Opinión | MÚSICA

Me acuerdo de McCartney

Me acuerdo de cuando gritamos durante toda una noche 'Don’t Let Me Down' con mis amigos para despedirnos de la adolescencia

Paul McCartney pone el broche final a su gira en Madrid

Sara Fernández

Me acuerdo de que Kurt Vonnegut decía, en sus conferencias, que "una plausible misión del artista es lograr que la gente se sienta más contenta de estar viva". Entonces, algún oyente le preguntaba si sabía de alguien que lo hubiera conseguido. "Los Beatles", contestaba siempre.

Me acuerdo de cuando fui a ver a Paul McCartney al Wizink. Parece que fue ayer. Fue hace un par de días.

Me acuerdo de lo contento de estar vivo que me sentí cuando mi amigo Rafa me dijo, en la terraza del Casa Muyo, dos copas de 1906 sobre la mesa roja: "¿Tú quieres ir a Paul McCartney?". Y me enseñó su móvil con las entradas.

Me acuerdo de ir en el AVE hacia el concierto ese 9 de diciembre de 2024. "Es el aniversario de la muerte de Lennon", me dijo Rafa. "Por una vez te equivocas: fue el 8", maticé, ni tonto ni listo: listillo. "Ya, no has pensado en el cambio horario: lo mataron casi a medianoche en Nueva York. Así que gran parte de hoy es ayer", dijo.

Me acuerdo que me dijo: "¿Te imaginas que recuerda a John tocando Here Today?". Ahí McCartney se acuerda, se acuerda mucho, de Lennon: "Me acuerdo de cómo era todo antes / Y no voy a aguantarme las lágrimas más / Te quiero".

Me acuerdo de que, en la cafetería, pusimos un vídeo donde Julia Otero le preguntaba a Paul por qué llevaba a sus hijos a la escuela pública: "Porque no quiero que un día me digan: 'Hello, daddy' [acento pijísimo]".

Me acuerdo de que ese día también venía mi amigo Ciaran al concierto. Él viajaba con su hijo Lope.

Me acuerdo de cuando yo tenía la edad de Lopito, dentro de un autobús, la excursión rumbo Arbúcies. Alex Bleda sacó el walkman y me descubrió Love me do.

Me acuerdo de cuando mi hija descubrió a los Beatles con tres años, hace solo uno. Me acuerdo que los llamaba Bitils. Me acuerdo de que si le ponía cualquier canción posterior a 1966, me decía: "Esto no son los Bitils, papá".

Me acuerdo de que mi padre, maestro de escuela, daba clases a los hijos de la tienda de discos Castelló. En Navidad, podíamos elegir un disco y nos lo regalaban. Escogí el rojo y el azul de los Beatles. En una foto jóvenes; en la otra, ancianísimos: barba y pelo largo. En esa segunda foto, Paul tiene 27 años. Para mis hijos, soy ese anciano hindú que sacaron de una cueva a los 180 años de edad.

Me acuerdo de cuando gritamos durante toda una noche Don’t Let Me Down con mis amigos para despedirnos de la adolescencia.

Me acuerdo de que, en Madrid, un tipo gritaba "Paul McCartney", como si animara al Real Madrid. Parecía que gritara "Pon Más Carne" (Paul es vegano).

Me acuerdo de la birra antes del concierto en el bar Los Chicos. Lopito, que llevaba la sudadera de McCartney que Ciaran conserva de cuando él era un niño, estaba nerviosísimo, porque el concierto empezaba ya: "solo" faltaban dos horas y cuarenta minutos.

Me acuerdo de que entramos y nos habían tocado las últimas dos localidades de la grada derecha. "Son perfectas", dijo Rafa. Al ser las últimas, había un trocito de cemento, menos de un metro cuadrado, para nosotros. "Me voy a pasar todo el concierto bailando aquí", dijo.

Me acuerdo de la canción Un metro cuadrado, de Vainica Doble: "Un metro cuadrado / de tierra es bastante / Que la gente sepa / que todo esto es mío".

Me acuerdo de que McCartney salió al escenario con su bajo Höfner. Me acuerdo de que mi barbero, recién jubilado, me dijo que la primera vez que lo vio en directo, se echó a llorar en cuanto salió a escena con ese bajo. Yo no.

Me acuerdo de cuando Paul tocó Let Em In y cambió todo: una canción que habla de que llaman a la puerta. Los que tienen que entrar son toda la gente a la que quiere, y a la que echa tantísimo de menos, quien la escucha.

Me acuerdo de cuando se quedó solo en el escenario y tocó Blackbird. Parecía pequeñísimo y por eso mismo parecía tan grande.

Me acuerdo de que justo después cantó Here Today: "Me acuerdo de cómo era todo antes / Y no voy a aguantarme las lágrimas más". Y ahí sí: cataratas de Iguazú.

Me acuerdo de que fui a orinar cuando iba a tocar My Valentine, la peor. Fue como cuando eliges la hora, sintiéndote muy listo, en una Operación Retorno y hay caravana. También había cola en el baño: todos habíamos elegido la misma.

Me acuerdo de que luego tocó Something y le dije a Rafa: "Se está despidiendo de todos". Me acuerdo de que pensé que uno recuerda cuándo hizo la primera voltereta, pero no sabe cuál será la última.

Me acuerdo de que, al salir, no encontrábamos el Bar Los Chicos. Había desaparecido. Quizá habían pasado sesenta años, ahí dentro. Lope ya en edad de jubilación. Sesenta años cantando "nanana" en el coro de Hey Jude.

Me acuerdo de cuando fui a ver a Paul McCartney. Parece que fue ayer, ojalá fuera mañana.