ELECCIONES ANDALUCÍA

Un candidato independiente, el último paso para una candidatura unitaria en la izquierda andaluza

Los cuatro partidos a la izquierda del PSOE prevén mantener una primera reunión en los primeros días de enero para comenzar a explorar alianzas

Juanma Moreno Bonilla y Teresa Rodríguez.

Juanma Moreno Bonilla y Teresa Rodríguez. / EFE

La izquierda andaluza comienza a moverse para una eventual alianza de cara a un adelanto electoral previsible para junio. Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos, la coalición liderada por el partido de Iñigo Errejón, han iniciado ya contactos para sondear fórmulas que eviten una eventual fragmentación del espacio que, en último lugar y en virtud de la ley electoral, terminaría regalando votos a la derecha. 

El plazo simbólico para alcanzar un acuerdo es el 28 de febrero, día de Andalucía, que previsiblemente será el pistoletazo de salida de la precampaña electoral. En caso de alcanzarse una coalición, señalan voces autorizadas, lo previsible es que todos los participantes den un paso atrás a la hora de liderar el proyecto y cedan el protagonismo a una figura independiente. Un candidato reconocido socialmente que pueda representar el espíritu del nuevo espacio y que no esté claramente significado con ninguna de las tres siglas. 

Esta circunstancia es relativamente fácil de asumir para Unidas Podemos, que a día de hoy no tiene elegido a ninguna cabeza visible para concurrir a las elecciones. IU y Podemos, liderados por Toni Valero y por Martina Velarde, no han abierto a día de hoy proceso alguno para determinar quién es su opción para encabezar la lista electoral, de manera que una figura independiente supondría también una salida para evitar posibles pugnas entre ambas formaciones en Andalucía, donde Izquierda Unida cuenta con más tradición y capilaridad después de la ruptura en dos de Podemos con la escisión de Teresa Rodríguez.

En el caso de la líder anticapitalista, la cuestión es distinta: su figura conserva un importante capital político y es una de las personalidades más conocidas de la política regional; es, a su vez, la principal referencia de su partido, Adelante Andalucía. De esta manera, renunciar a liderar una candidatura podría suponer un revés a la hora de afianzar su propio espacio, un escollo salvable con una de las posibles fórmulas planteadas por la dirigente para la convivencia dentro de una coalición, como es la existencia de portavocías distintas para cada formación, reparto de visibilidad y autonomía política. Si Rodríguez renunciara a ser candidata en la próxima cita electoral, también vería cumplida una de las promesas que ha defendido desde el inicio de su carrera, como es limitar a dos mandatos su liderazgo; un plazo que se ha visto interrumpido en el último año y medio por la ruptura con Unidas Podemos.

OPERACIÓN ANDALUCÍA

Hasta el momento, la operación que ha liderado con más éxito el intento de la reunificación de la izquierda ha sido dirigida por perfiles procedentes de los movimientos sociales como el portavoz de Marea Blanca, Sebastián Martín Recio, y el profesor universitario Francisco Sierra. Pese al manifiesto lanzado por Izquierda Unida y Podemos para llamar a la unificación de la izquierda, son estas figuras de la sociedad civil las que están mediando por ese acercamiento entre los distintos actores. 

Hace unas semanas se produjo el primer contacto entre las líderes de Podemos Andalucía y Adelante Andalucía, Martina Velarde y Teresa Rodríguez. Una primera llamada que, si bien no supuso un gran avance en cuanto a la unidad, sí fue el inicio del deshielo entre ambas formaciones, que hace apenas un año protagonizaron un duro divorcio político en el Parlamento andaluz. 

La mala relación de ambas fuerzas es una de las principales dificultades para la reconciliación, después de que los diputados afines a Rodríguez, y la propia Rodríguez, fueran expulsados del grupo parlamentario gracias a un acuerdo en la Mesa del Parlamento entre los morados y el resto de partidos de la oposición. Esta ruptura llegaba meses después de una separación aparentemente amigable entre la líder andaluza y el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias. 

Es por ello que la situación es difícilmente gestionable por ninguna de las partes, y están siendo actores externos quienes, desde fuera de los focos y con total discreción, están allanando el camino hacia el acercamiento. En las últimas sesiones del Parlamento previas a la Navidad, existieron contactos informales entre morados y anticapitalistas que, si bien no llegaron a concretarse en nada sustancial, sí suponen un cambio de tónica respecto a la difícil convivencia parlamentaria de los últimos meses. 

La intención de los intermediarios, a quienes algunos ya bautizan con cierta sorna como ‘los cascos azules’, es que los cuatro actores implicados -IU, Podemos, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos- puedan sentarse en una misma mesa la primera semana de enero. Esta será la primera reunión presencial entre todos los protagonistas que aspiran a evitar que Vox sustente al futuro Gobierno de la Junta de Andalucía. 

DIFÍCIL RECONCILIACIÓN

Las heridas abiertas y las fobias personales habían embarrado el terreno de la izquierda andaluza, un escenario que da los primeros pasos hacia su recomposición. Después de la expulsión de Rodríguez se han producido más desencuentros y filtraciones entre las dos facciones que conviven en la cámara andaluza: desde Adelante Andalucía han denunciado las “agresiones” por parte de Unidas Podemos, que selló un pacto antitransfuguismo con PSOE, PP, Cs y Vox para expulsar a los diputados anticapitalistas. La relación entre las portavoces de ambas fuerzas, Inmaculada Nieto y la anticapitalista, ha sido en los últimos meses inexistente. 

El hecho de que haya sido Velarde quien ha iniciado los contactos ha facilitado de algún modo el acercamiento: la coordinadora de Podemos Andalucía llegó al cargo una vez consumada la ruptura, y no fue parte de la pugna que abrió en canal la organización. Esa primera conversación, sin embargo, ha sido una mera formalidad que responde al llamamiento público de Podemos por liderar esa unión de la izquierda. Desde Adelante, sin embargo, ya han rechazado estos movimientos, al considerarlos una mera escenificación, y llaman a la discreción para lograr avances reales. Una misión que, de momento, han caído en las manos de estos perfiles de movimientos sociales. 

Si las dificultades están claras en la reconciliación de Podemos y Teresa Rodríguez, la postura de Más País Andalucía es compleja. A priori el acercamiento puede ser más fácil. Sin embargo, esta fuerza electoral, que se presentó a las elecciones generales de 2019 pero que se lanzó oficialmente como partido en septiembre de 2020, pugna ahora por consolidar su identidad propia, después de haber lanzado su coalición electoral -Andaluces Levantaos, junto a  Iniciativa del Pueblo Andaluz y Andalucía x Sí-. 

La federación del partido de Errejón busca su autonomía política más allá de las lógicas estatales y trata de darse a conocer como un referente eco andalucista entre la amplia oferta de la izquierda. Dar un paso hacia una candidatura conjunta con el resto de fuerzas iría en contra de sus intereses. Pero el carácter de Esperanza Gómez y la buena relación que guarda con el resto de dirigentes, unido a las humildes expectativas electorales que empiezan a apuntar las encuestas, que le otorgan un escaño, podrían llevar a que se replanteen su postura hacia la unidad. En las últimas semanas, también se han mantenido contactos con Andaluces Levantaos, aunque serán las reuniones a cuatro bandas las que determinarán, en último lugar, si es viable o no una alianza amplia que evite que la izquierda pierda votos en Andalucía.