TRAS LA DIMISIÓN DE KURZ

Los fiascos de los populares europeos enturbian los apoyos exteriores a Pablo Casado

El líder del PP figura entre los principales líderes emergentes en la familia conservadora, que encaja otro golpe con la dimisión de Kurz.

A Casado se le complica el escenario sin elecciones a la vista

Las turbulencias en el PP europeo meten presión a Pablo Casado

Las turbulencias en el PP europeo meten presión a Pablo Casado / EFE

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP europeo está en uno de sus peores momentos. La histórica derrota de la CDU (el partido de Angela Merkel) se suma a la reciente dimisión del canciller de Austria, Sebastian Kurz, tras el ultimátum de sus socios en el Gobierno por una investigación abierta sobre corrupción. O se marchaba o impulsarían una moción de censura. El dirigente austriaco mantiene su inocencia, pero terminó apartándose para que su partido no perdiera la cancillería. En este contexto, las esperanzas sobre Pablo Casado van en aumento, ante la necesidad de que una de las grandes potencias europeas vuelvan a manos conservadoras. Es lo que el líder del PP también pretende, pero la lejanía de unas elecciones generales complican mucho este escenario.

Los conservadores europeos mantienen en estos momentos el poder en Austria (en coalición con Los Verdes, pero ya sin Kurz), Grecia, Chipre, Croacia, Rumanía y Lituania. Una preponderancia del este de Europa que tendrá sus efectos en el futuro inmediato del PPE a la hora de afrontar la era posMerkel.

La derrota alemana de la CDU ya tuvo una lectura ventajosa para Casado, que desde hace meses lidera todas las encuestas nacionales a excepción del CIS: se visibilizó la importancia de que España gane peso en el PP europeo, sumando enteros entre los líderes emergentes del momento. En esta lista Kurz tenía un puesto destacado, que ahora quedará en barbecho hasta que se resuelva su situación judicial. La marcha de Merkel constituye un cisma para la familia conservadora europea, inmersa en un proceso congresual (en noviembre se verán en Rotterdam para hablar de ideas y, en abril, decidirán sobre su nuevo líder).

Y en ese sentido, la presión de que el PP en España prospere se hace todavía más importante para el partido a nivel europeo. En esta tesis coinciden distintas fuentes de la familia popular, pero también reconocen que la prudencia debe imponerse hasta que avance el tiempo. La fortaleza de Casado existe solo en los sondeos porque aún quedan dos años para las próximas elecciones generales. El Gobierno de Pedro Sánchez acaba de aprobar unos nuevos Presupuestos, que esperan validar en el Congreso y que muestran otra prueba de la salud que tiene la coalición. Es oxígeno para Sánchez para el resto de legislatura y complica mucho las expectativas del PP de un adelanto electoral.

Tras el caso Kurz el compromiso que el propio líder del PP asumió durante una de las jornadas de la convención nacional en Valladolid tiene más relevancia todavía. “Los resultados en Alemania nos exigen aún más responsabilidad al PP español, porque si no consigue la CDU formar Gobierno, nos quedaremos como el primer partido institucional de todo el centroderecha europeo” dijo, dando por hecho una próxima victoria.

Los expresidentes del Parlamento Europeo, Antonio Tajani; y el expresidente del Consejo Europeo y de Polonia, Donald Tusk, dieron su beneplácito a que Casado gane peso a partir de ahora en el PPE. “Es la esperanza de la política europea”, insistieron en sus intervenciones.

Plantel internacional averiado

Si hay algo que el PP quiso poner en valor en su convención nacional fue la dimensión internacional y los invitados extranjeros que acudieron a España a dar respaldo a Casado. Las intervenciones de Tusk y Tajani salieron bien, pero la situación de Nicolás Sarkozy y ahora la dimisión del canciller austriaco ensombrecen el plantel elegido por Génova.

El expresidente francés compartió una charla como invitado estrella en la jornada de Madrid. Al día siguiente de intervenir con Casado se confirmó una segunda condena, en esta ocasión por financiación ilegal en la campaña de 2012. En el PP insistieron en validar su invitación señalando que el objetivo era compartir experiencias de gobierno, pero indudablemente la presencia del francés no hizo ningún favor al partido de Casado. Ya hubo dirigentes que habían cuestionado su invitación por un escándalo judicial previo, que terminó de coronarse con la condena posterior.

El hecho de que Kurz acudiera a la convención del PP (ostentando en ese momento el gobierno más importante de los conservadores en la UE) también fue muy destacado por la dirección nacional. Génova planteó su nombre, junto al del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis (que se confirmó después) como un hito dentro de los apoyos a Casado. Al final, el austriaco intervino telemáticamente (por video y sin subtítulos) por las dificultades que estaba teniendo para cerrar sus Presupuestos nacionales, explicando que le era imposible viajar a Valencia.