Tribunal Constitucional

Los miembros del recién constituido Tribunal Constitucional tratarán de buscar la unanimidad

Presidente y vicepresidente han pactado tratar de acabar con la imagen de división en el organismo

La primera demostración serán las recusaciones de los miembros propuestos por el PP, Arnaldo y Espejel

Varios magistrados entran en la sala para asistir a la toma de posesión de los nuevos miembros del Tribunal del Constitucional el pasado mes de noviembre.

Varios magistrados entran en la sala para asistir a la toma de posesión de los nuevos miembros del Tribunal del Constitucional el pasado mes de noviembre. / EFE/ZIPI

Ángeles Vázquez

Tras la polémica que envolvió el reemplazo de los miembros del Tribunal Constitucional, que tradicionalmente se mueven en dos sectores, uno conservador y otro progresista, los líderes del renovado organismo judicial han pactado que estos dos sectores sigan mostrando una imagen de división. En este sentido, el nuevo presidente, Pedro González-Trevijano, y el vicepresidente, Juan Antonio Xiol, se han marcado como objetivo que la unanimidad o, al menos, un amplio consenso, sea la tónica general de las resoluciones que adopte el tribunal de garantías.

A cumplir ese pacto contribuye sin duda que la actual composición del tribunal solo se prolongará hasta junio, si la próxima renovación llega a tiempo, como hasta ahora ha ocurrido con la que corresponde al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial. En cualquier caso, el buen ambiente que se vive actualmente en el tribunal, tras la reciente incorporación de sus cuatro nuevos magistrados, es fácilmente comprobable si se tiene en cuenta que los nombramientos de González-Trevijano y de Xiol en el primer pleno se adoptaron por unanimidad, lo que tampoco suele ser la tónica general.

Fuentes del Constitucional señalan que González-Trevijano ha propuesto una especie de cogobernanza a Xiol, para repartir mejor la representación de la institución y, para lograr el máximo consenso, antes de elevar un asunto al pleno, el presidente, como máximo representante del sector conservador del Constitucional, y el vicepresidente, del progresista, lo estudiarán con el objetivo de centrar el debate antes de extenderlo a los demás magistrados que conforman el tribunal. Así ambos realizarán una primera aproximación a todos los asuntos antes de que se empiece a trabajar cada ponencia.

Diferencias con el anterior

Para ejemplificar las diferencias existentes entre la situación actual con la vivida anteriormente dichas fuentes recuerdan que Encarnación Roca solo fue apoyada para ocupar la vicepresidencia por los magistrados de sensibilidad conservadora. Aunque ella fue aupada al tribunal por el PSOE, como habitualmente compartía criterio con los conservadores, el candidato progresista para su puesto fue Fernando Valdés.

No obstante, la intención de acabar con la imagen de división del tribunal no es algo nuevo; también se dio en la primera parte de la presidencia de Juan José González-Rivas. Especialmente se buscó en los asuntos del 'procés', en los que se logró hasta una resolución sobre los derechos en prisión de Jordi Sànchez, en la que los magistrados progresistas Xiol, Valdés y María Luisa Balaguer acusaron a sus compañeros de incumplir la doctrina del tribunal para no dar la razón al expresidente de la Assemblea Nacional Catalana.

Recusaciones

Aunque no se consiga siempre el consenso, desde luego no es previsible que el pacto se rompa en el pleno de diciembre, previsto para el 15 y 16 de diciembre y en cuyo orden del día no aparecen asuntos controvertidos. Se abordarán admisiones a trámite de recursos y sentencias que seguirán la doctrina ya marcada para que sirva de "aterrizaje" para los nuevos.

El mayor peligro para el pacto vendrá de las recusaciones de Enrique Arnaldo y Concepción Espejel que ya han comenzado a presentarse en el alto tribunal, porque la resolución de este tipo de incidentes suelen generar tensión y no sería la primera vez que suponen un antes y un después en las relaciones entre los magistrados. El caso paradigmático fue el del Estatut, donde la llamada guerra de recusaciones hizo saltar por los aires la más mínima concordia en el pleno.

Este viernes el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los 'exconsellers' huidos, como la víspera habían hecho los condenados en el 'procés' Oriol Junqueras, Raül Romeva y Dolors Bassa pidieron apartar a Arnaldo y a Espejel por distintas razones con las que sus respectivas defensas pretenden acreditar su pérdida de la apariencia de imparcialidad respecto a los estándares europeos. De los recursos interpuestos contra la sentencia que dictó el Supremo, el Constitucional aún debe resolver los de Junqueras, Bassa y Joaquim Forn.

En el anterior pleno del Constitucional se hizo un traslado de carteras de los magistrados salientes a los recién nombrados, de tal forma que Enrique Arnaldo asumió los asuntos de Andrés Ollero, entre los que estaba el recurso contra el aborto; Ramón Sáez, los de Encarnación Roca, entre ellos, uno de los de la eutanasia; Concepción Espejel, los de González-Rivas, e Inmaculada Montalbán, los de Valdés que aún estén pendientes.