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Lobato y el novio de Ayuso

La visita del líder del PSOE madrileño al notario pone contra la espada y la pared al fiscal general y alimenta la teoría de la conspiración

Juan Lobato.

Juan Lobato. / Alba Vigaray

Estaba previsto que el PSOE de Madrid implosionara a principios del próximo año, Ferraz tomara el mando y apartara al díscolo Juan Lobato con la excusa de la renovación territorial del partido. Ya se hablaba del ahora ministro Óscar López como el preferido por el presidente Pedro Sánchez para sustituirlo y habían dejado de sonar otros nombres que lo hicieron en el pasado, como el de Félix Bolaños. Pero si la antigua Federación Socialista Madrileña asumiera con sumisión su destino, desmerecería su larga tradicional navajera.

En esas estábamos, esperando velar el cadáver de Lobato, el enésimo líder caído en desgracia del socialismo madrileño, cuando nos desayunamos con la información de que había certificado ante notario que él, técnico de Hacienda en excedencia, nada tenía que ver con la filtración de la confesión fiscal del novio de la presidenta Díaz Ayuso, no fuera a ser que unos whatsapps y unos correos electrónicos intercambiados con Pilar Sánchez-Acera, jefa de gabinete de López, llevaran a esa conclusión.

Que Lobato era un cadáver político ya lo sabíamos, porque Sánchez había hecho ese gesto tan de emperador romano del pulgar hacia abajo, la novedad este lunes es que el todavía líder del PSM había acelerado su defunción apuntando a Moncloa como responsable de la filtración de los datos fiscales de la pareja de Ayuso. Intuía el delito y no quería verse involucrado en algo que podría cerrarle la puerta a regresar a su puesto en Hacienda, se malician sus ex compañeros en la Agencia Tributaria.

¿Pero quién filtró que Lobato había ido al notario? El celo con el que trabajan estos profesionales les excluye de la ecuación filtradora y, como se suele decir, los mentideros madrileños bullen de todo tipo de teorías. Desde que fue su entorno, para llevarse por delante al que todos veían como su relevo al frente del partido, Óscar López, hasta que salió del propio Gobierno, también con la intención de noquear al ex jefe de Gabinete de Sánchez y actual ministro para la Transformación Digital, pasando por una indiscreción del lenguaraz Lobato, que habría hablado de más con alguien que no debía.

En cualquier caso, las revelaciones de las últimas horas abonan la teoría que alimenta el Gobierno de Díaz Ayuso de que Moncloa ha instrumentalizado en contra de la presidenta madrileña el fraude fiscal de su novio y ponen entre la espada y la pared al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ya imputado por el Tribunal Supremo precisamente por revelación de secretos. De hecho, el juez del caso no ha perdido ni un minuto en llamar a declarar a Lobato como testigo.

Acostumbrados como se está en Madrid a los periódicos ‘harakiri’ del PSOE, hay que decir que en este caso el partido se ha superado con creces.