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La vivienda, por fin

Sánchez y Feijóo se enfrentan en la batalla del relato cuando deberían estar buscando soluciones a la crisis habitacional alejadas del dogmatismo ideológico

Manifestación a favor del derecho a la vivienda en Valencia.

Manifestación a favor del derecho a la vivienda en Valencia. / Europa Press/ Rober Solsona

A falta de un mínimo consenso entre los dos principales partidos españoles ante uno de los principales retos del país, la crisis de la vivienda, hay que aplaudir que al menos hayan decidido situar en un lugar preeminente de su agenda el que es uno de los principales problemas que citan los ciudadanos en todas las encuestas. Este fin de semana, ha sido el PP el que ha reunido en Oviedo a sus barones regionales para buscar soluciones. Y este mismo lunes, el presidente del Gobierno anunciará también una batería de medidas.

Nos explicaba este fin de semana el compañero Matías Vallés, de Diario de Mallorca, que en la principal isla de Baleares el precio de la vivienda superará en 2025 al de Alemania: batirá la barrera psicológica de los 5.000 euros por metro cuadrado. No es un dato aislado, Gabriel Santamarina, especialista en el sector inmobiliario de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, revelaba hace unos días que el precio medio de la vivienda nueva en España ha superado por primera vez los 3.000 euros por metro cuadrado, después de registrar en 2024 un incremento del 5,5% y arrastrar un alza del 52% desde los mínimos registrados tras la burbuja.

Pero es que en España ya se construye un 70% menos de pisos que hace dos décadas, la mayor caída en el conjunto de la Unión Europea. Y a todos aquellos que viven de alquiler, especialmente en Madrid o Barcelona, pero no sólo en las dos grandes capitales españolas, no hay que explicarles cómo se han disparado las cuotas mensuales pese a los intentos regulatorios.

España tiene, por tanto, un problema grave con la vivienda y resulta frustrante que las dos principales fuerzas políticas, las que gobiernan en la mayor parte de las administraciones públicas, sean incapaces de abordarlo de forma conjunta. A la espera de lo que anuncie este lunes el presidente Pedro Sánchez, el Gobierno ha apostado por incrementar el parque de vivienda pública, una solución a largo plazo que no resuelve el problema actual. Y el PP defiende liberar suelo y reducir la carga impositiva de las operaciones inmobiliarias, medidas que los expertos ven con recelo porque estuvieron detrás de la última burbuja.

Hay que celebrar que Sánchez y Feijóo pongan los pies en el suelo y traten de buscar soluciones a los problemas reales de la gente, aunque sea sólo con el objetivo de ganar la batalla del relato, como explicábamos en este periódico hace unos días. Pero el trabajo en ingente. Se calcula que España necesitará casi tres millones de viviendas hasta 2039 para dar respuesta a la demanda pero que apenas se construyen 80.000 al año. En un ejercicio como el 2025, sin elecciones de ningún tipo a la vista por primera vez desde 2013, debería haber la oportunidad de articular soluciones reales, alejadas del dogmatismo ideológico.