Opinión | MIEL, LIMÓN & VINAGRE
Amaia Montero y punto
Por si el exceso de azúcar con LOVG no fuera suficiente, Amaia Montero sacó un 'single' con Álex Ubago en 2001, 'Sin miedo a nada', no recomendado para diabéticos

Miel, limón & vinagre de Amaia Montero / Redacción
Llega tarde el 28 y nerviosa miro el reloj / La lluvia conmigo empieza un día de pleno sol (El 28, 1998). Estas son las dos primeras frases con las que la mayoría conocimos a Amaia Montero, la primera vocalista de La Oreja de Van Gogh (LOVG). La irundarra enamoró a toda una generación con su tono dulce con el que canta y durante once años lideró al grupo que parió las canciones más cursis que cualquiera se pudiera imaginar. Había mucho macho ibérico al que le avergonzaba reconocer que les gustaba. Eran más de Dover.
Por si el exceso de azúcar con LOVG no fuera suficiente, Amaia Montero sacó un single con Álex Ubago en 2001, Sin miedo a nada, no recomendado para diabéticos. Fue elegida como Mejor canción de la década al año siguiente. Poco después, probó con El canto del loco y sacó Puede ser. Está pendiente el estudio que ligue estos lanzamientos con el aumento de las depresiones.
Lo que también quedó patente es que Amaia tenía mucho potencial también fuera de la banda que la descubrió. Fue su compañero Pablo Benegas quien le pidió que hiciera una prueba para ellos en 1996, después de oírla cantar Nothing Compares 2 U, de Prince, en una fiesta.
Por eso esperaba con la carita empapada / A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí / Porque ya sabes que me encantan esas cosas / Que no importa si es muy tonto, soy así (Rosas, 2003).
Cuando el español medio ya había conseguido tolerar estrofas como la anterior sin necesidad de pincharse insulina, Amaia anunció su salida de LOVG en 2007, después de once años. No tardó mucho en sacar disco en solitario.
Sin su banda de toda la vida siguió cosechando éxitos. Parecía estar en su salsa con su guitarra y llegó a lanzar hasta cuatro discos compuestos por ella misma. Pero algo se empezó a torcer.
En 2018 se viralizaron imágenes de ella en un concierto en lo que parecía un estado de embriaguez. "No estaba borracha, hubo problemas de sonido", llegó a explicar. Tras otra situación similar dijo que fue porque se había tomado "una medicación para la ansiedad y un ansiolítico".
Sus problemas de salud mental comenzaron a hacerse cada vez más evidentes, sobre todo por culpa de la exposición en las redes sociales. Sus fieles adolescentes de finales de los 90 vieron con dolor cómo se convertía en un juguete roto veinte años después.
Uno de los momentos más estrambóticos llegó con su enfrentamiento con Malú. Un periodista con mala baba le preguntó a la andaluza en 2018 por los "kilos de más" de Amaia Montero. La cantante respondió que «chapó por Amaia». Ya hay que tener pocas luces. La aludida respondió enfadada y alguien la acusó de buscar protagonismo. Ahí ya explotó. «Ni protagonismo ni hostias. Me ha llamado gorda y punto». Se puede decir que esa fue la frase que oficializó que lo estaba pasando regular. Y de ahí al cielo.
En esa época le dio por subir fotos a sus perfiles de cualquier manera. Que puede subir lo que le apetezca, pero más de una fue realmente preocupante. Y se hizo el silencio durante una larga temporada. De repente, sorprendió apareciendo en un concierto de Manolo García en noviembre de 2023, como si fuera una vieja gloria que llevara décadas sin cantar. Curiosamente, en ese momento La Oreja empezó a petarlo en los festivales. En el Arenal Sound de 2022, Rosas fue coreada como si fueran el hit internacional del momento. Aunque era Leire Martínez la que cantaba esa canción — y el resto del repertorio, desde hacía más de quince años— .
El pasado verano, la vida de Amaia Montero volvió a dar un vuelco. La artista mundialmente conocida Karol G la invitó a subir al escenario en uno de los macroconciertos que ofreció en el Santiago Bernabéu de Madrid. Allí, la intérprete vasca cantó Rosas y la gente enloqueció.
¿Están los fans de LOVG pidiendo la vuelta de Amaia o solo disfrutan rememorando su adolescencia? La situación para Leire Martínez no podía ser más incómoda e injusta. Solo faltaba que la dieran el premio a la Mejor Suplente. Amaia, a la que se pilló en una estación de tren y seguía en una nube tras su vuelta a los ruedos, aseguró que no iba a volver al grupo.
Sin tiempo para que bajara el suflé, semanas atrás, los seguidores de la banda se quedaban a cuadros con el último plot twist. Leire deja el grupo —la echan—. La reacción primera fue evidente: vuelve Amaia Montero. Incluso, se habla de un gran concierto para 2025 en el WiZink de Madrid. Ante la avalancha mediática, ella misma ha vuelto a salir al paso, negando la mayor: "Se lo inventan y esto me está empezando a afectar. Esto es una locura. Esto es una demencia".
Lo veremos en 2025. Y punto.
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