Opinión | El Pataleo

Alonso y los cuarenta

Los dos podios del asturiano durante este Mundial de Fórmula 1 han demostrado que continúa siendo ese piloto que ganó dos mundiales con Renault

Fernando Alonso en el podio del Gran Premio de Arabia Saudí. Dppi / Afp7 / Europa Press

Fernando Alonso en el podio del Gran Premio de Arabia Saudí. Dppi / Afp7 / Europa Press / Dppi / Afp7 / Europa Press

Hay que dejar paso a las nuevas generaciones, una retirada a tiempo es una victoria, los reflejos y el vigor físico se pierden con el paso de los años, no se arriesga igual a los veinte que a los cuarenta, falla porque está mayor…Tópicos más que establecidos en torno a la avanzada edad de un deportista. Sí, los datos están ahí: Fernando Alonso podría ser el padre de varios pilotos que compiten con él a velocidades de vértigo. Pero, probablemente, y sin envolvernos en la bandera, es el mejor piloto de la actual parrilla de la Fórmula Uno. ¿Cómo es posible? ¿Qué pacto ha hecho con el diablo para mantenerse a este nivel pasados los cuarenta años? Hay varias claves, pero, sin duda, la más importante se llama ilusión. Alonso vive por y para su profesión. Se despierta y se acuesta pensando en la Fórmula Uno. Durante el día entrena, come, bebe y respira cavilando para arañar una décima en un circuito en el que correrá dentro de cuatro meses. Planifica cada detalle, no deja nada al azar, se machaca física y mentalmente para superar a auténticas bestias competitivas como Verstappen, Hamilton o Leclerc. Tipos capaces de casi cualquier cosa por ganar. Como él. Fernando nunca ha hecho prisioneros en las carreras. Quiere ganar. Cueste lo que cueste. Solo así se explica que haya aguantado diez años lejos de las victorias, soñando con rascar un podio, esperando encontrar un monoplaza a la altura de su talento. Al fin, tras mucho sufrimiento, lo ha logrado.

Dos podios en dos carreras han certificado que Alonso sigue siendo el mismo piloto que ganó dos mundiales con Renault hace ya quince años. El que derrotó al legendario Michael Schumacher. El martillo pilón capaz de calcar los tiempos vuelta tras vuelta. El que no solo pilota, sino que controla todo lo que ocurre en la carrera. El líder. Porque su pasión y espíritu competitivo arrastran a todo el equipo, nadie se puede quedar atrás. Lo estamos viendo en Aston Martin. No hay mecánicos ni ingenieros, hay ‘Alonsistas’, devotos del asturiano. Se alegran igual o más que él de los éxitos. Es un equipo, en mayúsculas, con el objetivo de ser campeones del mundo. Los cuarenta años, tan denostados en el deporte, son los nuevos treinta. En el caso de Fernando, incluso, los nuevos veinte.

Gran debut de Joselu con España. Es el tipo de delantero que echamos en falta en el Mundial. Ahora, a salvar al Espanyol.

¿Messi y el Barça? Lo ha ganado todo y al fin es un ídolo absoluto en Argentina. Le falta cerrar su carrera en casa. Con su gente. Veremos…

El Málaga lo tiene difícil para seguir en Segunda, pero en la ciudad hay ilusión por la posible venta del equipo. Ojalá ocurra y el club vuelva a la élite lo antes posible.

Marc Márquez, error y críticas. Ayer cometió un fallo importante, tiró a Oliveira y pidió rápidamente disculpas. Algunos le tienen ganas.