Opinión
Brújula europea con pocos fondos

Archivo Banderas de la Unión Europea / EUROPA PRESS CONTACTO WIKTOR DABKOWSKI ARCHIVO
La Comisión Europea ha presentado esta semana un plan estratégico para recuperar el crecimiento económico, avanzar en la transición energética, fortalecer la industria y revertir el retraso tecnológico de la Unión Europea (UE). La Brújula para la Competitividad enumera en sus 27 páginas una larga lista de objetivos ambiciosos en innovación, tecnología, energía, transición verde, industria, gestión empresarial, cualificación profesional, mercado europeo, comercio, reducción de dependencias exteriores y defensa. Pero contiene escasas precisiones sobre cómo se lograrán y se remite a una cincuentena de iniciativas que la Comisión Europea presentará en 2025 y 2026.
La nueva brújula europea adolece en especial de planteamientos irrealistas en la cuestión clave la financiación. La brújula se basa en el diagnostico sobre las deficiencias de la UE, elaborado por el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que advirtió de que sin una inversión adicional anual de 800.000 millones de euros la UE estaba condenada al declive. Pero el plan de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no incluye nuevas medidas de financiación europea (emisión de deuda común europea, duplicación del tamaño del presupuesto de la UE) y descarga el peso de la aportación de los fondos públicos adicionales sobre los estados, a los que exige al mismo tiempo planes de ajuste presupuestario.
Además de la inversión privada y descontada la aportación prevista del presupuesto de la UE, el BCE estima que faltan 900.000 millones de fondos públicos adicionales en el conjunto del periodo 2025-2031 para avanzar en la transición verde, digitalizar la economía y reforzar la defensa de la UE, según el estudio 'Cuidado con la brecha'. Esta cifra es muy conservadora y no incluye otros gastos públicos adicionales necesarios, por ejemplo, en educación y sanidad, precisan los economistas del BCE.
Más fondos europeos
Pese a la reforma de las reglas sobre el déficit y la deuda pública que entraron en vigor en 2024, los estados de la UE, incluso los que disponen de finanzas públicas saneadas, no podrán asumir esa aportación de gasto público adicional, que supone un esfuerzo anual de inversión equivalente al 0,6%-1% del producto interior bruto (PIB) de la UE, avisa el estudio del BCE. Por ello, concluye que es indispensable aumentar la aportación de fondos europeos vía la emisión de deuda común o la ampliación sustancial del presupuesto de la UE.
Las reglas del pacto de estabilidad, pese a la citada reforma, son un grave obstáculo para el futuro de la UE, porque frenan la inversión pública y van contra de la lógica económica, señala Paul De Grauwe, profesor de la London School of Economics, en el libro 'Avance de la UE' de Social Europe y la Fundación Friedricht Ebert. De Grauwe subraya que la política de austeridad es responsable de la caída del nivel de inversión en la UE desde 2007, de la pérdida de potencial de crecimiento a largo plazo y del actual declive europeo.
Von der Leyen espera además que el capital privado para las inversiones de la Brújula para la Competitividad surja de forma automática cuándo se complete la unión de mercado de capitales europea, cuya legislación está empantanada desde hace años a causa de las divergencias de los Veintisiete y que ahora aparece rebautizada como "unión de ahorros e inversiones".
Amenazas arancelarias
El estancamiento económico de la eurozona, la perdida de competitividad industrial por los desmedidos precios energéticos en la UE en comparación con EEUU y China y la amenaza de tarifas arancelarias del presidente norteamericano, Donald Trump, tampoco favorecen que las empresas emprendan las multimillonarias inversiones necesarias para modernizar el tejido industrial europeo y dar un salto tecnológico cualitativo.
Los tres principales motores de la UE, Alemania, Francia e Italia, se encuentran en una situación frágil, que limita su capacidad de inversión publica y empresarial. Alemania acaba de rebajar al 0,3% su previsión de crecimiento para 2025, después de dos años de recesión. Francia sufrió una contracción del PIB del 0,1% en el cuarto trimestre de 2024, la perspectiva es muy débil para la primera mitad del 2025 y los planes de ajuste empresarial amenazan 200.000 empleos. Alemania y Francia tienen ya 109.000 y 124.000 desempleados más que hace un año, según Eurostat. Italia, por su parte, arrastra un crecimiento trimestral cero en la segunda mitad de 2024 y aplica un plan de ajuste para rebajar su deuda pública (136% del PIB).
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