Opinión | PAPELES DE BIDEN

Oxígeno para Trump

Aunque, a diferencia de su predecesor, Joe Biden colabora con la justicia, la documentación clasificada hallada en su domicilio complica su mandato

Joe Biden, presidente de EEUU.

Joe Biden, presidente de EEUU. / OLIVER CONTRERAS / EFE / EPA

El hallazgo de documentación clasificada en residencias y despachos ocupados por el presidente de Estados Unidos está complicando seriamente la segunda parte del mandato de Joe Biden, quien aún medita la posibilidad de presentarse a la reelección. De hecho, se espera que en primavera desvele su decisión. Ayer, de forma programada pero sin previo aviso, el Departamento de Justicia registraba la segunda residencia –una casa en la playa– de la familia Biden en Delaware. El abogado personal del presidente recalcó que el registro se hizo "con la plena colaboración y apoyo" del propietario de la vivienda. Con anterioridad, el 20 de enero, el FBI concluyó el registro minucioso de la primera residencia familiar en Wilmington (Delaware), donde los propios abogados del presidente habían encontrado media docena de documentos clasificados. Asimismo, tanto Justicia como la Policía Federal registraron la oficina que Biden había ocupado en un think tank de Washington, donde aparecieron los primeros papeles reservados.

Es difícil de explicar que dos presidentes consecutivos, Donald Trump y Joe Biden, hayan sido sorprendidos con documentos secretos en su poder, lo que contraviene la estricta legislación que regula en EEUU el tratamiento de este material sensible. Las circunstancias son muy distintas en ambos casos, porque mientras Trump había distraído de forma subrepticia cientos de expedientes que se resistió a devolver, Biden guardaba muchos menos y desde el primer momento ha mostrado su total colaboración para aclarar lo ocurrido que, según alega, se habría debido a una conducta errónea.

Es difícil de explicar que dos presidentes consecutivos hayan sido sorprendidos con expedientes reservados

En cualquier caso, Trump ha recibido un potente balón de oxígeno con la revelación de los hechos imputados a su sucesor, que tardó más de dos meses en reconocer el problema, descubierto días antes de las elecciones de medio mandato y ocultado para que no afectase a la consulta electoral celebrada en noviembre. Trump ya ha anunciado su intención de ser el candidato del Partido Republicano a las próximas presidenciales y el desliz del presidente demócrata da alas a esta pretensión. Pero la idea de que Trump regrese a la Casa Blanca es inquietante al no haberse dirimido plenamente su papel en el asalto al Capitolio de enero de 2021. Y los errores ajenos frenan el celo de los investigadores.

El escrutinio de que es objeto Biden puede tener consecuencias en su agenda. El presidente debe examinar con el Partido Republicano el techo de gasto y precisa para ello la cooperación de los dos grandes partidos. La próxima semana pronunciará su anual discurso sobre el estado de la Unión, un momento solemne que podría verse deslucido por estos incidentes.

En la práctica, las acusaciones contra Biden podrían verse reducidas a casi nada dada su colaboración con la investigación. En cambio, Trump puede verse sancionado por haberse llevado documentos clasificados, dado que fue una actuación maliciosa. Lo que está claro es que estamos ante hechos sin precedentes y que su resolución dependerá de la gestión política y de cómo manejen la depuración de las respectivas responsabilidades las instituciones del país.