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Fitur
Con casi 100 millones de visitantes, el turismo es la locomotora económica de España tras empezar a adoptar medidas para ir más allá el 'sol y playa'

Últimos preparativos para la inauguración de Fitur, este martes en Ifema (Madrid). / Europa Press/ Eduardo Parra
España está a punto de superar a Francia, el histórico líder mundial, en número de turistas y los 94 millones de visitantes que eligieron nuestro país para disfrutar de sus vacaciones el año pasado demuestran la salud de un sector que ha sabido adaptarse a los cambios y que, por segundo año consecutivo, es el que más aportación directa hace al crecimiento del PIB, por delante de las actividades inmobiliarias, los servicios públicos o la industria manufacturera.
La inauguración este miércoles en Madrid de Fitur, la gran feria del turismo, viene acompañada de unas cifras que pocos sectores pueden exhibir, porque el turismo no sólo ha rozado en 2024 la cifra mágica de los 100 millones de visitantes, sino que ha evidenciado que se han adoptado medidas para que la calidad de los viajeros sean tan importante como la cantidad: la previsión del Gobierno también apunta a un récord del gasto total que generaron los turistas, hasta los 126.000 millones de euros, un 16% más.
Vienen más turistas, sí, pero gastan mucho más avanzando en la generación de valor añadido porque el sector ha invertido de forma generalizada en los últimos años para mejorar el producto turístico hacia propuestas de mayor calidad, como explica hoy en EL PERIÓDICO DE ESPAÑA David Page. Desde la pandemia, la inversión privada ha crecido en un 6,2% anual y el resultado es que los hoteles de cuatro o cinco estrellas, por ejemplo, han sumado más de 81.000 plazas en el último lustro, mientras que los de categoría inferior las han reducido en 21.150.
España ya no es sólo un destino de 'sol y playa', sino que está consiguiendo desestacionalizar las llegadas, con crecimiento importantes de las visitas en las temporadas baja y media, se está diversificando la oferta, promoviendo el turismo cultural o gastronómico, y se han ampliado los mercados, llegando a viajeros de alto valor añadido de EEUU o China, por ejemplo.
Es cierto que aún hay un gran camino por recorrer para no morir de éxito y las medidas adoptadas en destinos muy saturados como las Baleares o Barcelona van en ese sentido. Madrid, una ciudad que está de moda, haría bien de tomar nota de cómo se está afrontando el futuro del turismo en la capital catalana, pero la solución no pasa por echar el cerrojazo a un sector que se ha convertido en la locomotora económica de España por el atractivo del país, pero también por el trabajo bien hecho a lo largo de estos años.
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