IGUALDAD
Más talento femenino para avanzar
Atender a los grandes desafíos requiere reflejar los puntos #de toda la humanidad, no solo de la mitad de ella

Imagen de archivo de la celebración del Día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia del CSIC /
A la ingeniera de la NASA Margaret Hamilton se la conoce como «la mujer que puso al hombre en la Luna». Su capacidad de superar unos errores críticos tres minutos antes de que alucinara el Apolo 11 hizo posible el gran hito. En 2018 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad Politécnica de Cataluña. Durante su discurso, confesó que el impulso vital que ha marcado toda su carrera es un interrogante: «¿Y si…?». Esa inquietud por observar, cuestionárselo todo y buscar respuestas la ha llevado por el camino de la excelencia. Su pregunta es exportable para la mayoría de las cuestiones. También las de más calado: ¿y si las mujeres estuvieran representadas en las profesiones en los sectores llamados STEM en la misma proporción poblacional de hombres y mujeres?
Ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son las profesiones que responden a las siglas inglesas STEM. Son las profesiones llamadas a marcar el futuro las que ofrecerán mayores oportunidades laborales, las que incidirán en todos los aspectos de nuestras vidas… También, las que representan una desigualdad de género flagrante en cada uno de los campos que la forman. Desde la proporción de estudiantes a la de expertas. Desde la brecha salarial al techo de cristal.
Subvertir esta situación no solo es necesario para que las mujeres accedan en igualdad al sector más determinante para el futuro, sino que es imprescindible para la riqueza colectiva. Los avances en biomedicina, el desafío del cambio climático o la mejora del bienestar de las personas son solo algunas de las áreas donde la tecnología va a resultar fundamental. Para atender a los grandes desafíos se necesita la incorporación de otros liderazgos, de puntos de vista diversos y de la creatividad que bebe de experiencias distintas. Un talento que sea fiel a la realidad completa de la humanidad y que sepa crear soluciones para su conjunto, no solo desde el enfoque del 50% de la población.
La incorporación de la mujer a las aulas, la investigación y las empresas va avanzando, pero el ritmo es lento. Y, en algunos casos, los datos son desoladores. Como esa brecha en el sector digital en España del 16,1% que señala la UGT. Los datos en el resto del mundo también delatan la desigualdad. Las mujeres representan un 33,3% de los investigadores científicos del planeta, según datos de la Unesco. La brecha de género se amplía a medida que avanzan en su carrera: mayores dificultades para ascensos, obtención de becas o representación de su trabajo en publicaciones de alto nivel.
Las mujeres representan un 33,3% de los investigadores científicos del planeta, según datos de la Unesco"
Los avances en este campo son lentos, pero son avances. Para seguir el camino se necesita que las niñas y adolescentes vean todas las posibilidades atractivas que ofrece la tecnología, también sus valores y su capacidad de hacer un mundo mejor. Para esta labor, la complicidad de las escuelas resulta imprescindible.
Se calcula que el sector STEM generará más de cuatro millones de empleos en Europa. Se necesitará talento, y se precisará el de las mujeres. Para que ellas, mirando el futuro, puedan lanzar sus interrogantes, esos «¿y si…?» imprescindibles para el avance de la humanidad.