Opinión | EL RETORNO DE TRUMP

Groenlandia

Tiene una posición estratégica que la convierte en el paso de tierra más cercano entre EEUU y Europa, pero eso no genera ningún problema de seguridad

Deshielo de grandes bloques en el mar en Groenlandia /

Deshielo de grandes bloques en el mar en Groenlandia / / EFE/ Claudia Reithmeir

Nunca en las casi dos décadas de esta columna sobre asuntos de la agenda global habíamos hablado de Groenlandia. Pero ya que Donald Trump la ha puesto en el centro del debate, agitando las cancillerías de medio mundo con su idea de anexionar la isla, es una ocasión única para hablar de Groenlandia, la isla más grande del mundo

¿Por qué interesa? Groenlandia tiene una posición estratégica que la convierte en el paso de tierra más cercano entre EEUU y Europa, pero eso no genera ningún problema de seguridad y menos con los acuerdos que ya existen entre países occidentales desde la Guerra Fría para utilizar logísticamente la isla. 

¿Para qué la quiere ahora? Cuando habla de seguridad, lo que busca Trump, es un lugar geoestratégico en términos económicos y militares para controlar la región ártica donde Rusia extiende cada vez mas su mano. La razón principal es que con solo algo más de 55.000 residentes, la convierten en un desierto de hielo virgen donde podría ubicar buena parte de su arsenal de ataque y defensa con misiles. En la eventualidad de un intercambio nuclear con Rusia, se convertiría así en el principal campo de batalla alejando el peligro del territorio americano. 

Hay más razones. Bajo el hielo, Groenlandia tiene enormes recursos energéticos de gas y petróleo y minerales raros de valor estratégico para la fabricación de componentes de alta tecnología. Sin embargo, el partido que representa a la población indígena y que ostenta la mayoría política en esta isla autónoma de Dinamarca, ha establecido una moratoria para frenar los permisos de extracción. Como los indígenas del Amazonas en Brasil, su interés es la protección medioambiental para evitar que el hielo se derrita a ritmo acelerado y siga aumentando el nivel de las aguas del mar. Saben que minimizando el desarrollo industrial evitaran un deshielo mayor, lo que beneficiará al país, y por extensión al resto del mundo. Una estrategia de seguridad bien diferente a la de Trump y por la que sería una buena noticia no tener que volver a hablar de Groenlandia en esta columna.