Opinión | DIPLOMACIA

Un G20 apaciguador

La voluntad de Biden y Xi Jinping de rebajar la tensión entre las dos potencias y un pacto de mínimos condenando la guerra de Ucrania salvan la cumbre

Los presidentes de EEUU y China, Biden y Xi, se reúnen un día antes de la Cumbre del G20

Los presidentes de EEUU y China, Biden y Xi, se reúnen un día antes de la Cumbre del G20 / LI XUEREN / XINHUA / EFE

La reunión del G20 celebrada en Bali (Indonesia) se ha visto precedida este lunes por la primera entrevista bilateral que celebran en persona el presidente norteamericano, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping. El encuentro ha apaciguado a la comunidad internacional en un momento especialmente tenso entre las dos potencias. Por primera vez en su historia, una reunión del G20, institución creada tras la crisis de 2008 y a la que España asiste como invitado permanente, no se ha ocupado específicamente de la situación económica mundial, sino de la estabilidad global. De momento el resultado es que, pese al conflicto de Ucrania, es posible eludir una nueva guerra fría y mantener un razonable clima de cooperación.

Las relaciones entre Washington y Pekín se vieron perturbadas por la visita a Taiwán el pasado agosto de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes cuyo gesto China vio como una provocación. Xi ha reiterado ahora que no admite interferencias en su reclamación histórica sobre la isla. La reunión de más de tres horas entre los jefes de Estado norteamericano –vencedor moral de las elecciones parlamentarias– y chino –reelegido para un tercer mandato– se ha saldado con el interés mostrado por mejorar su relación y profundizar en el diálogo. Xi ha admitido que las relaciones actuales "no se corresponden con los intereses fundamentales de ambos países y pueblos, ni concuerdan con la expectativa de la comunidad internacional" y por tanto es necesario desempeñar el papel de liderazgo y establecer el rumbo correcto para las relaciones bilaterales. Eso incluye el cambio climático, con un compromiso de cooperación para que la actual cumbre del clima que alberga Egipto sea un éxito, algo que supone una satisfactoria novedad.

Lo que ha trascendido de dicha conversación es que Biden pidió a su interlocutor usar su influencia sobre Putin para contener el expansionismo ruso y la agresividad de Corea del Norte. En materia de comercio y tecnología, EEUU lamentó ciertas prácticas chinas que van en contra de las leyes del mercado y Xi denunció las restricciones de acceso a ciertas tecnologías. Pero los buenos propósitos manifestados por China son estimulantes: "Nos oponemos a la politización y conversión en armas de los vínculos económicos y comerciales, así como de los intercambios científicos y tecnológicos".

La cumbre ha propiciado numerosos encuentros a varias bandas, entre ellas el de Xi con el presidente Pedro Sánchez, quien recalcó las tesis de la Unión Europea sobre la guerra de Ucrania. Si desde la invasión rusa el G20 no había dado a luz un documento consensuado, en esta ocasión se ha logrado al menos un pacto de mínimos donde la mayoría condena la decisión de Moscú y potencias como México, Brasil, la India o China lamentan la guerra y urgen a que termine. Mientras, Rusia, representada en absoluta soledad por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha tenido que ver el vídeo en que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ponía condiciones estrictas a un hipotético alto el fuego. El conflicto no parece tener otro desenlace que la negociación y eso debería ser un acicate para buscar soluciones a una guerra que nunca debió estallar.