MEDIDA DE LA LEY DE RESIDUOS

Una ley permitirá que los alcaldes prohíban fumar en las playas por la contaminación de las colillas

La nueva ley de residuos también abre la puerta a limitar el reparto de globos en el litoral

Más País propuso al Gobierno incluir la medida a través de una enmienda; PSOE y Unidas Podemos la apoyan

A la espera de flecos que cierren la redacción del proyecto de ley, fumar en una playa podrá ser multado con hasta 2.000 euros

Archivo - Socorristas en una playa de Palma.

Archivo - Socorristas en una playa de Palma. / CORT - Archivo

Ángel Alonso Giménez

La Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico celebró el jueves una sesión de tres horas para aprobar una ley que no puede esperar mucho más tiempo. La nueva norma de residuos y suelos contaminados da sus últimos trámites y entrará en vigor a comienzos del año que viene para contentar así a la Unión Europea, que lleva meses con la lupa puesta en la velocidad y cambios que avale el Congreso de los Diputados.

La playa lanzaroteña de Papagayo.

La playa lanzaroteña de Papagayo. / epe

Uno de esos cambios, avalado por PSOE y Unidas Podemos a instancias de Más País, confirma una intención que el Ministerio de Sanidad lleva tiempo sopesando: la prohibición de fumar en las playas. Mediante un plan enviado a las comunidades autónomas y a sociedades especializadas hace unas semanas transmitió esta pretensión, pero planes así son al fin y al cabo un compendio de medidas que denotan una posición política. Sus propuestas no son obligatorias por carecer de índole legislativa. Sin embargo, en la nueva ley de residuos habrá un artículo, el 18.1.l, sobre las medidas de prevención de la generación de residuos, que dirá lo siguiente:

"Frenar la generación dispersa en el medio marino como contribución al objetivo de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, consistente en prevenir y reducir la contaminación marina de todo tipo. Con este fin, a partir de la entrada en vigor de esta norma, los ayuntamientos podrán regular las limitaciones de fumar y de liberar de forma intencionada globos en las playas, que se podrán sancionar en las Ordenanzas Municipales con arreglo al régimen de infracciones y sanciones de la presente Ley".

La novedad reside en cinco palabras, "regular las limitaciones de fumar", ya que la redacción inicial se ceñía a la liberación de globos. Bien es cierto que en la primera versión el Gobierno hablaba de "prohibir" directamente la suelta de estos productos y ahora el texto otorga esa potestad a los ayuntamientos, y además con carácter voluntario. Era una modificación necesaria porque en España la competencia de la limpieza y cuidado de las playas recae en los consistorios. Así lo tipifican dos leyes, la de haciendas locales, que da a las entidades municipales la gestión de los residuos, y la ley de costas, que les atribuye la higiene y salubridad de las playas.

Iñigo Errejón e Inés Sabané en los pasillos del Congreso.

Iñigo Errejón e Inés Sabané en los pasillos del Congreso. / EFE

Más País, que en la Comisión de Transición Ecológica está representado por Inés Sabanés, una de las figuras políticas con más bagaje de gestión pública medioambiental (fue ella la que pilotó Madrid Central como concejal de Manuela Carmena), reparó en este aspecto y trazó la demarcación competencial de la prohibición del tabaquismo en las playas.

Sobre las cuantías de la eventual sanción, el artículo se remite al régimen sancionador de la norma, que clasifica como sanción "leve" fumar en la playa, pues no aparece en el listado de infracciones graves. El tope es de 2.000 euros.

¿Por qué los no fumadores también padecen cáncer de pulmón?

¿Por qué los no fumadores también padecen cáncer de pulmón? / epe

Hasta la fecha no había paraguas legal a escala estatal que facultara a los ayuntamientos a sancionar estas conductas, y en consecuencia, a fomentar su erradicación. Ha habido varias iniciativas, no obstante, y en esta información se citarán más adelante unas cuantas, pero era generalizara la apreciación de que fumar en la playa no conllevaría sanción. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona, este pasado verano, concretó qué cuatro playas de su término municipal serían espacios libres de humos, pero recalcó que la policía, si identificaba a alguien haciéndolo y le apercibía por ello, no le sancionaría. Otra cosa es que ese alguien se pusiera borde y desobedeciera a la autoridad, en cuyo caso sí sería amonestado, pero ya no por fumar en la playa.

Finestrat (Alicante): una experiencia

El de Barcelona no es un caso aislado, ni mucho menos. Prácticamente todas las comunidades autónomas costeras han desarrollado e impulsado campañas de sensibilización, lo que empuja a los ayuntamientos concernidos a tomar medidas, aunque sea la de la adhesión a tales campañas. El panorama, no obstante, es variado. Hay municipios que ponen carteles. Hay concejalías de seguridad que piden a sus policías que estén más atentos para disuadir del consumo de tabaco. También hay ayuntamientos que deciden multar. Por ejemplo, el de Cullera (Valencia), que gobierna el socialista Jordi Mayor, y el de Finestrat (Alicante), que gobierna el popular Juan Francisco Pérez Llorca. Ambos, en la Comunitat Valenciana.

En declaraciones a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, Pérez Llorca cuenta que la decisión de prohibir fumar en el arenal de la cala de su municipio la tomaron en 2020, en plena pandemia, para salvar el verano. El consistorio emitió una ordenanza en la que obligaba al uso de la mascarilla y a no recurrir al cigarro. Personal municipal organizó los accesos y las salidas y el Ayuntamiento contrató una veintena de vigilantes.

"Para el verano 2021 decidimos mantener la ordenanza porque dio un resultado muy positivo", añade el regidor. "Aparte de proteger la salud de los vecinos y de los turistas, comprobamos que evitábamos la recogida de cientos y cientos de colillas que suelen quedarse enterradas en la arena". Las multas no sobrepasaban los 300 euros.

Pérez Llorca destaca que no se ha puesto una sola multa ni este pasado verano ni el anterior. Los vigilantes contratados, si identificaban a un fumador, pedían que cesara y retirara la colilla. Cumplieron todas las personas advertidas.

Preguntado por la novedad de la ley de residuos y por los planes del Gobierno de extender a cualquier espacio público la posibilidad de prohibir el tabaco, el alcalde alicantino rechaza tal extremo. "No soy de prohibir, y de hecho, no prohibimos fumar: decimos a quien lo quiera hacer, en verano, que en la playa no lo haga. Acotamos espacios y ha funcionado", zanja antes de indicar que más o menos el 80 por ciento de los vecinos recibió la medida con agrado.

Restos de una mascarilla tirados en la playa.

Restos de una mascarilla tirados en la playa. / epe

La red gallega de playas o un 72% de cumplimiento

En Euskadi, el verano pasado, las administraciones intentaron que nadie fumara en ocho playas. Se trató de una experiencia piloto con vocación de convertirse en política pública. No sólo confluye el factor sanitario, realzado por la pandemia y por la necesidad de mantener la distancia, sino además el medioambiental. La Consejería de Salud del País Vasco así lo explicó: las colillas no pueden ser bajo ningún concepto un "objeto contaminante".

En Comunitat Valenciana, desde hace dos años y medio, se han ido sumando diversos ayuntamientos costeros a la Red de Playas Sin Humo, en la que aparecen una treintena de municipios. El punto de partida es la Estrategia de Prevención y Control del Tabaquismo, que se activó en 2018. Una de sus propuestas es precisamente la disuasión del consumo de tabaco en las playas, que en verano se ponen a rebosar.

El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig.

El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig. / epe

Fuentes de la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia han remitido a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA un detallado documento en el que explican por qué la Red Gallega de Playas Sin Humo es una apuesta política y sanitaria, aunque en ningún momento menciona la relevancia medioambiental de evitar las colillas en los arenales.

Sobre la base de que entre un 16 y un 17 por ciento de la población gallega fuma a diario y con el objetivo de "desnormalizar" el consumo del tabaco, el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo desarrolló una estrategia de sensibilización y concienciación en numerosos ámbitos.

Fumar en las playas enmarcadas en la Red estará prohibido, salvo en las zonas de los locales de hostelería colindantes. "No habrá vigilancia ni sanción por parte de los ciudadanos porque se trata de una elección voluntaria y personal", señala la Xunta en el documento facilitado.

Un total de 187 playas, fluviales incluidas, se han agregado a la red, lo que representa cerca del 40 por ciento de las playas de toda la comunidad. Hace dos años, la Consejería promovió una encuesta entre los ciudadanos para medir el alcance de la iniciativa. No salieron resultados desdeñables, pues el 72 por ciento de los entrevistados afirmó conocer la propuesta, el 71 que la playa a la que iba estaba integrada en la red y el 63 estimó que la señalización era adecuada. Un 75% calificó la idea como buena o muy buena, el 72 opinó que la gente cumplía y el 83 aseguró que no vio a nadie con un cigarro en la boca. La propia Consejería concluyó que, si bien los datos indican que el camino empezado es satisfactorio, hace falta tiempo.

El trasfondo político de la ley

La Comisión de Transición Ecológica dio vía libre al dictamen de la ponencia gracias al respaldo de PSOE, Unidas Podemos, PNV y Más País. El PP y Cs se abstuvieron al igual que EH Bildu. Votaron en contra ERC y Vox.

La ley es farragosa y larga. Para los socios de Gobierno, el texto actualiza una legislación medioambiental que se había quedado obsoleta. Falta mucho por hacer, como reconocen fuentes parlamentarias conocedoras de la negociación y de los planes del Gobierno. Aspectos relacionados con la caza o con la protección de las costas siguen pendientes. Para la oposición, casos del PP y Cs, la norma peca de tímida. Sin embargo, al considerar que avanza en la gestión de los residuos, y sobre todo, al tratarse de una adaptación de las directivas europeas al respecto, que se han vuelto muy ambiciosas, han optado por la abstención.