Opinión | MERCADOS

Somos comercio, somos país

Reducir estas cargas administrativas resulta pues esencial para fomentar un entorno empresarial más ágil y competitivo

Clientes en un centro comercial.

Clientes en un centro comercial. / EP

Arraigado como pocos en el ADN y en la idiosincrasia de nuestro país, el sector comercio ha sido, es y seguirá siendo uno de los pilares fundamentales de la economía española, con un aporte del 13% al conjunto de la economía productiva y la generación de millones de empleos hasta alcanzar el 17% del mercado de trabajo nacional. Desde pequeñas tiendas de barrio hasta grandes cadenas de distribución, el comercio no solo satisface las necesidades de los consumidores (muchas de ellas de absoluta primera necesidad), sino que lleva de la mano el crecimiento económico, fomenta la innovación y contribuye a la cohesión social y territorial.

El comercio es vital para el consumo interno, actuando como catalizador y tractor para otros sectores económicos, y su cadena de valor ha sido decisiva para introducir en nuestro país grandes avances en producción, servicios, logística y transporte.

Pero desde hace años, uno de los principales obstáculos que afronta el comercio es el exceso de cargas administrativas por la vía de la hiperregulación. Todas las empresas que integran el tejido comercial en España sin excepción, y sean del tamaño que sean, se ven a menudo abrumadas por la burocracia y la complejidad de los trámites administrativos, lo cual desincentiva la creación de nuevos negocios y limita el crecimiento de los existentes. Un dato muy significativo y clarificador: en España cada comercio se ve sometido a más de 3.000 normas, ya sean de origen europeo, nacional, autonómico o local.

Reducir estas cargas administrativas resulta pues esencial para fomentar un entorno empresarial más ágil y competitivo. Simplificar los procesos de registro, licencias y cumplimiento normativo no sólo ahorra tiempo y recursos a los comerciantes, sino que también incentiva la innovación, la inversión y la creación de empleo. Un entorno regulatorio más favorable permitiría a las empresas centrarse en lo que realmente importa: ofrecer productos y servicios de calidad a sus clientes al mejor precio posible. Todas las iniciativas que las distintas Administraciones pongan en marcha para resolver este problema (y ya hay varias en marcha), contarán con nuestro decidido apoyo.

Pero el éxito del sector comercio también depende en gran medida de su capacidad para atraer y gestionar talento. En un mundo cada vez más digitalizado, las habilidades requeridas en el comercio están evolucionando rápidamente. Por un lado, la transformación digital ha creado una demanda creciente de profesionales con competencias en marketing digital, análisis de datos, ciberseguridad o gestión de la experiencia del cliente, por citar sólo algunos ejemplos de procesos afectados por esta tecnificación de la economía. Y por otro, no podemos olvidar que muchos oficios tradicionales siguen siendo claves en diversos subsectores.

Nuestras empresas están adoptando distintas estrategias para atraer a todo ese talento, así como para ahuyentar el riesgo de la ausencia de relevo generacional al que se enfrentan no pocas pequeñas empresas del sector. Esto incluye ofrecer condiciones laborales atractivas, formación continua y oportunidades de desarrollo profesional en el seno de las compañías. Y para ello es imprescindible contar con un dialogo social fuerte, sin caer en imposiciones normativas realizadas sin conocer ni la realidad de nuestro sector ni el enorme impacto económico que pueden producir.

En un entorno sociopolítico absolutamente marcado por las incertidumbres a nivel global, afianzar alianzas a cualquier nivel se antoja una máxima inexcusable para cualquier actividad económica. Ese es precisamente uno de los objetivos que nos hemos fijado en la C4 -Comisión de Competitividad, Comercio y Consumo- de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y que cada año materializamos con la celebración de nuestro Encuentro anual de Comercio.

Tras las exitosas convocatorias en Sevilla, Valladolid, Zaragoza y Madrid, su quinta edición consecutiva nos llevará el próximo 26 de marzo hasta Valencia, una tierra cruelmente golpeada por la fatídica Dana, pero cuya sociedad y cuyos comerciantes (tan duramente afectados) están dando una inolvidable lección de coraje y resistencia.

Es allí donde un año más reuniremos, en indispensable colaboración con la Confederación de Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), a destacados representantes empresariales del comercio, asociaciones y actores relevantes de todas las Administraciones para protagonizar la cita anual más destacada del sector en España.

La jornada estará protagonizada no sólo por altos representantes institucionales como Antonio Garamendi, presidente de CEOE, Carlos Mazón, president de la Generalitat Valenciana, Amparo López, secretaria de Estado de Comercio, Salvador Navarro, presidente de CEV, o Maribel Sáez, directora general de Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana; también tendrán un destacado papel figuras del mundo de la economía y la empresa como Christel Delberghe, directora general de EuroCommerce, o Rafael Torres, presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), en su calidad de presidente de la comisión de comercio de CEV, así como ponentes de la talla de la experta internacional en inteligencia artificial y tendencias de futuro, Silvia Leal, o la leyenda del deporte nacional y medallista olímpica Gemma Mengual, bajo la conducción de la comunicadora Macarena Berlín.

Este consolidado encuentro del sector es uno más de los muchos caminos emprendidos por la C4 -hoy integrada por más de 260 asociados entre organizaciones y empresas, con un papel destacado de las grandes asociaciones del sector en España como son Anged, CEC, Asedas y ARTE- para alcanzar los objetivos que en 2019 llevaron a Antonio Garamendi, como presidente de CEOE, a impulsar su creación: dar voz en el seno de la confederación al conjunto del comercio en España para elevar su consideración social, y al mismo tiempo poner sobre la mesa del debate público las reivindicaciones de un sector clave y estratégico para la economía española.

En defensa de ese patrimonio común de todos los ciudadanos que es el comercio, aprovecho la ocasión para brindar a todos aquellas personas interesadas en conocer su realidad la oportunidad de asistir a nuestro encuentro, y aportar reflexiones e ideas a un debate del que todos los que amamos este sector saldremos más fuertes y más unidos. Comerciantes, proveedores y consumidores: nos vemos en Valencia.