Que la fuerza te acompañe... o no

El otro día me impactó la noticia de que una estrella se había zampado un planeta del tamaño de la Tierra. Es verdad que este ejercicio de canibalismo cósmico ocurrió a trece mil años luz, y que a nosotros no nos pasará algo parecido con el Sol hasta dentro de cinco mil millones de años. Pero simplemente evocarlo ya resulta perturbador.

Y como el hallazgo coincidió con la bronca madrileña del Dos de Mayo, imaginé a Núñez Feijóo en trance de ser engullido por Díaz Ayuso. Mi cabeza tiene esas cosas. Vaya por delante que, en mi opinión, el perdedor de la batalla del protocolo es Félix Bolaños, el ministro bloqueado y ahora operado; y, por extensión, el Gobierno de Pedro Sánchez, colocado en una incómoda tesitura: o realmente apostó por encabronar el ambiente –“vino a provocar”, Ayuso dixit en la SER-, o se ha revelado incapaz de hacer cumplir la ley.

El estratega de La Moncloa -¿quién será?- que soñó con ganarle un pulso en el barro, debería copiar cien veces: “a hostias con ella, perderemos siempre”.

Pero mientras, en la galaxia de la derecha, resulta casi enternecedor el portavoz oficial del PP, Borja Sémper, lamentando que sea “un poco agotador que lo que pasa en Madrid parece que es lo que pasa en todo el mundo”. La queja se entiende viniendo de un guipuzcoano y muchos la podemos compartir, pero a estas alturas ya debería saber quién, dónde y cómo se corta el bacalao.

Hace un año, por estas mismas fechas, Feijóo cabalgaba la ola de la ilusión posCasado y en los fastos del Dos de Mayo se presentó como “una cooperativa” con Ayuso, anunciando “una nueva etapa para bajar la tensión y la crispación en la política española”.

Doce meses después, esa crispación ya se extiende por todo el universo y el planeta Feijóo orbita alrededor de la estrella Ayuso con el temor a ser devorado. Así que ahora que acabamos de celebrar el Día de Star Wars, le recomiendo unas gotas de sabiduría del maestro Yoda: “El miedo es el camino hacia el lado oscuro; el miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento y el sufrimiento al lado oscuro. Y cuando mires el lado oscuro, cuidado debes tener…”.