Opinión | SOCIEDAD

Bandada de timos

Qué sería de nosotros sin Ayuso, una nave sin rumbo

Ayuso y Aznar participan en un acto con afiliados y simpatizantes del Partido Popular en Alcobendas

Ayuso y Aznar participan en un acto con afiliados y simpatizantes del Partido Popular en Alcobendas / EFE / Kiko Huesca

Qué sería de nosotros sin Ayuso. Una nave sin rumbo. Por fortuna centra las cuestiones de un plumazo. La más candente no hace falta que les diga cuál es, una que desde los expertos hasta cualquier espectador barrunta que situar el contexto y aplicar soluciones con tino tiene su 'telemendengue', y

ahí está ella dejando claro lo que hay: "España no es un país racista. Esto mismo ocurre también con las ofensas contra el Rey". Debe referirse lógicamente a Baltasar.

Aliviado tras haberse hecho la luz en un asunto tan complejo acelero al echarse encima una cita ineludible. Estoy aún en el salón, aunque a punto de salir, cuando salta un "eseemeese": "Papá, mi teléfono está roto. ¿Me puedes mandar un mensaje de whatsapp a este número?". Aunque para mí pasar algo de un invento a otro es todo un reto por decirlo de un modo suave, lo consigo. Una hija es una hija. Enseguida recibo el mensaje: "Tienes que hacer algo por mí. Se me ha caído el celular al inodoro y no puedo acceder a mi banca por internet sin mi tarjeta sim. Necesito hacer dos pagos; ¿puedo enviarte los detalles? Te lo devolveré el viernes cuando abra el banco". Pese a que ni de lejos soy Philip Marlowe, algo olía a podrido en Dinamarca.

Recurro a Ed, quien finiquita el caso: "No es ella, su móvil está bien". Mientras por la otra vía recibo el detalle del cargo de 983 euros en Mediamarkt bajo un tipo de transferencia inmediata, la suplantada rubrica: "¡Papá, no hagas caso! Aparte que yo no diría nunca celular ni inodoro". Lo pongo en conocimiento del primer poli que me encuentro por si quiere hacerse con el número del celular, pero el hervidero de engaños es de tal grado que solo a partir del drama empiezan a interesarse y lo único que me pregunta es: "¿Pero han secuestrado a su hija". Pese a que acabo de oír el audio se me abren las carnes. No todos podemos tener el cuajo de Ayuso.