INQUIETUD EN LOS SOCIOS

Cs y Vox temen que el desgaste de Casado con Ayuso ponga en riesgo la suma de la derecha

Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso en su reencuentro.

Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso en su reencuentro. / ISABEL INFANTES.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La estupefacción por la bronca entre Génova y Sol ha traspasado las fronteras del PP. Los partidos rivales en el bloque de la derecha reconocen sorpresa y desconcierto por la batalla interna que la dirección nacional libra con Isabel Díaz Ayuso. Ciudadanos y Vox son conscientes del tirón electoral de la dirigente madrileña (el partido naranja lo sufrió en las urnas desapareciendo de la Asamblea y la formación ultra dio su primer frenazo, siendo casi irrelevantes en la región a pesar de sus 13 diputados) y no comprenden que el líder popular no frene la situación.

“Se está pegando un tiro al pie”, resumen algunos dirigentes del partido de Inés Arrimadas, sin entender cómo Casado ha decidido enfrentarse a ella en vez de aprovechar la ola de popularidad. “Es un fenómeno de masas y contra ella no puede ir”, consideran en Ciudadanos, socios del PP en dos gobiernos autonómicos y el ayuntamiento de Madrid. Fuentes de esa formación reconocen que incluso algunos de sus dirigentes lo han abordado con el PP directamente.

En Vox dan por seguro que Casado “se equivoca” y cuentan con que “el único perjudicado” será el líder nacional. El asunto tiene más enjundia de lo que parece para estos dos partidos. En el de Santiago Abascal entienden que “cuanto más se equivoque Casado” más opciones tendrán ellos de recoger parte del votante, y también en Ciudadanos ven opciones de hacer valer su opción si el PP “sigue en guerras infantiles y absurdas”. Pero, al mismo tiempo, las dos formaciones asumen que el desgaste de Casado puede repercutir en las perspectivas electorales y, por tanto, en los resultados que al final obtenga el bloque de la derecha.

Aunque Ayuso taponó por completo a Vox en Madrid (ganó un diputado hasta los trece, pero venía de dar el sorpaso al PP en Cataluña, y la popular sumó más escaños que toda la izquierda junta mermando la capacidad de decisión del partido a su derecha), los de Abascal dan por hecho que Casado no tiene la misma fortaleza que la madrileña. Es más, insisten en que en Andalucía los resultados serán distintos, y siguen pensando en que pueden hacer mucho daño al PP a nivel nacional. “Igual es Casado el que nos tiene que dar apoyo”, llegan a especular algunos dirigentes de la cúpula. Ninguna encuesta avala ese razonamiento, pero lo que sí dicen los sondeos es que los bloques están muy empatados.

Y teniendo en cuenta que los populares no tienen en este momento muchos grupos políticos en los que apoyarse (los minoritarios aparecen ya retratados como parte de la mayoría de Sánchez y Unidas Podemos), todo indica a que la suma PP y Vox tendrá que ser suficiente. Si Ciudadanos tuviera capacidad de decisión con algún diputado (los sondeos sitúan a Arrimadas entre uno o dos diputados) sí impulsarían la alternativa a Sánchez. En este punto, con independencia de la rivalidad dentro de la derecha, los componentes del bloque también asumen que tendrán que aunar esfuerzos a pesar de que en este momento la relación e interlocución entre líderes es inexistente.

Lo que tanto Ciudadanos como Vox tienen claro es que Ayuso no sufre ningún desgaste en su imagen en la crisis madrileña. Génova sigue convencida de que en varias ocasiones la presidenta “se ha pasado de frenada” y ponen en valor el “silencio” que está caracterizando en todo momento a la dirección nacional. Solo se pronuncian cuando es inevitable y reiteran que el congreso de Madrid se celebrará “cuando toque” y el proceso de hablar de candidaturas y apoyos “exactamente igual”. La presidenta regional dice respetar el calendario, aunque sigue insistiendo en que sería “deseable” celebrarlo cuanto antes y que ella encabezará su lista independientemente del dirigente que tenga enfrente si finalmente hay primarias reñidas.

Vox ha encontrado en esta crisis una vía por la que hacer daño al PP. En los pasados días la portavoz en la Asamblea, Rocío Monasterio, confirmó su apoyo a los presupuestos de Ayuso. No le quedaba otra. En realidad, la popular sólo necesitaba el apoyo de cuatro de sus diputados para llegar a la mayoría absoluta. 

Pero en el ayuntamiento, Vox juega otro papel completamente distinto de la mano de Javier Ortega Smith, que ataca a José Luis Martínez-Almeida por “haberse acercado a la izquierda” (y tener posiciones más moderadas), consciente de que también hurga en la herida Génova-Sol. El partido ultra insiste en que no tiene intención de apoyar las cuentas del alcalde y fortalece así la posición de Ayuso, poniendo en un doble brete a Casado: le enseña el camino en la Comunidad y le mete miedo en Cibeles.