Opinión | POLÍTICA

La victoria del engaño

La modificación de la ley que rebaja penas a presos etarras refleja escasos escrúpulos de unos, incapacidad de otros para advertir la artimaña y burla a las víctimas, que siempre pierden

Miguel Tellado muestra en el Congreso un cartel con imágenes de víctimas de ETA.

Miguel Tellado muestra en el Congreso un cartel con imágenes de víctimas de ETA. / J.J. GUILLÉN

El refrán "De aquellos polvos estos lodos", con una antigüedad de seiscientos años, es una expresión de uso corriente que, sin connotaciones afrodisíacas, nos sirve como hilo conductor de este apunte.

De aquellos polvos…

La apropiación –por una parte de los partícipes– del final de la banda terrorista está en el origen de las letras a plazo que sus herederos –los aliados más leales del sanchismo– han ido presentando al cobro.

Hay un manto de silencio sobre las contrapartidas y pocas certezas: la formación independentista obtiene apreciables resultados; gobierna Pamplona, el Jerusalén de Euskal Herria y está en la Comisión de Secretos Oficiales.

Desde que hace 13 años firmaron un pacto –que no hemos visto– que facilitaba su entrada en la política activa, su salvoconducto, "a nosotros nos importa un rábano la gobernabilidad de España, pero firmaremos los presupuestos si así conseguimos la excarcelación de presos etarras", se cumple con la gravedad con la que los vascos constitucionalistas respetan sus acuerdos.

En la otra orilla, los cientos de crímenes impunes, sin ayuda para aclararlos; la aplicación laxa de la legislación penitenciaria en la concesión de terceros grados; las excarcelaciones encubiertas y los ruidosos homenajes a la salida de las cárceles sin arrepentimiento (ongi etorri), convierten todo en un auténtico clamor, mientras contienen la hilaridad en sus escaños.

La investidura, tras las últimas elecciones generales, resultó compleja por las demandas de quienes pusieron un alto precio a sus votos, como el PNV (Euskadi) y Bildu (Euskal Herria), dos formaciones que compiten por el liderazgo de la aspirada nación vasca.

---

Desde 2015, los tenaces letrados soberanistas exigían que se descontara a los presos de la banda el tiempo cumplido en cárceles francesas.

Con la delimitación fronteriza añadida al tope temporal, pedían la derogación de la disposición adicional única de la Ley 7/2014 de 12 de noviembre, que introdujo el Partido Popular para que los terroristas más sanguinarios no pudieran acogerse a la compensación de penas: "En ningún caso serán tenidas en cuenta para la aplicación de la presente Ley las condenas dictadas por un Tribunal de un Estado miembro de la Unión Europea con anterioridad al 15 de agosto de 2010".

El 23 de octubre de 2018, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) rechazaba la petición, dándole la razón a la Sala Penal del Tribunal Supremo.

Hurtada la enmienda al Consejo de Estado, para dar cumplimiento al sintagma "presos por presupuestos", da idea de su necesidad. El autor del remiendo, un activista con antecedentes, la justificó para "mejorar la efectividad de la decisión".

A propósito de la orfebrería jurídica, el diputado está obligado a ver las cláusulas derogatorias. O cuando se deroga un precepto en un tema penal, preguntarle a quien sabe en qué consiste la retroactividad de la ley penal más favorable.

…estos lodos

En línea con los pactos de investidura, el Ejecutivo fue condescendiente –junto al acercamiento a cárceles del País Vasco y de Navarra– con una de las reivindicaciones históricas de Bildu: acelerar la salida de prisión de medio centenar de presos que, tras concluir condenas en Francia, continúan en prisión porque no se les han descontado las penas cumplidas en el país vecino.

La aprobación, por unanimidad, de la Ley sobre intercambio de información de antecedentes penales y consideración de resoluciones penales en la UE pasó desapercibida, salvo para el Ejecutivo (que sabía lo que hacía) y el Secretario General del Congreso, distanciado del quicio de la desidia.

El borrado de un renglón –una enmienda redactada milimétricamente para conseguir que pasara lo que ha pasado, metida de tapadillo, en el largo y cálido verano, con la oposición distraída– permitirá rebajar el cumplimiento de las penas a los más sanguinarios.

Un fallo multiorgánico de quienes no se percataron de sus consecuencias: responsables de estudiar las enmiendas que van a entrar en la ponencia; ponentes encargados de redactar el informe sobre el proyecto de ley orgánica; letrados de la Comisión de Justicia y los parlamentarios del principal partido de la oposición.

Quien sí lo detectó fue el PNV: "Nosotros nos leemos los papeles y claro que sabíamos lo que suponía la enmienda para conmutar penas de prisión".

---

La componenda refleja escasos escrúpulos de unos, incapacidad de otros para advertir la artimaña y burla a las víctimas, que siempre pierden.

Como antecedentes, la reforma del Código Penal (la malversación se atenúa como delito) y la aprobación de la ley de Amnistía que borra los delitos de los que hacen presidentes. E inscrita en la explícita coalición de intereses que se ha propuesto mantener el poder, eliminando controles: parlamento, justicia y medios de comunicación. El 78.

¿Fatal indolencia? Más bien flojera, complacencia, estar a otras cosas… sin descartar ese buenismo generalizado, que prioriza siempre a los delincuentes y nunca a las víctimas.

Se les condena en Francia por pertenecer a una banda criminal establecida en Francia. Se les condena en España por cometer un asesinato en España... Delitos disímiles, por hechos distintos, cometidos en diferentes países… Descontar los años de prisión en Francia por un delito conlleva reducir la condena en España por otro delito, ya que acorta su prisión.

Otro beneficio más con un problema añadido. Pendiente una nueva revisión de condena, solo es recurrible por el fiscal ¿de quién depende?

---

Un fracaso moral, sin condena por parte de una sociedad indiferente y olvidadiza, que tolera la mentira, algo que en otros lares haría caer de facto a cualquier gobierno, se ha denominado "victoria del engaño".

En la oposición, la queja es conocida, pero los hechos demuestran que o no la han leído o no saben leer o no saben interpretar lo que leen. No cabe, pues, lamentarse de negligencia propia –cuando es su obligación más básica, como diputados– ni de ineptitud, cuando se está de sobra avisado. Indecencia de unos vs incompetencia de otros.

Los mal pensados han preguntado ¿no habrá sido una ley ómnibus que incluía también un aumento de dietas para los diputados?

Sin caer en respuestas de sobra conocidas –no hacer nada– ni hacer lo que te exige quien no es precisamente un ejemplo a seguir, lo que se despacha como errores injustificables tiene que traducirse en dimisiones significativas.

Un examen moral de la sociedad debiera llevar a reflexionar, serenamente, sobre lo que pasó. Si sabemos respetar a los muertos –civiles, militares, adultos, niños, mujeres, hombres, guardias, policías, diputados, ujieres, socialistas, conservadores– y hacemos pagar a los fanáticos que les asesinaron, o por el contrario, somos un país que tolera esta afrenta pública vergonzosa, colmada de vileza.

El que ha derogado un renglón y se lamenta de que "no hay nadie al volante en este país" ¿puede excarcelar a presos y amnistiar a delincuentes, en intercambio por votos?

¿No sería más higiénico exigir una explicación para aclarar lo que ha pasado y no se entiende?