Opinión | PENSAMIENTO PERIFÉRICO

Sánchez, Montero e Illa, la cuadratura del círculo

La cuestión es si el presidente va a seguir adelante, ya que no va 'pa lante', con Presupuestos o sin ellos

Pedro Sánchez y María Jesús Montero, el pasado 18 de diciembre en el Congreso.

Pedro Sánchez y María Jesús Montero, el pasado 18 de diciembre en el Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Se acabaron las vacaciones. La política recupera el pulso en un año, aparentemente, sin elecciones. La ofensiva judicial no se va a llevar al Gobierno por delante, de momento. A pesar de que lo parezca por las excepcionales medidas que promueve el Ejecutivo. Pedro Sánchez va a seguir en la Moncloa, al menos hasta las municipales y autonómicas del 2027. Su propósito no es otro que reconstruir el poder territorial del PSOE que quedó diezmado hace un año y medio porque la polarización funcionó a nivel nacional pero no en el local. Y para hacerlo va a utilizar la fórmula Illa: catapultar a ministros de éxito hacia los liderazgos autonómicos. Óscar López en Madrid, Pilar Alegría en Aragón, Diana Morant en València y, por encima de todos, María Jesús Montero en Andalucía. De momento. La fórmula no es nueva. Ya la utilizó Aznar con Piqué y Arenas, por ejemplo.

Así las cosas, la cuestión es si Sánchez va a seguir adelante, ya que no va 'pa lante', con Presupuestos o sin ellos. Esta semana sabremos si tiene alguna posibilidad de conseguirlo dando un primer paso hacia el techo de gasto si pacta con Junts el traspaso a Cataluña de las competencias de inmigración. Y, en paralelo, Illa necesita, para dar credibilidad a su nueva etapa, desbloquear en Barcelona sus presupuestos con la Esquerra de Junqueras que este fin de semana ya ha puesto precio: que se haga efectivo el nuevo modelo de financiación. Illa ha respondido acelerando el cumplimiento del resto del acuerdo de investidura y dando por hecho que la financiación ya no hay que acordarla sino ponerla en marcha. Tarea que recae sobre la vicepresidenta, ministra de Hacienda y candidata del PSOE en Andalucía, María Jesús Montero. Y aquí la pregunta es: ¿Es posible un sistema de financiación autonómica que sacie la sed de Cataluña sin llevar a Andalucía a la sequía? Sánchez e Illa sostienen que sí, pero ahora les toca convencer de ello a sus socios parlamentarios sin ahuyentar a sus votantes. Cuestión delicada porque el problema de Illa con Esquerra no es ideológico, sino de que Junqueras necesita eliminar la sensación, generalizada en su partido, de que los socialistas siempre les toman el pelo. Y combatir ese sentimiento exige una gesticulación al estilo de Junts cosa que puede ser letal para Montero. Pero, bueno, Sánchez se crece cuanto mayor es el reto. Que puede ser mayúsculo si Moreno Bonilla sí convoca elecciones en Andalucía.