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El regreso

A los políticos les exigimos que cumplan sus promesas; en esta etapa de Trump en la Casa Blanca, sólo cabe esperar que incumpla las suyas

Donald Trump, durante su investidura como nuevo presidente de EEUU.

Donald Trump, durante su investidura como nuevo presidente de EEUU. / Associated Press/LaPresse

Trump ha empezado su segundo mandato al frente de los EEUU como se esperaba… y no es una buena noticia para el resto del mundo. En su primer discurso tras prometer el cargo sobre la Constitución y una biblia, se alejó del tono habitual en este tipo de intervenciones, eludió hacer ningún llamamiento a la unidad del país y pareció más estar mitineando como si la campaña electoral no hubiera acabado, con críticas a sus predecesores, especialmente a Joe Biden, sentado a unos metros de él. Luego se dirigió a otra sala del Capitolio, donde se celebraba su nombramiento por el frío gélido del exterior, y ante decenas de invitados personales aún endureció más su discurso. No conviene tomarse con escepticismo o incredulidad sus planes.

Sin esperar siquiera a llegar al Despacho Oval de la Casa Blanca, anoche mismo firmó decenas de decretos y memorandos para anular 78 acciones ejecutivas de Biden, declarar la emergencia nacional en la frontera, perdonar a los 1.500 condenados por el asalto al Capitolio hace ahora cuatro años, retirar protecciones a los funcionarios civiles, acabar con las políticas de igualdad racial y de género, y retirar a los EEUU del Acuerdo del Clima de París o de la Organización Mundial de la Salud. Lo que el propio Trump bautizó como "la revolución del sentido común". Eso sí, decidió no imponer por el momento los prometidos aranceles, aunque no ahorró amenazas directas a los productos españoles y situó de forma equivocada a nuestro país entre los BRICS, el grupo de potencias que ha planteado una divisa global alternativa al dólar.

Trump accede por segunda vez a la Casa Blanca sin contrapesos que puedan frenarle, con las cámaras alineadas con sus políticas y el Supremo controlado por los jueces que él mismo nombró hace cuatro años. Una imagen llamó poderosamente la atención en su toma de posesión por encima de ninguna: en primera fila de invitados, por delante incluso del que será su gabinete, estaban Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk. WhatsApp, Instagram, Facebook, Amazon, Google, X… los magnates de Silicon Valley acompañando a Trump en un día tan importante y dejando claro quién controla el relato.

A los políticos siempre les exigimos que cumplan sus promesas electorales, aunque suelen decepcionarnos precisamente por no hacerlo. En esta nueva etapa de Trump en la Casa Blanca, sólo cabe esperar que él no cumpla las suyas.