles para abordar ciertos asuntos. Hay que estar abiertos a la diversidad, pero España es un Estado y una nación.

Desde una comunidad como la suya, que también tiene dos lenguas oficiales, ¿cómo se ven las polémicas alrededor del catalán en las aulas?

Como en mi país esa polémica no existe, me cuesta entenderla. En Galicia, la lengua nunca fue motivo de confrontación. Los galleguistas siempre tuvieron claro que el avance del dominio y el uso del gallego no debía significar una discriminación de quienes no hablan siempre en gallego. Yo hago el 75% de mis ruedas de prensa en castellano por decisión propia. Y, por cierto, tengo casi el 70% del voto de mi ciudad. La lengua es una expresión de los sentimientos de las personas y tiene que servir para unir.