Opinión | ARENAS MOVEDIZAS

Queda usted cancelado

La visita a España del escritor Bret Easton Ellis ha abierto un debate sobre la cultura de la cancelación. Aquí se apuesta directamente por la derogación. O por cancelar el ‘sanchismo’

El escritor Bret Easton Ellis, en su última visita a Madrid para presentar 'Los destrozos'

El escritor Bret Easton Ellis, en su última visita a Madrid para presentar 'Los destrozos' / EP

Al escritor Bret Easton Ellis se le ama o se le odia. O, según él, se le cancela, un término más que curioso que las enciclopedias modernas y las hemerotecas definen como el arrumbamiento social, financiero, digital, profesional, incluso moral, sobre "aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles, ello como consecuencia de determinados comentarios o acciones, independientemente de la veracidad o falsedad de estos". En resumen, lo que hacían Stalin o Hitler con las fotos donde aparecían sus enemigos o las masas enfurecidas con la quema de brujas a partir del siglo XVI: intentar borrarlos de la Historia. 

El autor de, entre otras, Menos que cero, American Psycho o la recién publicada en España Los destrozos, ejerce de su propio personaje como pocos escritores saben hacerlo. Provocador y cínico, Easton Ellis suple la pereza que le produce el oficio de escribir con su condición de (con permiso de Douglas Coupland) pendón intelectual­ -en su acepción de estandarte y en la otra también- de los nacidos entre el 65 y el 81, ya saben, la Generación X que antecede a los mileniales. Si Galdós sólo hubiera escrito nueve novelas en 38 años, no sería Galdós. Acaso por nostalgia, yo me cuento entre quienes aman a Ellis, aunque Menos que cero, escrita en 1985, apenas se sostiene en 2023. American Psycho aparte, Las leyes de la atracción o Los confidentes son mucho mejores que aquel fenómeno editorial que el angelino publicó con 21 años y que reflejaba la vida de los niños ricos de Los Ángeles, cuya mayor preocupación era hacer más dinero que sus padres (y más rápidamente) y chasquear los dedos para llamar a un camello.

Ellis es una máquina de hacer titulares, y en su reciente visita a España ha dejado unos cuantos de esos por los que, dice, han intentado cancelarlo en Estados Unidos: "Los hombres son hombres y las mujeres son mujeres. Yo quiero un tío de verdad, un tiarrón" [magnífica la entrevista de Elena Hevia en El Periódico, editado por el grupo Prensa Ibérica, como EL PERIÓDICO DE ESPAÑA]; "Odio a las mujeres…, pretendía ser gracioso", "Prefiero de lejos haber vivido en 1981 en el armario que ser un adolescente hoy"; "Hoy los escritores se lavan el cerebro solitos y no escriben nada que no sea correcto", sentencias por las que se ha sentido incómoda una parte de la izquierda exquisita, donde, por otra parte, tiene el novelista su principal nicho de lectores en España, pese a tratarse de un autor que no ha dudado en mostrarse comprensivo con Donald Trump.

La visita de Bret Easton Ellis ha sido estos días la excusa en las redes sociales para un interesante debate -aunque pequeño, admitámoslo- sobre si existe realmente en España una cultura de la cancelación. La irrupción de los trols, que es a quienes realmente se debería cancelar, desvió la conversación hasta condominios menos amistosos. Mientras transcurrió por los cauces del razonamiento, el intercambio de posiciones resultó enriquecedor. El caso es que no hay acuerdo al respecto. En un sondeo de urgencia entre compañeros salieron nombres como el de Willy Toledo o Anna Allen (la actriz que se inventó que había estado en los Oscars y que había aparecido en series americanas), pero el primero no ha dejado de trabajar y la segunda va tirando con producciones nacionales y algún reality. 

En España somos más de la derogación que de la cancelación (y aquí es donde viene el giro de guion). Feijóo ya ha anunciado que si es presidente quiere derogar la ley trans y eliminar ministerios como el de Igualdad (Bret Easton Ellis no estaría de acuerdo). Siendo preocupante, es una propuesta y el líder popular está en todo su derecho a anunciarla. Lo inquietante es lo que se cuece debajo de algunos debates. Hay sectores de la política y de la comunicación -a derecha y a izquierda- que más que derogar están en la línea de cancelar. Directamente. Es muy llamativo presentar a Pedro Sánchez como un sociópata psicológicamente inestable. En las novelas de Bret Easton Ellis, los mayores canceladores son personajes extremos, abyectos. "Pues lo cierto es que el mundo es mejor cuando han desaparecido algunas personas. Nuestras vidas no están interrelacionadas. Esa teoría es una mentira. Hay personas que la verdad es que no deberían estar aquí". La frase es de Patrick Bateman, el protagonista de American Psycho. Yo no le querría como compañero de viaje.