REFORMA LABORAL

Casado moviliza a sus socios europeos y a los empresarios en contra de la derogación de Díaz

Casado “denunciará” la situación en sus viajes a la capital comunitaria y mantendrá informados a sus socios del PP europeo, convencido de que la UE no tolerará la derogación total de la reforma laboral o los fondos de la recuperación estarán en riesgo.

La otra pata de la estrategia pasa por fortalecer la alianza con el empresariado en mitad de la incertidumbre por la guerra interna del Gobierno.

Pablo Casado en el Congreso Nacional de Empresa Familiar

Pablo Casado en el Congreso Nacional de Empresa Familiar / (Tarek/PP)

Paloma Esteban

Paloma Esteban

En mitad de la guerra abierta en el Gobierno de coalición por la reforma laboral (con la derogación total que promete Yolanda Díaz y el freno que ha echado Nadia Calviño tratando de hacerse con la coordinación de los trabajos) el PP tiene claro que seguirá con su ofensiva en Bruselas para intentar que la reforma de 2012 aprobada por Mariano Rajoy se mantenga. En Génova explican que Pablo Casado “denunciará” la situación en sus viajes a la capital comunitaria y mantendrá informados a sus socios del PP europeo. A pesar de las críticas del Ejecutivo, los populares defienden su postura de “oposición responsable” e insisten en que “no se trata de hablar mal de España, sino del Gobierno” y evitar, dicen, que la recepción de los fondos europeos termine en peligro.

“Llegaremos hasta el final en las instancias europeas para que la reforma laboral se mantenga”. Casado se mostró tajante este lunes en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar en Pamplona. Por un lado, explican en la cúpula popular, el líder de la oposición explicará a sus homólogos europeos la situación en España tanto en sus visitas a Bruselas (donde acude a menudo) como en los contactos informales que se vayan produciendo. La otra pata de la estrategia del PP pasa por apoyarse en los empresarios, que llevan semanas mostrando sus dudas por la incertidumbre que ha desatado el Gobierno con sus enfrentamientos en esta materia.

Casado aprovechó la cita con el empresariado (en la que Pedro Sánchez se ausentó una vez más) para repetir sus recetas en mitad de la crisis económica provocada por el covid y alimentada, en este momento, por la crisis energética y la alta inflación. El líder del PP quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a los empresarios, mostrándose “pesimista en la actualidad”, pero “optimista” con un futuro en el que ya se ve dentro de la Moncloa. “Sin certidumbre no habrá crecimiento y eso es lo que tenemos que repetir”, explican en el equipo económico de Génova, conscientes del sentimiento de orfandad instalado en muchas pequeñas empresas.

Además, el aviso del Banco de España sobre una revisión a la baja “significativa” del PIB (sus nuevas proyecciones macroeconómicas llegarán en diciembre) hizo saltar aún más las alarmas dentro del sector. El gobernador del organismo, Pablo Hernández de Cos, admitió también que los Presupuestos de 2022 (cuya tramitación en el Congreso acaba de empezar) son optimistas en exceso. La advertencia potencia la postura del primer partido de la oposición, convencido de que las cuentas públicas del Gobierno “nacen muertas” por obviar el escenario real de la economía española y los recortes en las previsiones de crecimiento de distintas instituciones como el INE.

Y en este contexto llega el debate final sobre la reforma laboral, a la que Casado achaca la creación de tres millones de empleos con el último Gobierno del PP y mecanismos como los ERTE, que han salvado a muchas familias en la pandemia. El líder popular sabe que la mayor debilidad del Gobierno es la reforma comprometida en Bruselas (en materia laboral y de pensiones) para recibir los fondos de la recuperación. En el plan enviado existen una serie de compromisos que no casan con los anuncios recientes de la ministra de Trabajo. 

“Europa ha dejado claro que las modificaciones de las leyes laborales se tienen que hacer con diálogo social, también contando con los empresarios, y primando la flexibilidad para que no se destruya empleo”, dijo Casado ayer en mitad del cónclave de la Empresa Familiar y bajo la atenta mirada de muchos interesados. La insistencia de Yolanda Díaz este fin de semana en el congreso de CCOO, —“derogremos la reforma laboral pese a todas las resistencias, que las hay”— es el principal motivo de movilización desde el PP. De ahí, la alianza explícita con el empresariado, al que ven fuera de las conversaciones entre Díaz y los sindicatos, a pesar de que CEOE y Cepyme sí han formado parte de las reuniones que se vienen celebrando desde marzo.

La interlocución del Gobierno en Bruselas

En el PP aseguran que el Gobierno tiene un problema de interlocución en Bruselas, donde la confianza la tiene realmente Nadia Calviño. Fuentes populares con presencia en las instituciones comunitarias insisten en que Sánchez delega en la vicepresidenta primera el asunto, consciente de que la UE no ve claro el mensaje de Yolanda Díaz y la falta de participación de Calviño, con larga trayectoria en las instituciones comunitarias. El aviso del comisario europeo en el ramo, Paolo Gentiloni, tampoco deja duda: los compromisos pactados para recibir el dinero de la recuperación no incluyen la derogación total de la reforma laboral de Rajoy y deben contar con el visto bueno de los empresarios. Por eso el presidente del Gobierno se comprometió a esto último ayer, insistiendo en que la patronal estará al tanto de todo. 

El PP lleva tiempo ‘apretando’ con sus denuncias en Bruselas. No solo en lo económico, sino en los propios pactos del Gobierno (señalando que se trata de la coalición “más radical de Europa” con varios ministros de Podemos autollamándose “comunistas”) y en la falta de acuerdo para renovar las instituciones pendientes, como el Consejo General del Poder Judicial. La propia UE se ha manifestado en muchas ocasiones exigiendo a los dos grandes partidos llegar a un pacto. La renovación de algunos órganos constitucionales hace días fue el primer paso. El CGPJ sigue pendiente, pero el PP no dará marcha atrás en su exigencia para avanzar en una mayor independencia en el sistema de elección. En parte, dicen en Génova, porque saben que Europa apunta a esa dirección y cuentan con su apoyo.