ANDALUCÍA

El PSOE enfría el desembarco de Espadas en el Senado y pospone la decisión a después de los Presupuestos

El partido mantiene abierto el debate sobre la conveniencia del salto a Madrid del nuevo líder del PSOE andaluz

Los socialistas no realizarán ningún cambio antes de las votaciones de los vetos las cuentas que tendrán lugar en el Senado los días 9 y 10 de diciembre

Pedro Sánchez, Juanma Moreno y Juan Espadas.

Pedro Sánchez, Juanma Moreno y Juan Espadas. / EFE

El PSOE replantea su estrategia de cara a las elecciones andaluzas. La llegada de

Juan Espadas

como nuevo secretario general de la federación andaluza y los tiempos tan ajustados para consolidar su liderazgo antes de las elecciones andaluzas llevaron en un primer momento a plantear su traslado al Senado en un intento por ganar visibilidad. Semanas después de que se contemplara esta opción, la tesis ha perdido fuerza dentro del partido.

A mediados de noviembre, una semana después de que Espadas presentara a su nueva ejecutiva, el partido contactó con distintos cargos del partido para advertirles de estos cambios, por el que el todavía alcalde de Sevilla dejaría la Alcaldía de la ciudad y pasaría a ocupar un escaño por designación autonómica en la Cámara Alta.

No estaba, sin embargo, tomada la decisión por parte del flamante líder del PSOE-A sobre cuándo dejaría la ciudad: si de manera inmediata tras ser elegido en el Congreso o una vez encarrilados los presupuestos municipales. Finalmente Espadas parece haberse decantado por esta segunda opción, y en los últimos días la idea de su desembarco en el Senado también parece haber ido perdiendo fuerza.

Los socialistas andaluces cuentan con tres senadores por designación autonómica: Marisa Bustinduy, Miguel Ángel Vázquez y Susana Díaz, que aterrizó en Madrid fruto de una entente cordiale sellada con la organización, que le ofreció el cargo a cambio de que allanara el camino el nuevo líder andaluz. Es por ello que Díaz quedaría blindada en caso de que hubirea cambios, y serían Vázquez y Bustinduy quien habrían de renunciar a sus puestos para, llegado el caso, dejar paso a Espadas, que tomaría posesión en el Senado junto a su secretario de Organización, Noel López.

Esta posibilidad se abrió en el seno del PSOE con el objetivo de que Espadas gozara de un escaparate institucional que le diera visibilidad pública una vez abandonado su cargo; sin embargo, las dudas han ido en aumento en los últimos días, más aún conforme es ya claro el adelanto electoral en Andalucía, donde su presidente,

Juanma Moreno

, ha puesto una horquilla temporal adelantando que habrá urnas entre junio y octubre.

Este plazo ha generado aún más incertidumbre entre las filas socialistas, y en Ferraz se muestran ahora más proclives a mantener a Espadas en Andalucía, mientras Espada medita qué paso dar. Si las elecciones fueran hacia finales de año, sí existiría cierto riesgo de que Espadas quedara fuera del foco público, pero en el PSOE cuestionan que el salto al Senado compense en términos políticos, al presentar más inconvenientes que posibles ventajas.

Algunas voces del partido advierten de que el tiempo de que dispone Espadas para su campaña quedaría muy limitado en caso de ir al Senado, más aún si los comicios son antes de las vacaciones de verano. Alegan que el candidato socialista a la Junta debería disponer del máximo tiempo posible para recorrer Andalucía, donde su perfil todavía es muy desconocido. Acudir tres días en semana al Senado supondría una fuerte limitación que le restaría tiempo para una precampaña andaluza que está a apunto de comenzar.

A esto se suma el posible desgaste reputacional, al poder interpretarse este cargo como una salida para seguir cobrando del erario público en lugar de hacerlo del partido. Un asunto que en la formación resulta secundario, pero que puede hacer que el desembarco pudiera convertirse en un blanco fácil para la oposición a las puertas de una campaña.

Juan Espadas y María Jesús Montero. 

Juan Espadas y María Jesús Montero.  / EFE

En cualquier caso, en las filas socialistas han aplazado cualquier movimiento, y descartan hacer cualquier cambio en la composición del Senado hasta asegurar allí los Presupuestos Generales del Estado. Dada la compleja aritmética parlamentaria, el PSOE no quiere exponerse a que ningún cambio ponga en riesgo los 114 votos que tienen en esta cámara y que están lejos de los 133 que hacen la mayoría absoluta.

Las propuestas de veto de las cuentas se votarán los días 9 y 10 de diciembre, fechas decisivas para que salga adelante el proyecto presupuestario. Para que las cuentas no tengan que volver al Congreso de los Diputados y puedan quedar definitivamente aprobadas, el Senado deberá además ratificarlas sin ningún cambio y rechazar así todas las enmiendas parciales introducidas, en unas votaciones que se producirán previsiblemente el 21, 22 y 23 del mismo mes. Por todo esto, es previsible que, de desembarcar Espadas en Madrid, los cambios no se produjeran hasta después de Navidad.