Opinión | POLÍTICA

La sacudida interna en Unidas Podemos

Los ataques de Pablo Iglesias hacia Yolanda Díaz y su plataforma ‘Sumar’ evidencian que las divergencias en el espacio morado se agudizan

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. / Alejandro Martínez VélezEP

Las divergencias en el espacio a la izquierda del PSOE se agudizan. Meses después de que Pablo Iglesias designara a dedo a Yolanda Díaz –sin consentimiento de ella– como su sucesora y candidata a las próximas elecciones generales, las relaciones entre Podemos y la vicepresidenta segunda del Gobierno no han hecho más que empeorar.

La tensión ha subido este fin de semana cuando Pablo Iglesias –nadie diría que se ha retirado de la política como anunció– ha arremetido, sin llegar a citarla, contra Yolanda Díaz. En la Universidad de Otoño de Podemos, Iglesias actuó como el verdadero líder del partido para descalificar a su movimiento Sumar. El exsecretario general pidió "respeto" para Podemos en una eventual alianza con Sumar.

"¿Quién piensa que le puede ir bien en las elecciones generales a una candidatura de izquierda si a Podemos le va mal en las municipales y autonómicas? Hay que ser estúpido", dijo. Y aventuró que algunos quieren que Podemos e IU desaparezcan para dejar "todo el campo abierto" para otra nueva izquierda "domesticada" que "no será perseguida por las cloacas" ni "tratada de manera negativa por la progresía mediática".

Pero sus críticas a Díaz, mencionara o no su nombre, no quedaron ahí. Le reprochó también que quiera superar los partidos políticos, que apoyara el envío de armas a Ucrania y que aceptara el veto a Victoria Rosell para el Consejo General del Poder Judicial. Después de lanzar la piedra, Podemos intentaba este lunes rebajar el ataque a una reflexión "amplia" y no personalizada, algo que con sus palabras desmentía el portavoz, Javier Sánchez, cuando remachó el clavo al no comprometerse a que Díaz sea su candidata: "Cuando termine de organizar su partido político, escucharemos su propuesta. Nuestra voluntad es conseguir un acuerdo de coalición con el partido Sumar, pero es Yolanda quien debe decidir si es candidata", señaló este lunes, con el retintín de citar a Sumar como "partido" cuando Díaz habla siempre de "movimiento". 

En el fondo de esta pelea subyacen los mismos planteamientos que llevaron a Íñigo Errejón a abandonar Podemos. Errejón, como ahora Díaz, defendía un espacio transversal, abierto a otras formaciones, territorios y sensibilidades políticas, mientras que Iglesias y el núcleo duro de Podemos abogan por un partido jerárquico, vertical, dogmático y orientado a la izquierda de la izquierda.

El movimiento de Díaz está todavía en pañales, su fragilidad es manifiesta y está por ver si con el acercamiento a organizaciones de la sociedad civil puede construir un movimiento político que movilice al electorado a la izquierda del PSOE. Pero esta querella, propia del fraccionalismo tradicional de las izquierdas –con acusaciones como que Díaz está preparando su aterrizaje en el PSOE–, es más que un asunto interno de un espacio político.

Sea cual sea el resultado del enfrentamiento, debilitará a Pedro Sánchez en su intento de conseguir la reelección. Todo indica que sin una fuerza política relevante a la izquierda del PSOE, la repetición de un Gobierno de coalición como el actual será prácticamente imposible y se dará vía libre al regreso del PP al poder, con o sin Vox.