FRACTURA EN EL GOBIERNO

Podemos rechaza la subida de cotizaciones de Escrivá pero no le hará guerra abierta

El partido morado prefiere centrar sus esfuerzos en lograr la derogación de la reforma laboral y confía en que la idea de Inclusión naufrague en la negociación

El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, y la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.

El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, y la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. / Alberto Ortega

La última propuesta del ministerio de Inclusión en la mesa de diálogo social, aumentar temporalmente las cotizaciones sociales para allegar más recursos para las pensiones, ha alarmado y preocupado en Unidas Podemos (UP). Aunque en la formación morada evitaron ayer un enfrentamiento abierto, la iniciativa, que obligaría a empresas y trabajadores a pagar más a la Seguridad Social, ha generado un fuerte malestar entre sus filas porque supondría una reducción de lo que cobran los trabajadores. Sin embargo, el momento político actual puede propiciar que la discrepancia se exprese con sordina: los morados están centrando sus esfuerzos en estos momentos en la derogación de la reforma laboral, y no quieren verse arrastrados a polémicas que -opinan- pueden incluso disolverse sin conflicto.

Desde UP creen que una pugna ahora con Escrivá sólo lograría dar más realce a una propuesta que ni siquiera se ha presentado completa (es un primer documento para el debate con los interlocutores sociales), con el riesgo, para los morados, de que comparta protagonismo con el debate que más les interesa: la derogación de la normativa laboral de la era Rajoy. Cuentan además con que la subida de cotizaciones será contestada tanto por las patronales como por los sindicatos y que por tanto sufrirá importantes modificaciones en los próximos días. Por otro lado, la sensación en UP es que la iniciativa de Escrivá tampoco gusta en la izquierda parlamentaria con la que el Gobierno tiene que contar para sacar adelante sus leyes, e incluso en las filas del PSOE puede generar reticencias. La estrategia para los morados, por tanto, pasa por esperar a que la idea pierda potencia por todos estos factores antes de desatar un conflicto de consecuencias imprevisibles.

Desde Podemos apuntan a experiencias pasadas, en las que las ideas que ha barajado Inclusión finalmente no han acabado materializándose (como ocurrió con la controversia por la posible subida de los años de trabajo necesarios para el cálculo de la pensión, que no llegó a presentarse formalmente). Fuentes del partido morado avanzan que si la propuesta finalmente tiene más recorrido, volverán a dar la batalla pública explicitando su ideario en pensiones, que pasa por allegar más ingresos de grandes empresas y contribuyentes con más recursos en vez de plantear medidas de reducción de gasto, de merma de prestaciones o -como sucede en este caso- de afectación a los salarios.

Podemos y Escrivá, una relación explosiva

Los precedentes no juegan a favor de la discreción, porque los enfrentamientos entre UP y el ministro de Inclusión han sido sonados y profundos: los roces con Pablo Iglesias, cuando era vicepresidente, por la "paternidad" del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y por el alcance de esta medida de protección fueron constantes durante meses. En pensiones, la polémica por la extensión del periodo de cálculo de las prestaciones de 25 a 35 años, que Escrivá siempre negó, culminó con un notorio estallido del ministro de Inclusión en directo en un programa radiofónico, en el que se enfadaba -sin señalar a nadie, pero en alusión obvia- con los que generan "una narrativa para crear confrontación".

El carácter fuerte tanto de Escrivá como de Iglesias, y sus carteras fronterizas (Seguridad Social y Derechos Sociales) propiciaron los encontronazos, que bajaron de intensidad cuando el entonces vicepresidente salió del Gobierno para liderar la candidatura de su partido en las elecciones madrileñas. Pero la relación entre el ala morada del Gobierno e Inclusión ha seguido siendo tirante: las iniciativas para mejorar el IMV siguen estando en disputa, esta vez entre Escrivá y la sucesora de Iglesias en Derechos Sociales, Ione Belarra, y la última controversia en materia de pensiones -a cuenta de las declaraciones del ministro sobre la necesidad de un "cambio cultural" para trabajar más años- desencadenó un cruce de reproches velados entre Escrivá y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en mitad de una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Las diferencias se extienden también a la iniciativa que más interesa a Podemos en estos momentos: la reforma laboral. En la reciente crisis en el seno del Gobierno a propósito del control de esta negociación, Inclusión se alineó -discretamente, eso sí- con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y en contra de Díaz, como uno de esos ministerios (junto con Hacienda y Educación) que quieren tener un papel más importante en esa reforma que hasta ahora había pilotado Trabajo.

El Acuerdo de Gobierno es ambiguo en pensiones

El pacto entre PSOE y Unidas Podemos que dio origen al Ejecutivo de coalición y al que las dos partes recurren en busca de argumentos cada vez que una polémica los separa no ofrece mucha ayuda en el caso de la propuesta de Inclusión de aumentar cotizaciones sociales. Los morados dicen que Escrivá "va contra el espíritu" de un texto que aboga por mantener e incluso aumentar el poder adquisitivo de los pensionistas "y no por reducir lo que ganan los trabajadores", apuntan desde la formación que dirige Ione Belarra. Sin embargo, se podría aducir que la subida de las cuotas no afecta a los perceptores de prestaciones, sino a los trabajadores, y que puede precisamente reforzar el sistema de Seguridad Social, en línea con uno de los objetivos explícitos del acuerdo: "asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones". Los morados no descartan recurrir al texto si la disputa escala, aunque de momento no entra en sus planes.