ENTREVISTA/BALANCE

Errejón: "Con este rumbo del Gobierno, la vida de la gente no es más fácil"

El líder de Más País reclama más ambición al Gobierno de PSOE y de Unidas Podemos. Acusa a Moncloa de no manejar bien las expectativas sobre sus anuncios, de los que peca por exceso. La reforma laboral y la ley de vivienda son sus prioridades ahora mismo

Íñigo Errejón

Íñigo Errejón / EPC

Ángel Alonso Giménez

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) está viviendo la legislatura con intensidad. Su obsesión es sacar el máximo partido posible de los dos diputados que tiene Más País. No parece que le esté yendo mal. La clave, el equipo del que se ha rodeado y olfato para detectar dónde se instalan las preocupaciones de la gente. Su discurso se aleja de esas cuestiones de las que nadie habla en la calle, en el bar o en su casa, como la renovación del CGPJ. Le preocupa que el Gobierno avance por un mundo paralelo al de la rutina de los ciudadanos.

Pregunta. ¿Qué balance hace de las relaciones del Gobierno con Más País durante 2021?

Respuesta. El Gobierno escucha un poco más que lo que hizo el año anterior. Lentamente parece haber asumido que es un Gobierno en minoría que necesita los apoyos del Congreso, lo cual puede ser una fortaleza, porque a veces, gracias a esos apoyos, consigue que las cosas le salgan mejor. Por ejemplo: los presupuestos de 2022 tienen un partida para que haya psicólogos en los institutos.

Este balance de 2021 coincide con el balance de la mitad de legislatura, que indica que estamos en un momento de bifurcación, pues lo que no se haga ahora ya no se va a poder hacer. Van a venir elecciones (Castilla y León y Andalucía), así que las reformas que no se hagan, no se harán. Hemos cruzado el rubicón de la legislatura y esto nos preocupa porque ahora el balance de la acción de gobierno no nos sale positivo. Ha hecho más anuncios que medidas y las grandes cuestiones siguen pendientes. El saldo positivo que le tiene que salir al Gobierno es que los españoles vivan con más tranquilidad, pero con el precio de la luz, la reforma laboral aprobada, la transición ecológica o la salud mental no sale ese saldo. Además, a menudo paga un doble precio: no contenta a los suyos y desespera a los contrarios. Para los contrarios, las leyes son comunistas; para los suyos, se quedan en agua de borrajas.

P. ¿Ha mejorado la relación con Más País la interlocución con el ministro Félix Bolaños?

R. En mi caso hay más fluidez en la comunicación. Hablamos. Ha mejorado el trato. Pero en el rumbo, el Gobierno no ha virado para bien. Con este rumbo que sigue no parece que la vida de los ciudadanos sea más fácil. El Ejecutivo será evaluado por lo que diga la vida cotidiana de los españoles. Eso no sale hoy. Sí, es culpa de la pandemia, pero un Gobierno tiene que estar para que la vida sea más sencilla. Sigue habiendo mucha distancia entre los grandes titulares y las grandes transformaciones de la vida de la gente, lo que tiene que ver con cómo el Gobierno maneja las expectativas. Expresiones como “el Gobierno más progresista de la historia”, “el ingreso mínimo vital será el cuarto pilar del estado de bienestar”, “vamos a derogar la reforma laboral”… Tiene que tratar a los españoles con más claridad.

La distancia entre la grandilocuencia de las promesas y la modestia de las transformaciones erosiona su credibilidad, y con esa erosión vive la derecha, pero la izquierda no. Para las fuerzas progresistas que necesitan que la gente crea en la política, esta distancia entre anuncios y cambios es problemática.

P. ¿Qué leyes de las que están a punto de negociarse en el Congreso son prioritarias para Más País?

R. Vamos a insistir mucho en la salud mental. Nosotros no estamos describiendo un problema administrativo. La gente sufre, se ha acostumbrado a sufrir y no hay nadie que les ayude. Eso no se soluciona con una medida o dos. Hace falta un verdadero plan, no un plan ministerial, sino una ofensiva nacional para reducir el sufrimiento por salud mental.

Falta la ley de vivienda, que no es menor. Quedan dos años de legislatura, y mientras no esté garantizado el derecho a la vivienda, es un lastre para la economía, ya que mucho dinero va a la economía especulativa, la que no genera empleo; se está yendo a los rentistas.

Por otra parte, el Gobierno tiene una inmensa oportunidad de colocarse en la vanguardia ecológica. El nuevo Gobierno sueco ha dicho que una de sus prioridades será la reindustrialización. El nuevo Gobierno alemán ha identificado creación de riqueza con transición ecológica y hasta Boris Johnson se ha propuesto que en 2035 toda la electricidad sea renovable. Necesitamos una industria propia. Lo hemos visto con los test (para detectar covid). No los fabricamos aquí y no podemos controlar el precio. Hay mucho empleo en las políticas de transición ecológica, pero el Gobierno sólo se pone la etiqueta.

Además, hay que tramitar la ley de memoria y derogar la ley mordaza.

P. Quedan dos años de legislatura y ha comentado que las reformas que no se hagan ahora, no se harán. ¿Más País va a vender más caro su apoyo?

R. Queremos que a este Gobierno le vaya bien. Eso significa ser leales, pero no siempre se deja ayudar. No siempre logramos que este Gobierno escuche. Conforme llegamos al ecuador de la legislatura, tenemos que empujar con más fuerza. Si no aportamos un poco más, se queda muy cómodo. No se da cuenta de que el miedo a la derecha ha caducado. El miedo a los otros que tanto cultivó Iván Redondo ya no basta. El Gobierno se tiene que sustentar en lo que le haya cambiado la vida a los españoles. Como no se ponga las pilas, como los fondos europeos no sirvan para que la vida nos vaya mejor, ya puede el Gobierno ponerse a especular con fechas de elecciones o con encuestas. Dará igual. Esa distancia entre lo que promete y lo que toca se convierte en frustración, y la frustración es kriptonita para la izquierda.

P. ¿A usted le han intentado convencer en las negociaciones con el miedo a la derecha?

R. Me lo han planteado para justificar que no avanzan lo suficiente. Pero en mi cabeza eso funciona de manera opuesta: precisamente porque lo que hay enfrente es eso, no podemos defraudar. Te van a tratar igual por morder que por ladrar. Como son así los otros, no puedes permitirte el lujo de defraudar. Que a nadie le quepa deuda de que si la derecha gobierna, darán todos los pasos necesarios.

Usan el miedo para negociar, pero se equivocan. Funciona al revés. Te van a respetar más cuanto más satisfecha esté su base social, y eso está por hacerse. Las dos comunidades más pobladas de España, Madrid y Andalucía, tienen dos gobiernos apoyados por Vox. Se ha normalizado. El miedo no da mucho más de sí. No hay que tratar a la derecha como “que viene el coco” porque es una facción endurecida del PP que se alimenta de que la política no vale para nada y de que las instituciones no sirven. Por tanto, debemos restaurar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y decirles que están al servicio de quienes peor lo pasan. Y eso no se consigue chocando con Vox, sino haciendo políticas que permitan que más de la mitad de tu sueldo no se vaya a la vivienda.

P. Sobre la reforma laboral, ¿qué debe contener para que Más País la apoye?

R. El Gobierno anunció la derogación entera del modelo laboral del PP. Lo anunció varias veces y hay varios acuerdos parlamentarios. ¿Es una derogación lo que han aprobado en el Consejo de Ministros? No. Lo dice la CEOE. ¿Es un avance? Sí.

En negociación colectiva, por ejemplo, es un avance mantener la ultraactividad de los convenios y que no caduquen, pero se han dejado cosas en el camino. Me hago cargo de que la negociación ha sido muy difícil. El Gobierno ha llegado a un acuerdo y hay que decir que alcanzarlo con la patronal y con los sindicatos está bien, pero no es el fin, es el medio. El fin es el pacto social. Lo importante es mejorar las condiciones de los trabajadores.

Iñigo Errejón e Inés Sabané en los pasillos del Congreso.

Iñigo Errejón e Inés Sabané en los pasillos del Congreso. / EFE

Ahora llega el segundo momento, su paso por el Congreso, donde plantearemos mejoras que creo que son del agrado del Gobierno. Cabe recordar que el lugar donde se hacen las leyes es el Congreso y aquí la correlación de fuerzas es mejor que las de la mesa de diálogo social, así que el Ejecutivo va a tener que apoyarse en una serie de grupos que quieren avanzar más. Queremos recuperar la indemnización por despido de 45 días por año trabajado, que prevalezcan los convenios sectoriales sobre los de empresa en todo, que en materia de subcontratación, en sectores como el de las “kellys”, prevalezca el convenio del sector o el de la empresa matriz (artículo 42) y limitar al máximo que por crisis las empresas modifiquen unilateralmente, sin los sindicatos, las condiciones de trabajo, que es una barbaridad que metió el PP en su reforma. Estas serán nuestras enmiendas.