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Moncloa y Zarzuela

Los desencuentros entre el Gobierno y la Jefatura del Estado se han multiplicado desde que Camilo Villarino, vetado por el ministro Albares para ser embajador en Moscú, ha asumido la dirección de la Casa del Rey

El rey Felipe y la reina Letizia, junto al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en Roma.

El rey Felipe y la reina Letizia, junto al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en Roma. / EFE/ Chema Moya

Decía Albert Einstein que si algo "no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien". Trasladado a la política, podríamos afirmar que si no tienes una explicación simple y espontánea para un hecho, es que hay algo que ocultar. Y eso es lo que ha sucedido con la incomprensible ausencia de España este pasado fin de semana en la reapertura de Notre Dame. Los ministerios de Cultura y Exteriores, Moncloa y Zarzuela llevan desde entonces enredados en explicaciones para justificarla, lo que desvela que detrás hay mucho más que una simple descoordinación entre el Gobierno y la Jefatura del Estado.

Al final, este martes y desde Roma, la Casa del Rey ha asumido la responsabilidad del fiasco diplomático que supone dejar a España sin representación en un acontecimiento internacional de primer nivel como el que se vivió el sábado en París, pero lo sucedido revela la desconfianza creciente entre el Gobierno y la Zarzuela. No es algo nuevo, pero sí parece haberse agudizado en los últimos meses.

El Rey, contrariamente a lo que era habitual, ha acudido a cuatro tomas de posesión de presidentes de países latinoamericanos sin que lo acompañara el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Y en el reciente desplazamiento a las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, que tenía el rango de 'viaje oficial', sólo contó con la titular de Defensa, Margarita Robles, el último día del mismo, en un gesto inédito.

Aunque el punto de mayor fricción fue la visita pocos días después de la DANA a Paiporta, uno de los municipios valencianos arrasados por la riada. Tras los disturbios que provocaron que el presidente del Gobierno fuera evacuado por su servicio de seguridad, algunos medios se hicieron eco de informaciones surgidas de Moncloa que señalaban a Zarzuela como responsable de la visita porque no habría atendido los avisos del Gobierno sobre el riesgo de la misma.

Incluso este mismo lunes, cuando el Rey ya había confirmado su asistencia al funeral por la DANA que se celebraba en la catedral de Valencia, se desconocía si algún miembro del Gobierno le acompañaría. Ninguno lo tenía recogido en su agenda oficial y sólo tras la polémica generada a lo largo de la mañana, se movilizó a la vicepresidenta Montero y a los ministros Torres y Morant.

Un desencuentro tras otro entre Moncloa y Zarzuela que, como explicamos hoy en EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, se ha agudizado en los últimos meses. En concreto, desde el nombramiento en febrero del diplomático Camilo Villarino como jefe de la Casa del Rey, al que el ministro Albares vetó ir destinado como embajador a Moscú, en agosto de 2021, pese a haber sido designado ya por su predecesora en el Palacio de Santa Cruz, Arancha González Laya.