CRISIS DE GOBIERNO

La llegada de Subirats a Universidades refuerza a Yolanda Díaz en el Gobierno

La alianza entre Ada Colau y la vicepresidenta se extiende también a Madrid, y el desembarco del nuevo ministro llega a las puertas de la construcción de la candidatura para las elecciones generales

La marcha de Castells era algo con lo que se especulaba pero se ha precipitado justo ahora por "razones de salud" y "por consejo de su equipo médico"

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. / EFE

Yolanda Díaz sale reforzada de la última crisis de Gobierno. La salida del ministro de Universidades, Manuel Castells, y su sustitución por Joan Subirats, mano derecha de Ada Colau, supone un espaldarazo para la vicepresidenta segunda a las puertas de iniciar el proceso de construcción de su candidatura. El desembarco de un nuevo aliado en el Consejo de Ministros refuerza la posición de Díaz dentro del espacio de Unidas Podemos.

Subirats es un hombre de la máxima confianza de Ada Colau y fue su teniente de alcalde en el Ayuntamiento hasta el pasado julio. Forma parte de la cuota de los comuns dentro del Gobierno, aunque el catedrático de Ciencia Política también mantiene buena relación con Yolanda Díaz, según fuentes próximas. Ambos coincidieron en la asamblea de Catalunya en Comú el pasado noviembre, donde Colau y Díaz exhibieron de nuevo su sintonía tras el acto de Valencia. Fue ese fin de semana cuando se constituyó la Fundación de los comunes, con el nombramiento como presidente de Joan Subirats.

Subirats fue, junto a Jaume Asens, quien impulsó el espacio del cambio en Barcelona, y uno de los protagonistas del acto en que se lanzó en junio de 2014 Guanyem Barcelona, la candidatura con la que se presentó Colau a sus primeras elecciones municipales. Y desde entonces ha acompañado a la alcaldesa en todas sus etapas, convirtiéndose en un referente ideológico dentro del espacio. 

Su figura supone una extensión política de Colau, que se ha convertido en los últimos meses en la principal aliada de Yolanda Díaz en la construcción de su proyecto nacional. El apoyo es mutuo; la gallega tiene a los comuns como el soporte de su futura plataforma, que a día de hoy no cuenta con estructuras, recursos ni equipos propios. La alcaldesa catalana también ve en el fenómeno de Díaz un factor de movilización que será imprescindible para revalidar su cargo en el Ayuntamiento de Barcelona. La candidatura nacional será, además, un espacio de proyección nacional al que Colau podrá recurrir en un momento dado, en caso de que no se vean cumplidas sus aspiraciones municipales.

NUEVO EQUILIBRIO DE FUERZAS

La alianza forjada entre Colau y Díaz da sentido a la nueva composición de poderes dentro del espacio morado en el Gobierno. Hasta el pasado marzo, el principal valedor de la ministra de Trabajo en este ámbito era precisamente Pablo Iglesias, quien le designó como sucesora a su salida del Ejecutivo. Una vez asumido el liderazgo, la posición de Yolanda Díaz quedó más comprometida en la coalición

Y es que el socio minoritario ha funcionado en los últimos meses a través de departamentos estancos. Por una parte están Irene Montero y Ione Belarra, las dos ministras del Gobierno de la cuota de Podemos que funcionan como un tándem dentro del Ejecutivo y que se mantienen al margen de la actividad de Díaz; por otra, Alberto Garzón, ministro de Consumo con competencias reducidas, con quien Díaz mantuvo serios desencuentros en el pasado. Una relación que se ha reconducido por las circunstancias, dada la soledad del líder de IU dentro del Consejo de Ministros y su apoyo férreo al proyecto ‘frente amplio’ de la vicepresidenta, en contraste con el tibio respaldo del partido morado, donde abundan los recelos por el papel que tendrán en el nuevo sujeto. 

En este contexto, Castells se presentaba hasta ahora como un ministro independiente dentro del espacio de Unidas Podemos y hasta cierto punto ausente en los temas puramente políticos. A sus 79 años, el dirigente catalán mantenía una agenda discreta y se caracterizaba por sus escasas comparecencias públicas. El ya ex ministro de Universidades dejó este jueves sus responsabilidades "por motivos de salud" y por "consejo de su equipo médico", explican fuentes conocedoras. Aunque esta decisión ha pillado por sorpresa a la comunidad universitaria ya que la semana pasada mantuvo algunos encuentros con rectores que, según ha podido saber este medio, "no se esperaban su marcha".

La decisión parece haberse precipitado pero de su relevo se lleva hablando desde hace meses. Ya sonó como uno de los posibles damnificados de la remodelación del Ejecutivo que Pedro Sánchez realizó en julio pasado, que al final no afectó a nadie del área morada. En Comú Podem seguía manteniendo toda la confianza en Castells, pese a que él ya había dado muestras de la dificultad de su encaje en el Gobierno de coalición, por su carácter más reflexivo y filosófico.

Yolanda Díaz y Ada Colau, juntas en un acto sobre feminismo el pasado 1 de octubre en Madrid.

Yolanda Díaz y Ada Colau, juntas en un acto sobre feminismo el pasado 1 de octubre en Madrid. / EFE/David Fernández

Subirats supone ahora un nuevo aliado de la vicepresidenta dentro de la coalición. No sólo por el peso intelectual que supone su figura -también lo tenía Castells- sino por la sintonía con la vicepresidenta del Gobierno y el respaldo que puede brindar en los próximos meses. Su perfil se ajusta perfectamente a los planes de la gallega. Además de catedrático universitario, es una voz autorizada en cuanto a participación ciudadana en la gobernanza y la gestión pública, y tiene experiencia en la política municipal, el ámbito más pegado al ciudadano. 

El refuerzo de Díaz en el bloque del Gobierno de Unidas Podemos se produce justo cuando está a punto de culminarse la negociación de la reforma laboral. A pesar de que Sánchez forzó la intervención de Nadia Calviño, el protagonismo de la vicepresidenta segunda continúa siendo casi absoluto. El Gobierno tiene mucha confianza puesta en un acuerdo con sindicatos y patronal, que esperan cerrar en los próximos días, para cumplir con el calendario de Bruselas y que el Consejo de Ministros apruebe la reforma antes del 31 de diciembre. 

SUBIRATS, EN LA RESERVA DE COLAU

Subirats siempre sonó como otro de los candidatos al Ministerio de Universidades. De hecho, algunas fuentes consultadas creen que Ada Colau le sacó del Ayuntamiento de Barcelona como responsable de Cultura, Educación y Ciencia en julio para dejarle liberado, a la espera de la renuncia de Castells. Su salida del Consejo de Ministros se ha producido en diciembre pero, señalan, "podría haber sido en cualquier otro momento". No había una fecha, apuntan, para que abandonara el Ministerio. "Estaba todo previsto por si un día sucedía".

Ante ese horizonte Colau decidió remodelar su gabinete y situar a Subirats en la reserva para cuando se ejecutara el cambio. Se aseguró que optaba a la jubilación pero la alcaldesa le pidió que estuviera disponible. No obstante otras fuentes matizan esta versión y dudan de que "existiera un plan diseñado". Añaden que no dejas a alguien en barbecho "desde julio a diciembre".

Que el ministro de Universidades quería dejar el cargo era conocido en En Comú Podem y en el bloque de Unidas Podemos en el Ejecutivo de coalición. Pero no como algo perentorio. Castells continuaba con su día a día en el Ministerio. En este sentido, su marcha no era algo esperado justo en ese momento. De haberse querido ir él mismo podría haber solicitado su recambio este verano, cuando Sánchez puso patas arribas la parte socialista del Gobierno con la salida de pesos pesados Carmen Calvo, José Luis Ábalos o Iván Redondo.