ELECCIONES

El PSOE se volcará en Castilla y León contra el PP en su primer pulso frente a la España Vaciada

Ferraz está organizando la campaña junto a la dirección regional de Tudanca. El presidente y todo el partido se implicarán activamente con el candidato | La cúpula manifiesta su "respeto" a las nuevas plataformas, pero hará valer la acción del Gobierno y la inversión de 10.000 millones frente a la despoblación

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca.

El PSOE vuelve sobre sus pasos. A sus liturgias y dinámicas. A una campaña autonómica montada desde la cúpula regional y con la ayuda y la dirección de Ferraz, pero no de la Moncloa. Esa es la hoja de ruta que se maneja desde las alturas del partido ahora que afronta unas elecciones anticipadas (de nuevo) en tierra hostil (también de nuevo): en Castilla y León, el 13 de febrero. Los socialistas han aprendido de la traumática experiencia de los comicios madrileños del pasado 4 de mayo, de una estrategia que a su juicio fue errática y desnaturalizó al candidato, Ángel Gabilondo, y que fue pergeñada por el entonces jefe de Gabinete de Pedro Sánchez,

Iván Redondo

, sin participación de la estructura regional. Pero él cayó el pasado julio y el PSOE intenta enterrar su huella. Y su proceder. El objetivo ahora es construir una campaña entre las dos direcciones, la federal y la autonómica, la que lidera el secretario general en Castilla y León y candidato a la Junta, Luis Tudanca.

Porque sin lugar a dudas las urnas del 13F en la comunidad más extensa de España centrarán la acción de Sánchez y de su partido a la vuelta del parón de Navidad. Ya se vio este martes un anticipo de ese clima en el Congreso, en el debate final de los Presupuestos, pero la tensión se incrementará en apenas unos días. El PSOE, que ganó las elecciones en 2019 —35 escaños, el 34,84% de los votos, por el 31,54% y los 29 procuradores del PP—, por primera vez desde 1983, pero no pudo gobernar por la alianza de Alfonso Fernández Mañueco con Ciudadanos.

Matrimonio de conveniencia que saltó por los aires hace poco más de una semana. Los socialistas se enfrentan a un pronóstico peor por la previsible victoria del presidente regional (la duda es con qué ventaja y si dependerá totalmente de Vox) y por el reto de la España Vaciada. No obstante, en Ferraz insisten en que "hay partido" aún y que no está dicha la última palabra. Las últimas encuestas sitúan a Mañueco cerca de la mayoría absoluta (41 escaños de un total de 81) y dibujan a un PSOE a la baja, frisando los 30 parlamentarios.

En la cúpula de Sánchez subrayan que aún se está "organizando la campaña" con la dirección de Tudanca. El lanzamiento oficial llegará el 7 de enero, con el primer comité federal posterior al 40º Congreso del partido. Ferraz había elegido esa fecha para celebrar los dos años exactos de la investidura del presidente, el ecuador de la legislatura nacional. Pero la convocatoria, casi totalmente telemática por el covid, se ha reconvertido y servirá también de impulso a Tudanca. La estrategia pasa por que Sánchez se implique activamente en la campaña castellanoleonesa. Lo hará él y todo el partido, aseguró el pasado lunes el portavoz de la ejecutiva, Felipe Sicilia, para que los socialistas "vuelvan a ganar las elecciones" y la comunidad salga del "ostracismo" y deje de ser gobernada por una derecha "rancia".

La diferencia con Madrid

En los comicios del 4M, la Moncloa decidió involucrar a Sánchez en precampaña, pero desapareció de escena según se acercaban las urnas porque Isabel Díaz Ayuso buscaba el cuerpo a cuerpo con él para victimizarse y orillar a su verdadero rival, Gabilondo. Ahora, Ferraz aún no ha concretado el nivel de participación del jefe del Ejecutivo, y es consciente de que Pablo Casado quiere hacer de 2022 el año en que se visualice el cambio de ciclo, al que apuntan las encuestas sobre generales, tras firmar una victoria primero en Castilla y León y luego, en junio u octubre en Andalucía. El PSOE, aunque contempla ambos triunfos de los populares, insiste en que no está todo perdido y que, en cualquier caso, las legislativas, a finales de 2023 (si es que no hay adelanto), se jugarán en un terreno diferente, con la pandemia atrás y la recuperación económica en marcha.

Sicilia manifestaba en la sede federal el "respeto absoluto" a las plataformas ligadas a la España Vaciada que puedan presentarse, porque el PSOE aspira a "ganar la confianza de los ciudadanos". Por el momento, los movimientos vinculados al reto demográfico han anunciado que presentarán listas en Soria, Palencia, Zamora, Salamanca y Burgos.

La dirección socialista, cierto, aún no ha definido su discurso. Pero, por el momento, desde el Ejecutivo y el partido optan por hacer valer las iniciativas desplegadas desde la Moncloa. Es lo que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, llama "lluvia fina", la acción constante sobre el territorio, "no hacerse una foto un día y marcharse, que no sirve para nada". "Lo que importa son los resultados, que la gente experimente que hay formas distintas de hacer las cosas, no soluciones mágicas ni de un día para otro", señala Ribera, en conversación con este diario.

Su ministerio aprobó en 2019 las directrices para la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, que se entrelazó con el plan de recuperación. El Ejecutivo ha comprometido una inversión superior a 10.000 millones de euros (en torno al 10% del plan nutrido con los fondos europeos) en un total de 130 actuaciones orientadas a luchar contra la despoblación y para garantizar la "cohesión social y territorial". "Una transversalidad que nos ha permitido a todos los ministerios ponernos las gafas de la realidad de los territorios, de lo rural", sentencia el secretario general de Reto Demográfico, Paco Boya. Los ejes sobre los que pivota la acción del Ejecutivo es generar conectividad, digitalización y movilidad en los pequeños núcleos, y también oportunidades de empleo. A ello se suma la descentralización de instituciones que está patrocinando el Gobierno, también en Castilla y León: Sánchez aprovechó el congreso del PSOE regional, en noviembre, para anunciar dos nuevos centros, uno en Soria y otro en Segovia.

Hechos, y no "retórica"

La responsable de Reto Demográfico de la dirección del PSOE, Mayte Pérez, consejera de Presidencia de Aragón y secretaria provincial por Teruel, sí es combativa contra las nuevas plataformas, por el riesgo de que no se vele por el "interés común". "No se pueden componer mayorías a base de chantajes. Es una debilidad del Estado". "Lo más delicado es que frente a lo que tenemos (desigualdad y falta de cohesión) no puede haber cantonalismo y qué hay de lo mío", abunda Ribera. "Me preocupa no el castigo que recibamos, sino lo que seamos capaces de trasladar nosotros, con hechos y con realidades, no con retórica. Con el cumplimiento de la palabra dada —insiste Pérez—. Hay que alinear las políticas del Gobierno, de las comunidades, diputaciones, ayuntamientos, empresarios, sindicatos... Si queremos hablar en serio de esto, implica un cambio de paradigma".

Para Paco Boya, “romper más el mapa de España no es una buena alternativa”. “El fraccionamiento lleva a un eterno bloqueo y difícilmente da respuesta a los problemas que tenemos si no hay una arquitectura política realmente operativa. Eso lo hacen mejor los partidos que vertebran, como el PSOE y el PP”. Este responsable ministerial subraya que en política hay más debates aparte de las inversiones, “como el aborto o la sanidad y la escuela públicas”, debates que estos movimientos intentan esquivar. “Legitimidad la tienen toda. Lo que pido es que entre todos seamos honestos. Este es un tema muy complejo, que requiere grandes consensos, mirada larga. Es una política de Estado, que supera una legislatura y que debe superar la mirada partidista”, concluye. 

Lo que desde luego no es una prioridad para el Gobierno es una siguiente convocatoria de la mesa de diálogo, pese a la presión ejercida por el president. Los republicanos quieren una reunión del órgano para primeros de año y que haya avances. Pere Aragonès advirtió el pasado domingo, en su discurso navideño, de que buscará "alternativas" si el foro entre gobiernos "encalla" y no se ven "resultados tangibles" en 2022. En el Ejecutivo evitan poner fecha a la mesa por ahora: el foco está centrado en la lucha contra el covid, en sacar adelante la reforma laboral en el Congreso —empresa nada sencilla dada la oposición de los socios habituales del bipartito— y en la campaña en Castilla y León.

Recuperación y combate contra el covid

"No estamos en eso ahora mismo", rubrica un importante miembro del Gabinete. "A nadie le importa un rábano —abunda otro ministro—. Ni siquiera los independentistas saben adónde van. Saben que no hay alternativa. Si quieren que nos veamos, nos veremos, pero no hay avances porque ellos siguen con la demanda de referéndum [de independencia] y referéndum no va a haber". A nadie se le escapa que una cita del Gobierno y el Govern sería inconveniente para los intereses del PSOE en una región como Castilla y León, muy conservadora y en la que el PP parte con clara ventaja.

El Gobierno remarca que no está centrado en poner fecha a una nueva reunión de la mesa de diálogo con el Govern. La prioridad es el covid y los comicios

La historia reciente recuerda la estrategia seguida: Sánchez solo activó los indultos después de la batalla del 4-M en Madrid, consciente de que cualquier movimiento en Cataluña podía arruinar unas expectativas ya bajas para el PSOE, aunque el suelo se hundió infinitamente más que lo previsto. "El problema no es la fecha", conviene el último ministro citado, "es sobre que se quiere hablar y qué margen real hay para acordar".

El propio Sicilia dejaba claro el lunes en Ferraz que no hay prisa para la mesa. "Reiteramos nuestra apuesta por el diálogo y por el consenso dentro del marco constitucional. En ese marco, y en el del diálogo y el del acuerdo, estoy convencido de que se llegará a acordar una fecha". Pero la preocupación de todos, añadió, tanto del Gobierno como del Govern, "está en combatir la pandemia, hacer frente a esta nueva ola y que pueda haber una recuperación de nuestra economía".

El foco, pues, está en otro lugar. No tanto en el Palau de la Generalitat y sí más en la (difícil) conquista de Valladolid.