RENOVACIÓN DEL TC

El voto telemático y secreto crea un lío en el PSOE y una sombra de inconstitucionalidad

Una 'grieta técnica' podría permitir al PSOE saber qué han votado sus diputados en la renovación del TC. No lo harán en ningún caso, recalcan fuentes de la dirección

El reglamento del Congreso consagra el carácter secreto del voto para la elección de personas, así como su protección

El diputado vasco del PSOE, Odón Elorza, a su llegada a una sesión plenaria del Congreso de los Diputados.

El diputado vasco del PSOE, Odón Elorza, a su llegada a una sesión plenaria del Congreso de los Diputados. / EUROPA PRESS

Ángel Alonso Giménez

Ángel Alonso Giménez

La votación del pleno del Congreso para renovar el cupo de cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que depende de la Cámara ha sido dolorosa para los partidos que forman el Gobierno, más incluso que para el PP. El desgaste acumulado durante la semana por la polémica que ha envuelto a uno de los candidatos, Enrique Arnaldo, ha torcido tanto las caras de los diputados del PSOE y de Unidas Podemos que el único deseo, este jueves, ha sido acabar pronto el mal trago. "Que termine pronto esto", decía uno de ellos este pasado miércoles en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Por si fuera poco, el grupo socialista se ha visto envuelto en un lío inesperado. Su sistema de seguimiento de los votos telemáticos que emiten los 120 diputados ha desvelado una grieta técnica por la que sería posible comprobar qué han votado en la renovación del Tribunal de Cuentas, el Tribunal Constitucional y el Defensor del Pueblo, y por tanto, examinar si han seguido la disciplina marcada por el partido. Fuentes de la dirección del grupo enfatizan, en declaraciones a este medio, que bajo ningún concepto lo harán, pues se trata de un precepto en el que el voto es secreto. "Estaríamos incurriendo en un supuesto inconstitucional", recuerdan. Desde luego sí que incumpliría el reglamento del Congreso.

A la dirección del PSOE le consta tres "errores". Uno es consciente, el de Odón Elorza, que comunicó su rechazo a Arnaldo casi a la vez que lanzaba el tuit con la decisión, señalan las fuentes consultadas. El otro es el de José Luis Ábalos, quien dejó en blanco los cajetines del sistema telemático involuntariamente. Y el tercero es el del diputado Mariano Sánchez. Donde tenía que haber puesto Ángel Gabilondo, ha puesto los cuatro candidatos del Constitucional; y donde tenía que haber puesto estos cuatro nombres, ha inscrito el de Gabilondo. Los tres han informado al grupo. Puede que haya más, dicen las fuentes, pero no lo van a saber porque no piensan comprobarlo.

El desgaste político...

Para Unidas Podemos, la renovación del TC ha sido un lance angustioso porque, en palabras de una fuente de su dirección parlamentaria, "el malestar ha sido unánime". De los 34 diputados que representan actualmente a la formación morada, a la espera de la persona que sustituya a Alberto Rodríguez, sólo dos han dicho en público que no querían apoyar a Arnaldo. Gloria Elizo y Meri Pita lo escribieron en un artículo firmado junto al consejero navarro Eduardo Santos, exparlamentario nacional, y publicado en exclusiva por este medio.

Para el PSOE ha sido doloroso porque tampoco entre los 120 diputados reinaba la comodidad. La dirección se aprestó a dar explicaciones mediante los argumentarios redactados 'ex profeso'. Argumentarios reiterados esta semana a mansalva por los ministros y los dirigentes socialistas, dicho incluso por el presidente, Pedro Sánchez. No gustan los nombres propuestos por el PP, pero lo perentorio es iniciar la renovación de los órganos. Importa el pacto más que las trayectorias de quienes son concernidas por el pacto. Ésta ha sido la idea fuerza.

... Y el lío técnico

Los servicios técnicos incorporaron a la intranet del Congreso, a las 21.30 horas del miércoles, el enlace para iniciar el voto telemático. "Expedientes disponibles para votar telemáticamente" se llama. El diputado pinchaba en él y revisaba los asuntos sobre los que tenía que pronunciarse, entre ellos "Propuestas de nombramiento de magistrados del Tribunal Constitucional". A la derecha de la pantalla vería un cajetín dentro del cual escribir uno, dos, tres o cuatro nombres, precisamente los candidatos que una semana antes fueron evaluados por la Comisión de Nombramientos.

Dejar el cajetín en blanco sería contabilizado como voto en blanco; poner mal un nombre o escribir uno diferente sería considerado voto nulo.

Desde que a raíz de la pandemia la Mesa estableció el sistema del voto telemático, los grupos se han visto obligados a trazar protocolos de seguimiento. En los grupos pequeños ese control es sencillo, pero en los grandes no tanto. El PP, 88 diputados, decidió no efectuar ningún tipo de supervisión y apeló a la responsabilidad de sus integrantes. Pero el PSOE sí optó por ejercer una suerte de fiscalización.

Cuando comenzaron las votaciones telemáticas, la dirección parlamentaria socialista comunicó a sus diputados un método de seguimiento. Al haber un PDF en la intranet para cursar el justificante del voto emitido, el PSOE pidió a los 120 que lo rellenaran. Cuentan fuentes de la dirección que el procedimiento se circunscribe sólo a la enumeración de los diputados que han votado, en ningún caso persigue controlar el sentido de sus votos. Así procedió cuando tocó renovar RTVE. Así ha procedido siempre.

Y así ha procedido para renovar el TC. Esta semana envió un 'mail' a sus diputados para recordarles cómo actuar. El sistema era el mismo y a nadie le extrañó. Asimismo, la víspera, asistentes de la dirección socialista hablaron con la Mesa para cerciorarse de cómo sería el sistema de voto telemático en las renovaciones de los órganos constitucionales. Una alta funcionaria del Congreso les transmitió que en el justificante de voto no tendría por qué figurar el sentido de lo votado. Bastaba con capar los nombres.

Pero queda rastro. La dirección socialista, informada de esa huella con posterioridad, se ha comprometido a no mirar qué han votado sus diputados. Les consta, como siempre, la enumeración de los que han ejercido el derecho. "No vamos a mirar nada más", perjuran las fuentes de la dirección. Hacerlo y emprender acciones sancionadoras por ello vulneraría el reglamento del Congreso, los artículos 87.1.b y 89.3, y podría acaecer un supuesto de inconstitucionalidad.

Por otro lado, una vez terminada la votación, los pronunciamientos pasan a "guardarse" en una urna telemática a la que sólo pueden acceder dos altos funcionarios de la Cámara, puntualizan fuentes de la Mesa.

Ahora bien, tal y como ha confirmado este medio, numerosos diputados socialistas han comunicado a la dirección los nombres que han escrito. "Si es una decisión del diputado, ningún problema, porque el voto es suyo", apuntan fuentes de la Mesa del Congreso. Preguntado por ello, la dirección del grupo insiste: "No lo vamos a mirar".