Opinión | MUJERES

Valientes

Mabel Lozano aspira a su tercer "Goya" con el documental "Lola, lolita, lolaza", sobre el cáncer de mama

La cineasta Mabel Lozano, galardonada con el Premio Goya al Mejor Cortometraje Documental por ‘Ava’.

La cineasta Mabel Lozano, galardonada con el Premio Goya al Mejor Cortometraje Documental por ‘Ava’. / EFE

Mabel Lozano vuelve a dar el combate desde las pantallas. Después de dirigir dos documentales sobre la prostitución y la trata, descarnados y valientes, y muy premiados, afronta un asunto nuevo, otra vez tras la cámara y en un cortometraje de animación, "Lola, lolita, lolaza".

Se lo ha producido Chelo Loureiro y en él las mujeres vuelven a ser protagonistas; ahora habla de la enfermedad y lo hace desde su vivencia personal, como paciente y en primera persona. "Lola, lolita, lolaza" trata de lolas, de tetas, de tetas enfermas y de mujeres vulnerables, trata del cáncer de mama.

Mabel Lozano se expone, porque cuenta su convivencia con la enfermedad, y elige hacerlo, pese a la gravedad del asunto, animosa y desde el humor. "El humor", opina, "es la distancia más corta entre dos personas, me dijo mi amigo José Mota. Con mucho humor y retranca he contado mi propio viaje con un cáncer garbanzo en mi lola izquierda, y no es que tenga ninguna gracia esta enfermedad de la que mueren tantas personas, pero hay que romper el estigma y empezar a llamar al pan, pan, y al cáncer, cáncer".

Con este nuevo documental Mabel Lozano vuelve a aspirar a un "Goya", en la categoría de corto de animación. La directora, que antes fue modelo y actriz, popular con formatos televisivos más bien ligeros, descubrió hace años que le gustaba más y se le daba mejor mirar que dejarse mirar.

El año pasado ganó su segundo "Goya", al mejor corto documental, por "Ava", y antes, en 2021, había recogido el primero, con la estremecedora "Biografía del cadáver de una mujer". De 2015 es "Chicas nuevas 24 horas" y de 2017 "El proxeneta".

Todo el trabajo documental de Mabel Lorenzo en la dirección, y como guionista, está hecho desde el activismo, desde la reivindicación feminista y con una sensibilidad femenina. Lo que cuenta, lo cuenta descarnadamente, sin morbo y sin ñoñería, poniendo la atención en lo que importa, en cuestiones como la permisividad social, la explotación y la crueldad organizadas, el daño a las víctimas y su reparación, y, en otro orden de cosas, porque también ha abordado asuntos como la discapacidad o la maternidad, en la capacidad de las mujeres para sobreponerse a la adversidad, en su determinación y su valentía. Y de esto último trata, en definitiva, "Lola, lolita, lolaza", su trabajo documental más personal y más íntimo, tan valiente como siempre.