PERFIL PROPIO

Ayuso se desmarca de los barones del PP: ni mascarilla exterior ni parón en Navidad

Como en las reuniones anteriores, Ayuso defendió una estrategia propia distanciándose del resto de presidentes autonómicos, incluidos los del PP. Sobre todo en lo que tiene que ver con la obligatoriedad de mascarillas y cualquier parón en eventos navideños como cabalgatas de Reyes

Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid

Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid / EFE/ Emilio Naranjo

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, contra la opinión extendida de la comunidad científica, se encontró con una sola opositora en la conferencia de presidentes autonómicos. Isabel Díaz Ayuso defendió en la reunión de las CCAA, en vísperas de la Navidad, que no comparte la medida y que, a su juicio, debería ser una simple recomendación. Se desmarcó de la inmensa mayoría de presidentes regionales y, en concreto, del resto de barones del PP. Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juanma Moreno Bonilla (Andalucía), Fernándo López Miras (Murcia) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) aplaudieron la medida confirmada por Pedro Sánchez, aunque todos pidieron que las zonas rurales se consideren una excepción.

Como en encuentros anteriores, Ayuso defendió su estrategia, marcando perfil propio y apostando por “la cultura del autocuidado”, explican en su equipo más cercano. “A estas alturas todo el mundo sabe lo que tiene que hacer”. Poco después la presidenta insistía públicamente en que la medida de la mascarilla en exteriores es “absolutamente ineficaz”. Minutos antes Sánchez había insistido en la “eficacia demostrada” durante toda la pandemia.

El choque no se detuvo ahí. La presidenta madrileña también pujó por evitar los cierres de la actividad económica o el parón de eventos navideños si no hay datos sanitarios que los avalen. Se alejaba así de Feijóo, quien en su intervención pidió “someter a consideración” la conveniencia de celebrar los cotillones de Nochevieja y de organizar cabalgatas de forma estática. La posición de Madrid sigue siendo la de mantener los planes previstos y, en ningún caso, avanzar hacia las restricciones en aforos de comercios y hostelería.

A pesar de la avalancha de contagios que la nueva variante ómicron está dejando en toda España, la Puerta del Sol lleva días criticando la excesiva alarma que ha desatado. Fuentes de la Comunidad de Madrid señalan los datos sanitarios más recientes sobre hospitalizaciones para avalar sus posiciones. 

Primero, porque según las cifras de Madrid la proporción de ingresos en UCI sobre el número de contagios es el segundo menor registrado con respecto a olas anteriores y por cada fallecimiento en estos primeros 13 días de sexta ola se producen 739 contagios. Es decir, apuntan en Sol, se necesitan el doble de contagios que hace un año para que fallezca una sola persona. Además, ingresan en planta casi 198 personas por cada muerte y en UCI, casi treinta.

En lo que sí coincidieron todos los barones del PP fue en pedir una vez más la ley de pandemias que Pablo Casado lleva exigiendo un año y medio. Sin excepción, los presidentes autonómicos populares insistieron en la necesidad de un marco legal común  que dé herramientas a las comunidades para aplicar medidas en función de la situación epidemiológica. También insistieron los distintos presidentes populares en que la aceleración de la tercera dosis es la principal garantía para minimizar los contactos. López Miras incluso sugirió la posibilidad de abrir la dosis de refuerzo a la población general más allá de los tramos de edad.

En lo que tampoco hay unanimidad dentro del PP es en el debate sobre el pasaporte covid. Mientras el presidente de la Xunta consideró positivo “avanzar” en su implementación “en todos los ámbitos posibles” y el andaluz se felicitó por haber conseguido aval judicial para su puesta en marcha, Ayuso sigue sin ser partidaria de su uso.

Tampoco Castilla y León se pronunció al respecto, aunque el nuevo consejero de Sanidad tras la remodelación del gobierno (y el anuncio de adelanto electoral) sólo lleva tres días al frente de sus nuevas tareas. Su antecesora, Verónica Casado (Ciudadanos) defendió la falta de efectividad de esta herramienta, tal y como explicó el también exvicepresidente, Francisco Igea, en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, dados los altos índices de vacunación en España.

Durante meses la falta de consenso entre presidentes autonómicos del PP fue un quebradero de cabeza para Génova, que insistía en la necesidad de hacer frente común en el partido contra el Gobierno. Especialmente en los meses en que se debatían y votaban las prórrogas de los estados de alarma y Casado se quejaba con dureza de las decisiones del Ejecutivo. Ayuso siempre fue la nota discordante con una estrategia propia que, sobre todo, exigía mantener abierta la actividad económica y evitar los confinamientos generalizados. No era el criterio que siempre defendieron otros compañeros de filas.