Opinión | ELECCIONES

Las encuestas nos explican

La relación emocional que el votante tiene con aquel al que va a votar, en principio, es a un todo o nada

Electores depositan el sobre con el voto en una urna.

Electores depositan el sobre con el voto en una urna.

Por primera vez me llamó el EGM para contestar una encuesta. La casualidad provocó que a la entrevistadora el ordenador le demandara un perfil joven y mi hijo estaba en casa. Hijo de periodistaNo vean. Chaval informado, habitual lector de diarios, ocasional televidente de TDT y oyente de radio. Así que las métricas debieron saltar por los aires.

Me lleva a darle una vuelta sobre cómo contestamos una encuesta y, en concreto, las políticas. Y no tanto sobre la pregunta de “a quién votará”, sino sobre las que están relacionadas con los perfiles psicológicos de los líderes.

La valoración de un político siempre puntúa con relación a los que están bien considerados en un mediocre 5 y algunas décimas mal sonantes. Ello significa que hay encuestados que dan notas de 9 y otros de 1, como si fuera imposible una aceptación generalizada. 

Esto podría explicar que la relación emocional que el votante tiene con aquel al que va a votar, en principio, es a un todo o nada. Teniendo en cuenta que lo habitual es que un ciudadano jamás haya coincidido con aquel que ha votado en una elecciones, el espacio de valoración genera dudas en relación con la decisión final.

Por ejemplo, a Ada Colau se le concede una nota del 4’3 en valoración. Suspendida. Sin embargo, es quien mejor resultado saca a la hora de conocer cuál es el candidato preferido. Aquel que prefieres como alcalde. Cosas que tienen las encuestas.

¿Cómo es posible que los ciudadanos prefieran a alguien a quien no valoran? La distorsión viene de lo práctico y lo emotivo. Existe una confrontación que cortocircuita aquello que en principio observas como factible y lo que tu cuerpo te impone como prohibitivo, muchas veces sin una razón concreta.

"Jamás votaré al PP. Jamás votaré a Comuns". Afirmaciones habituales que tienen una impronta emocional y que vienen de la profundidad de cada uno, por las razones que sean, sin contrastar ni programas ni propuestas. Por ello, la fusión de encuestas y resultados electorales son apasionantes análisis sociales