Opinión | ECONOMÍA

Tensión en los mercados financieros

La rapidez de las autoridades de EEUU y Europa es clave para que la crisis del Silicon Valley Bank no vaya a mayores

Customers wait in line outside a branch of Silicon Valley Bank in Wellesley

Customers wait in line outside a branch of Silicon Valley Bank in Wellesley / BRIAN SNYDER

La quiebra de un banco del que hasta hace una semana pocos sabían de su existencia, el Silicon Valley Bank (SVB), seguida de la intervención de otra entidad estadounidense, Signature, han puesto en tensión las bolsas mundiales. Es prematuro valorar si se trata de una sobrerreacción y las aguas volverán paulatinamente a su cauce, o si por el contrario hay motivos para preocuparse. Lo que sí es indudable es que, por muchos análisis y estudios de mercado que fundamenten las operaciones financieras, el miedo es también un poderoso factor de decisión, y lo que está ocurriendo estos días es un ejemplo de ello.

Atajar ese estado de ánimo es el principal objetivo de las autoridades a ambas orillas del Atlántico para frenar el contagio a todo el sistema financiero. El hecho de que el SVB fuera una entidad de una dimensión no muy grande y con una actividad muy centrada en el sector tecnológico lleva a pensar que el problema no tiene por qué afectar a otros bancos con carteras más diversificadas. Sin embargo, conviene detenerse en las razones del hundimiento, para tomar nota.

Según los analistas, el SVB hizo una fuerte apuesta por comprar bonos del Tesoro estadounidense, hasta suponer más de la mitad de su activo, un activo que perdió valor al subir los tipos de interés. Cuando los clientes intentaron sacar su dinero en masa, el banco tuvo que vender esa deuda pública con pérdidas, causando un desplome que desembocó en la intervención federal. Seguramente las grandes entidades no están tan expuestas al riesgo como lo estaba SVB, pero la subida de los tipos también les puede afectar. No es de extrañar, entonces, que la vicepresidenta española Nadia Calviño, tras enviar un mensaje de calma garantizando la buena salud de los bancos españoles, solicitara extremar la "prudencia" y "vigilar la política monetaria". En otras palabras, que se modere la subida de tipos que la Fed y el BCE están llevando a cabo para contener la inflación.

Las grandes entidades no están tan expuestas al riesgo como SVB, pero la subida de los tipos les puede afectar

Las bolsas europeas cerraron en rojo (el Ibex perdió ayer los 9.000 puntos y cayó el 3,51%), mientras que Wall Street parecía tomarse un respiro en la apertura. Quizá las palabras de Joe Biden lograron el efecto esperado de imponer la calma. El presidente de Estados Unidos estuvo muy acertado en el discurso que pronunció en la Casa Blanca, en el que insistió que el sistema bancario es seguro, que los contribuyentes no pagarán ningún rescate, que los directivos de los bancos intervenidos serán despedidos y que los clientes bancarios tienen sus depósitos garantizados hasta 250.000 dólares, aunque los inversores sí perderán su dinero porque asumieron el riesgo. "Así funciona el capitalismo", remachó. Aunque este requiera mecanismos seguridad, algunos de los cuales desregulados por Trump, algo que Biden prometió revertir.

La rapidez de las autoridades estadounidenses ha sido clave, como lo está siendo la respuesta europea. La compra de la filial británica del SVB por parte del HSBC, auspiciada por el Gobierno y el banco central británico, también fue un movimiento para detener la sangría. Los esfuerzos por que la crisis del SVB no pase de lo que es, el resultado de una mala gestión, son notorios. Lo que ocurra los próximos días –con especial atención a los mercados, al dato de la inflación y las futuras decisiones de la Fed y del BCE– determinará si se ha logrado el objetivo.