VOTACIÓN EN EL CONGRESO

Arnaldo, magistrado del TC con los votos de PP, PSOE y UP y una decena de 'fugas'

Sánchez y Casado, en el Congreso de los Diputados

Sánchez y Casado, en el Congreso de los Diputados / José Luis Roca

Ángel Alonso Giménez

Ya está el sapo comido. O el cocodrilo. Ahora PSOE y Unidas Podemos esperan que la digestión no les sea muy pesada. Hay quienes piensan, en uno de estos dos grupos, que el lance se olvidará pronto por suerte. El Congreso ha cerrado el trámite para renovar el cupo de cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde. Lo ha hecho con los votos de los partidos que forman el Gobierno de coalición y con los del PP. A pesar del malestar, apenas ha habido fisuras. Sólo 10 díscolos con Arnaldo, el candidato más polémico. Un centenar de diputados de otras formaciones o no han votado, o si lo han hecho, han eludido poner nombres.

De los 249 votos emitidos, ha habido ocho votos en blanco (no poner ningún nombre) y uno nulo por error técnico.

De los cuatro candidatos en liza, Inmaculada Montalbán y Ramón Saez (propuestos por el Gobierno) y Concepción Espejel y Enrique Arnaldo (por el PP) los más votados han sido Montalbán y Saez con 240 votos. Luego, Espejel con 237. Al final Arnaldo 232, el que ha tenido menos respaldo. Todos han rebasado el umbral mínimo exigido por la Constitución: 210, tres quintos de la Cámara.

El bloque que ha secundado este cupo de cuatro juristas, el que han formado PSOE, PP y UP, lo componen 243 diputados, si bien, como el escaño de Alberto Rodríguez sigue vacante, lo componen ahora 242. Al haber tenido Arnaldo diez menos, en esta mayoría se han producido diez fugas, bien porque no han votado a ninguno, bien porque han eludido registrar al jurista. Es imposible, por ahora, saber quiénes le han rechazado, ya que la votación es secreta.

Montalbán y Saez han aglutinado más apoyos, 240 ambos, lo que sugiere que ha habido dos fugas en los dos casos. Espejel, al contabilizar 237, habría tenido cinco.

Además de Elorza, el único que ha hecho público su voto, no se sabe quiénes han sido los díscolos del grupo socialista, si es que los ha habido, porque la votación es secreta y sólo unos pocos letrados pueden acceder a las actas. En Unidas Podemos prácticamente los 35 parlamentarios están disgustados y molestos. Lo han transmitido en privado, en conversaciones personales y en reuniones de grupo. En público no, salvo dos diputadas, Gloria Elizo y Meri Pita. La parlamentaria por Madrid y la representante por Las Palmas firmaron este miércoles un artículo junto al exdiputado "morado" y consejero de Políticas Migratorias y Justicia del Gobierno navarro, Eduardo Soto, en el que expresaban su disconformidad con el apoyo a uno de los candidatos, el jurista Enrique Arnaldo, letrado de las Cortes. Su trayectoria, llena de irregularidades, quiebra, en opinión de los tres, la exigencia de ejemplaridad requerida. Un precio "inasumible", constataron.

En el PSOE el malestar se había generalizado, pero la dirección del grupo y del partido tomaron varias medidas para minimizar conatos de rebeldía. La primera fue explicar por qué había que apoyar a dos candidatos propuestos por el PP tan vinculados con el partido. La prioridad es empezar a renovar las instituciones; no se podía demorar más el bloqueo.

Odón Elorza, diputado por San Sebastián, ha sido el único que en público ha expresado cuánto le desagradaba este trance y al final, tras aguantar la incertidumbre hasta poco después del plazo de votación telemática, ha decidido no apoyar a Arnaldo, a quien había criticado duramente. La dirección del PSOE en el Congreso estudiará si le multa por romper la disciplina de voto.

El candidato Enrique Arnaldo Alcubilla (c, delante) comparece en la Comisión Consultiva de Nombramientos del Congreso de los Diputados en presencia de la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet (c), el socialista Odon Elorza (i) y el secretario general del Congreso, Carlos Gutiérrez Vicén (d)

El candidato Enrique Arnaldo Alcubilla (c, delante) comparece en la Comisión Consultiva de Nombramientos del Congreso de los Diputados en presencia de la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet (c), el socialista Odon Elorza (i) y el secretario general del Congreso, Carlos Gutiérrez Vicén (d) / EFE/Chema Moya

Varios compañeros/as de Elorza han reconocido que la renovación del TC ha sido un episodio incomodísimo. La mayoría ha aceptado la disciplina de partido. Es parte del balance de ventajas e inconvenientes de enrolarse en uno. Un diputado socialista, en conversación con este medio, así lo explicaba hace un par de días.

Partido Popular

En el PP, el partido que ha postulado a Arnaldo, han visto la escena desde lejos, lo que es paradójico. La formación que propone a quien durante una semana se ha visto asediado por numerosas informaciones sobre sus irregularidades y tejemanejes con excargos del mismo partido e incluso con cargos actuales, pero no parece que le haya afectado. El problema se ha trasladado a PSOE y a Unidas Podemos porque en ambos sí ha estallado la pregunta clave: "¿Por qué tenemos que aceptar un pacto que incluye a un jurista de la trayectoria de Arnaldo?".

Fuentes de esta formación han señalado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que no ha habido debate interno al respecto. Algún parlamentario, en privado y a título individual, se ha cuestionado la idoneidad de su candidatura, pero no ha sido una opinión generalizada, ni siquiera mayoritaria. Lo que ha preocupado han sido las dudas en aumento que veían en el PSOE y en Unidas Podemos, pero interlocutores socialistas transmitieron a populares que no se preocuparan.

Suspense en aumento

El pleno del Congreso ha debatido este jueves la convalidación o derogación de tres decretos leyes y la posibilidad de rechazar una proposición de ley para reformar el Código Penal y castigar a quienes acosen a las mujeres que acuden a abortar a clínicas. Ha debatido sobre convenios internacionales y sobre el dictamen de una comisión. También sobre la renovación del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del Pueblo.

En este último debate no han intervenido ni Odón Elorza ni Txema Guijarro, diputados del PSOE y de Unidas Podemos, respectivamente, que sí participaron hace una semana en la Comisión de Nombramientos del Congreso. Ha sido una discusión breve porque no han tomado la palabra muchos grupos parlamentarios, en protesta por el proceso. Los independentistas se han ido del hemiciclo antes del inicio.

ERC, EH Bildu, BNG, JxCat, PDeCAT y la CUP congregaron a sus diputados en el patio del Congreso para escenificar su rechazo al debate, o lo que es lo mismo, su rechazo a la manera con que se cocinan estos acuerdos mayoritarios que renuevan órganos como el Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial. De paso, han puesto el foco en Unidas Podemos por haberse sumado a un pacto así.

Para cuando empezó este punto del orden del día, ya habían votado telemáticamente los diputados. Trascendió que una de Unidas Podemos había votado "en conciencia" y que Elorza había puestos nombre en el cajetín del enlace que facilita el Congreso a los parlamentarios, cuando el proceso es telemático. Esto provocó una tensión creciente en la Cámara que se disipó en cuanto se dio a conocer la votación.

Con tanta controversia orientada al Constitucional ha pasado desapercibida la renovación parcial del Tribunal de Cuentas (seis vocales nuevos) y la del Defensor del Pueblo, cuya titularidad recaerá en el exministro y exdiputado socialista en Madrid, Ángel Gabilondo.

Otra polémica

En la dirección del grupo socialista se ha producido una polémica paralela. Fuentes de la dirección han explicado que en esta votación, como en todas las telemáticas que se han celebrado hasta la fecha, han pedido a los 120 diputados que envíen un "PDF" adjunto en el enlace de la intranet con la corroboración de que han votado y con la comunicación del sentido de dicho voto. Precisan que no han pedido expresamente saber qué han escrito en los cajetines abiertos en la web interna para proceder a la renovación del Constitucional. E indican que cabe la opción de "capar" ese aspecto en el caso de que el parlamentario así quiera.

Pero, si el diputado no ha cerrado esta opción, la dirección podrá saber quiénes no han votado a Arnaldo o a otros candidatos y estudiar sus casos para proceder a multas por rupturas de la disciplina de voto. La decena de diputados consultados al respecto por este medio han manifestado que es el modelo acordado por toda la bancada y que no les supone ningún problema.