SUSTITUTO DE CASTELLS

Joan Subirats, de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona a ministro de Universidades

Fue uno de los fundadores de Guanyem Barcelona, plataforma de la que emergió Barcelona en Comú

Joan Subirats, en un acto de Barcelona en Comú en 2019.

Joan Subirats, en un acto de Barcelona en Comú en 2019. / Jordi Cotrina

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El Ministerio de Universidades cambiará de manos, aunque no saldrá de la Academia. A Manuel Castells, uno de los sociólogos más prestigiosos de España, lo sustituirá Joan Subirats (Barcelona, 1951), catedrático en Ciencia Política, experto en políticas públicas y exedil del Ayuntamiento de Barcelona.

Subirats es una de las personas de máxima confianza de Ada Colau. De hecho, dio sus primeros pasos en política de su mano -fue uno de los fundadores de Guanyem Barcelona, plataforma de la que emergió después Barcelona en Comú- y han continuado caminado juntos, primero como Comisionado de Cultura en el Consistorio y, desde 2019, tras concurrir como número dos en la lista de la actual regidora barcelonesa a las elecciones, como concejal de Cultura, Educación y Ciencia, cargo que abandonó el pasado mes de julio coincidiendo con su jubilación a los 70 años

Joan Subirat nació en Barcelona el 17 de mayo de 1951 y es doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona. Fue fundador y director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) de la Universidad Autónoma y ha desarrollado una extensa carrera en el ámbito de la investigación, especialmente en temas de exclusión social, innovación democrática y sociedad civil. 

Ocupó la cátedra Príncipe de Asturias en la Universidad de Georgetown durante el curso 2002-2003 y ha pasado por otras tantas universidades como la de Roma-La Sapienza, la University of California-Berkeley, la New York University o la General Sarmiento en Argentina. Además es un frecuente colaborador de medios de comunicación como El País El Periódico o Eldiario.es.

Apuesta de los comuns

Fuentes conocedoras del movimiento en el Ministerio de Universidades informan a Europa Press de que la decisión de situar a Subirats al frente se toma "de común acuerdo" entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la líder de los comuns.

Asimismo, aseguran que fue la propia Colau quien llamó a Subirats para plantearle la posibilidad de asumir la responsabilidad y el politólogo pidió unos días para "meditar la decisión".

Finalmente, decidió dar el paso y asumir la cartera con una "doble motivación", relatan: "Seguir el trabajo desarrollado por Manuel Castells y contribuir al impulso del mundo académico, donde ha desarrollado su actividad profesional durante décadas y goza de reconocido prestigio. Y, en segundo lugar, contribuir con su trabajo a consolidar el gobierno de coalición progresista".

Subirats considera "fundamental" que los comuns tengan una voz clara para defender las necesidades de Cataluña en el Ejecutivo y contribuyan a reconstruir consensos en esta nueva etapa de diálogo, concluyen.

Retos en Universidades

Al frente del Ministerio, Subirats tendrá el reto de lograr el mayor consenso posible para la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que fue aprobada este verano en Consejo de Ministros y aún no ha iniciado el trámite parlamentario por las discrepancias entre rectores, estudiantes y Gobierno.

Esta ley, apodada 'Ley Castells' por ser el ya exministro su principal impulsor, ha sufrido varios cambios de relevancia en los últimos meses. Uno de los últimos fue descartar el sistema de elección a rector por un comité independiente, manteniéndose así el actual procedimiento, por sufragio universal.

El proyecto también recoge una de las medidas más polémicas y criticadas: que no hará falta ser Catedrático para optar al cargo de rector, sino simplemente ser funcionario, además de reunir tres requisitos, como son el tener reconocidos tres sexenios de investigación, tres quinquenios de docencia y cuatro años de experiencia de gestión universitaria en algún cargo unipersonal.

Como nuevo ministro, será testigo también de la tramitación de la Ley de Convivencia Universitaria, norma que pondrá fin a un decreto franquista de 1954, y que fue aprobada en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Congreso hace tan solo un mes.

Este proyecto, que sienta las bases para reformular el marco de convivencia universitaria haciendo énfasis en el ejercicio de las libertades y los derechos fundamentales y garantizando la igualdad para un posterior desarrollo por las comunidades autónomas y las propias universidades, ha sufrido también modificaciones relevantes con respecto al proyecto original formulado por Castells. Estos cambios se incorporaron en Comisión gracias a lo acuerdos entre PSOE, Unidas Podemos y ERC, los cuales han suscitado duras críticas por parte de la derecha, como PP, Vox y Cs.