Opinión | TURISMO

Lo sagrado

Esquiar en Cataluña, donde según las previsiones científicas antes va a llegar la ausencia de innivaciones por su cercanía al Mediterráneo parece que seguirá siendo una posibilidad en el futuro, pero en el oeste de la provincia de Huesca, no.

Por qué las estaciones de esquí tienen un futuro negro, incluso con cañones de nieve

Por qué las estaciones de esquí tienen un futuro negro, incluso con cañones de nieve / valentin luthiger

Somos especialistas en los debates a contrarios, los míos frente a los tuyos, montañeros frente a esquiadores, de vuelta al llano frente a la montaña, el modelo de lo rural desde la ciudad a la subsistencia en lo rural. Repetimos los mismos clichés que con la gestión hidrológica, con una variante ahí hubo una posibilidad de diálogo, ahora con la unión de estaciones no hay debate posible, hay rechazo frontal, legítimo, y posesión de la verdad.

La inversión de la unión de estaciones entre Astún y Formigal tiene a una parte de la opinión pública y publicada radicalmente en contra, el impacto medioambiental e incluso el periodístico de la unión entre Pal y Arinsal en el pirineo leridano, con seis nuevos remontes y nuevas pistas que cuentan con un presupuesto de 25 millones de euros, debe ser menor porque es difícil encontrar la noticia en los medios nacionales. Esquiar en Cataluña, donde según las previsiones científicas antes va a llegar la ausencia de innivaciones por su cercanía al Mediterráneo parece que seguirá siendo una posibilidad en el futuro, pero en el oeste de la provincia de Huesca, no.

Mientras Cataluña invierte para no perder ingresos más que necesarios y convertir las estaciones blancas en estaciones de verano en este modelo global que todos solicitan, para asentar población en un territorio que no puede abrir sólo los fines de semana, en Huesca no es posible ni abrir el debate. Mal la cantidad de la inversión será que merecemos menos. Mal el modelo de la nieve, que supone el 7% del PIB de la Comunidad Autónoma. Mal porque generamos asentamientos de baja calidad, mientras la Mesa del Pirineo navarro lanza una llamada de socorro porque pierde un 10% de población cada año, y los datos aquí son contundentes sobre cómo la población de derecho va descendiendo sin freno en la zona de influencia del Parque Nacional de Ordesa, y crece de manera sostenida en el área de influencia de las zonas de esquí. Podemos hacer una impugnación total al modelo, podemos colocarnos en el futuro cercano en que tener un coche va a ser un lujo al alcance de unos pocos, en el que la democratización del turismo se viene abajo, pero en el esquí, la playa o en los viajes de fin de semana a las capitales europeas. Si el futuro debe implicar un cambio absoluto de nuestras costumbres, y una austeridad desconocida por varias generaciones, el más que probable destino global ¿lo debemos empezar por el Valle del Aragón? ¿Va a ser nuestro laboratorio? Pues que nos lo financien. Está bien estar al frente de la innovación y ser la punta de lanza en la defensa de la tierra como lo sagrado, lo humano a corto plazo también me ocupa.

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