Opinión | LA PALABRA DE LOS NÚMEROS

Macroeconomía versus microeconomía

Que el dato agregado del PIB y la media de los salarios aumenten no quiere decir que todos los ciudadanos mejoren por igual

Una persona selecciona los productos para su cesta de compra en un economato solidario de Cáritas.

Una persona selecciona los productos para su cesta de compra en un economato solidario de Cáritas. / Marta Fernández / Europa Press

Mejora la actividad económica y vuelve el debate sobre la diferencia de los datos macroeconómicos y la percepción de los ciudadanos. La economía es micro y depende de millones de decisiones individuales de empresas, familias, el estado, el sistema financiero y el sector exterior pero los economistas hemos desarrollado indicadores macroeconómicos para analizar la evolución de la economía y gestionar políticas públicas; principalmente la política fiscal y la política monetaria. El problema es que usamos el PIB como indicador que es muy complejo de estimar y más aún de analizar e indica la media de la economía, que no necesariamente tiene que ser la de la persona que comenta el dato.

¿Cómo está realmente la economía española? Dos tercios del PIB son consumo privado de las familias que coincide con la percepción de la mayoría de los ciudadanos y en España tenemos la fortuna de disponer de los datos declarados por las empresas de ventas en el impuesto de valor añadido que la Agencia Tributaria publica trimestralmente, corregidas de efecto estacional y de inflación para que podamos comparar la evolución. El consumo privado registró caídas en el primer semestre del año 2024 pero tuvo un crecimiento muy intenso en el tercer trimestre y todo anticipa que el cuatro trimestre mantiene su dinamismo.

¿Cuál es la percepción de los consumidores? Para los economistas es clave analizar la percepción ya que condiciona las expectativas futuras que son determinantes para explicar las decisiones, tanto de los consumidores como de los empresarios. El CIS publica mensualmente una encuesta de evolución del consumo y los economistas usamos principalmente la pregunta de cómo ven su propio hogar, en vez de la que dicen como ven la economía en general que es la se publica en los medios, ya que las respuestas de su propio hogar tienen una elevada correlación con los datos de gasto y además son un indicador adelantado ya que se conocen antes. La percepción de los españoles, en media, ha crecido con fuerza desde 2022, donde se desplomó por la crisis de inflación, y está ya en niveles similares a los de antes de la pandemia.

Las variables que determinan el consumo ayudan a explicar esa mejora de la percepción de los consumidores. El empleo, principal fuente de generación de renta para consumir, sigue creciendo aunque con menor intensidad en 2024. Pero los salarios medios que publica la Agencia Tributaria crecen un 5%, igual que en 2023, y la inflación se ha reducido mucho, especialmente la de alimentos que son los de consumo frecuente y en algunos casos, como es el precio del aceite de oliva, los precios han caído con fuerza desde el verano. Ambas variables explican un aumento de la renta real y apoyan la percepción de los consumidores que mejoran sus expectativas. El BCE ha bajado los tipos y miles de familias con hipotecas a tipo variable ya pagan menos en su cuota mensual. Y la población aumenta medio millón de personas por año por la inmigración que, aunque estén en la informalidad, también consumen, pagan IVA y quedan reflejados en las estadísticas que hemos comentado de la agencia tributaria.

Que el dato agregado y la media aumenten no quiere decir que todos los ciudadanos mejoren por igual. En un lago de profundidad media de un metro la mayoría de los ciudadanos hacemos pie y el riesgo de ahogarse es bajo pero si en algunas zonas la profundidad es de tres metros y no sabes nadar el riesgo es muy elevado. La mejora de la actividad no evita que sigamos teniendo la mayor tasa de desempleo del mundo, la tercera tasa más alta de riesgo de pobreza de Europa y que la mitad de las personas que acuden a pedir ayuda a Cáritas tienen trabajo. Ellos deben ser la prioridad.