Opinión | ANÁLISIS

El Estado y las "crisis existenciales"

Occidente ya ha tomado conciencia de que es la cooperación planificada entre los Estados democráticos la que ha de salvar el planeta

El presidente de EEUU, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping se reúnen un día antes de la Cumbre del G20

El presidente de EEUU, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping se reúnen un día antes de la Cumbre del G20 / EFE / Xinhua

Hay actualmente dos "crisis existenciales" de alcance global que legitiman un papel más propositivo y activo del Estado en la economía: el cambio climático y la evolución de China. Esta afirmación, rotunda, es coherente con la política de Biden en los Estados Unidos, y acaba de ser glosada por William H. Janeway, profesor de Economía en Cambridge y autor de Doing Capitalism in the Innovation Economy (‘Hacer capitalismo en la Economía de la Innovación’).

En relación con el apremiante cambio climático, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), centrada en acelerar la descarbonización en EEUU, impulsará significativamente la inversión en el despliegue de renovables. La IRA establece, entre otros elementos, un nuevo impuesto mínimo de sociedades, lo que permitirá recaudar unos 790.000 millones de dólares entre ingresos y ahorros. Trata de hacer frente a la inflación mediante políticas que reduzcan el coste de la energía y el déficit fiscal; incluye un relevante gasto en sanidad y destina 369.000 millones de dólares a las prioridades de energía y cambio climático. Esta iniciativa ha encontrado respaldo en Alemania (Berlín aplicará 200.000 millones en ayudas de Estado) y la UE no tendrá más remedio que realizar un esfuerzo similar.

La otra crisis nos llega de China. El país asiático estaba experimentando a fines de la década anterior un despegue espectacular coincidente con una apertura política que le permitió grandes avances en el dominio de las altas tecnologías. Pero la deriva autoritaria de Xi Jinping le ha llevado a cometer grandes errores el tratamiento de la pandemia es el más espectacular— y ha violentado el pacto del PCCh con su pueblo: recorte de libertades a cambio de bonanza y desarrollo. USA ha reaccionado y toma medidas para recuperar liderazgos: p.ej., en agosto, Biden, firmó un proyecto de ley histórico que concede 52.700 millones de dólares en subsidios para la producción e investigación en USA de semiconductores. Al mismo tiempo, Micron y Qalqomm anunciaban inversiones similares. La colaboración público privada se ha reforzado.

El capitalismo es, sigue siendo, el motor de las economías, pero la espontaneidad ya no basta para asegurar la estabilidad y el progreso. Occidente ya ha tomado conciencia de que es la cooperación planificada entre los Estados democráticos la que ha de salvar el planeta y orientar la competencia y el mercado para conservar la primacía.